Los investigadores también advierten de que el coste de las catástrofes naturales en Europa está aumentando rápidamente.
El cambio climático duplica la probabilidad de lluvias torrenciales como las que provocaron las inundaciones que mataron a 24 personas en Europa central a principios de este mes, afirmó un grupo de científicos el miércoles.
La tormenta Boris azotó la región entre el 12 y el 16 de septiembre, inundando Polonia, Rumanía, Eslovaquia, Austria, República Checa, Italia y Alemania. Miles de personas han tenido que abandonar sus hogares, mientras los edificios eran arrastrados por el agua, los puentes derrumbados y las infraestructuras resultaban dañadas.
Un rápido análisis realizado por investigadores de World Weather Attribution (WWA) ha encontrado las "huellas dactilares del cambio climático" en las intensas precipitaciones que causaron estas mortales inundaciones.
"Una vez más, estas inundaciones ponen de manifiesto los devastadores efectos del calentamiento (global) provocado por los combustibles fósiles", afirma Joyce Kimtual, investigadora del Instituto Grantham de Cambio Climático y Medio Ambiente del Imperial College de Londres.
"Mientras no se sustituyan el petróleo, el gas y el carbón por energías renovables, tormentas como Boris desencadenarán precipitaciones aún más intensas, provocando inundaciones devastadoras para la economía".
Condiciones inusuales agravadas por el cambio climático
Los investigadores de WWA descubrieron que los cuatro días de precipitaciones de la tormenta Boris fueron los más intensos jamás registrados en Europa central, con un margen significativo. Además, las precipitaciones cubrieron un área inusualmente grande, incluso mayor que las anteriores inundaciones históricas de 1997 y 2002.
Según los científicos, la confluencia del aire frío de los Alpes con el aire muy cálido del Mediterráneo y el Mar Negro, creó una "tormenta perfecta" que provocó lluvias torrenciales en una zona muy extensa.
Añadieron que, independientemente de las condiciones inusuales, el cambio climático hizo que la tormenta Boris fuera más intensa y más probable.
Utilizando observaciones meteorológicas y modelos climáticos, descubrieron que el cambio climático ha hecho que los aguaceros de cuatro días sean al menos dos veces más probables y un 7% más intensos.
Si el calentamiento global alcanza los 2ºC, tormentas similares dejarán caer al menos un 5% más de lluvia y se producirán con un 50% más de frecuencia.
Europa debe prepararse para una meteorología extrema
El coste de los daños causados por las condiciones meteorológicas extremas en Europa está aumentando. De hecho, las compañías de seguros austriacas han calculado que los daños de las recientes inundaciones podrían alcanzar los 1.000 millones de euros.
Por su parte, el Gobierno polaco ha prometido 2.000 millones de zlotys (468 millones de euros) en "ayudas gratuitas y a fondo perdido" para las familias y la renovación de viviendas. En Rumanía, donde las comunidades más pobres carecen en gran medida de seguro, el Gobierno ha destinado 100 millones de RON (20 millones de euros) a los hogares afectados.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, prometió 10.000 millones de euros de ayuda para la recuperación tras las inundaciones. Pero los científicos de WWA afirmaron que los enormes daños ponen en relieve la necesidad de dar prioridad a la preparación de Europa para fenómenos meteorológicos extremos como éste.
"Estas inundaciones fueron grandes, generalizadas y enormemente dañinas. Estaban bien previstas y la planificación y las medidas adoptadas, tanto por particulares como por las autoridades, ayudaron sin duda a salvar vidas", afirma Hannah Cloke, catedrática de Hidrología de la Universidad de Reading.
"Sin embargo, muchas personas murieron trágicamente. Eran incapaces de imaginar los efectos de unas precipitaciones tan intensas. Es vital, a medida que las precipitaciones extremas se hacen más extremas, que desarrollemos nuevas formas de ayudar a la gente a entender los riesgos."
Pero, según Friederike Otto, profesora titular del Instituto Grantham - Cambio Climático y Medio Ambiente del Imperial College de Londres, también es vital atajar las fuentes de las emisiones que contribuyen a su intensidad.
"Sequías paralizantes en el sur de Italia. Incendios devastadores en Portugal. Inundaciones mortales en Europa central. El cambio climático hace estragos en Europa, pero los políticos de todo el continente intentan dar marcha atrás en sus compromisos climáticos".
Otto insiste: "El cambio climático es una amenaza existencial, sobre todo para los sectores más pobres de la sociedad, y todos los europeos deben saber que hacerle frente mejorará mucho sus vidas: acabar con los combustibles fósiles crea empleo, reduce las facturas de la luz, convierte las ciudades en lugares más saludables para vivir y reduce el riesgo de inundaciones mortales".