¿Por qué la contaminación por plásticos es tan peligrosa para nuestros mares? ¿Y cuál es el hallazgo más inesperado en los canales de Venecia?
Cada día, oleadas de basura plástica arrasan nuestros océanos, agravando una crisis que asolará el medio marino durante siglos. Desde minúsculas micropartículas hasta redes de pesca abandonadas, esta marea de contaminación plástica está asfixiando la vida marina e introduciéndose en nuestra cadena alimentaria.
Cientos de especies marinas se enfrentan ahora a este menú mortal de residuos plásticos. Las aves marinas se llenan el estómago de tapones de botella en lugar de pescado y mueren lentamente de hambre. Las tortugas marinas y otros animales se enredan y mueren en las redes abandonadas. Científicos que bucean en las zonas más profundas del océano están encontrando bolsas de plástico de hace décadas que parecen casi nuevas.
La magnitud de esta crisis es asombrosa. En la actualidad, cada año llegan a los mares europeos 626 millones de piezas de plástico. Para 2040, los expertos advierten de que 37 millones de toneladas de plástico se verterán anualmente en nuestros océanos. Un paseo por cualquier playa europea lo demuestra: el 80% de la basura son envases de plástico y pequeños objetos de plástico.
Pero lo que no podemos ver puede ser aún peor. Los microplásticos -pequeños fragmentos de plástico de menos de 5 mm de diámetro- están por todas partes. Se han encontrado en el hielo del Ártico, en el pescado de nuestros platos e incluso en la sangre humana. El WWF calcula que los microplásticos constituyen el 94% del famoso Gran Parche de Basura del Pacífico, un remolino de contaminación oceánica más grande que Francia.
Europa está actuando para frenar la marea de plástico y algunas medidas parecen estar funcionando: en 2022, los europeos utilizaron un 14% menos de bolsas de plástico que en 2021. Nuevas normas prohíben los plásticos de un solo uso, como los cubiertos desechables y las pajitas, y se está impulsando la reducción a la mitad de la contaminación por plásticos en el mar para 2030.
Pero con el aumento de la producción de plástico en todo el mundo, las industrias y comunidades de todo el planeta tendrán que replantearse sus prácticas empresariales y sus hábitos de desecho. Los investigadores señalan que incluso los pequeños cambios de comportamiento -desde reciclar botellas de plástico hasta adoptar bolsas reutilizables- pueden ayudar a mantener nuestros océanos un poco más limpios para las criaturas que los llaman hogar, y para todos nosotros que dependemos de unos mares sanos para nuestro futuro.