El sector energético polaco ha reducido considerablemente las emisiones de contaminantes nocivos en los últimos años. Pero tras la revisión de la Directiva sobre emisiones industriales de la UE, el país sigue dependiendo en gran medida de las instalaciones de combustión.
Polonia alberga algunas de las instalaciones industriales con mayores emisiones de la Unión Europea, como la famosa central eléctrica de Belchatow, que puede producir hasta el 20% de la electricidad que necesita Polonia quemando carbón de lignito. A finales de las últimas décadas, con la adhesión de Polonia a la Unión Europea, se pusieron en marcha diversos planes de modernización integral en Belchatow.
"Desde principios de los años 90, la central ha reducido las emisiones de dióxido de azufre en más de un 93%, las de óxido de nitrógeno en más de un 66% y ha eliminado el 99% de las emisiones de polvo", ha declarado a Euronews Rafał Smejda, director general de la central eléctrica de PGE GiEK SA Belchatow.
Las obras consistieron en la construcción de una nueva unidad de combustión, el cierre o la sustitución de las antiguas calderas, la renovación de los filtros eléctricos y la instalación de sistemas de desulfuración.
Estos cambios eran imprescindibles para que la planta conservara su permiso. Las autoridades competentes de los 27 Estados deben garantizar el cumplimiento de las normas de la Directiva sobre Emisiones Industriales (DEI), principal instrumento de la UE para reducir la contaminación procedente de grandes instalaciones.
Dar la espalda al carbón
A pesar de estas mejoras técnicas, la central de Belchatow cerrará gradualmente en los próximos años como parte de la transición energética en curso en Polonia.
Polonia está reduciendo su dependencia del carbón, un combustible especialmente contaminante. Algunas centrales ya están abandonando el carbón, como la central Zeran de Varsovia, cuya nueva unidad funciona con gas.
"En este periodo de transición, seguimos necesitando instalaciones de combustión. Polonia no tiene aún ninguna central nuclear. Tampoco estamos en condiciones de desarrollar la energía hidroeléctrica a gran escala. Tampoco podemos depender totalmente de la importación de energía porque Polonia tiene una de las mayores redes de calefacción urbana de la UE", explica Marcin Wisniewski, del Departamento de Instrumentos Medioambientales del Ministerio polaco de Clima y Medio Ambiente.
Polonia ante la directiva IED 2.0
Los datos nacionales confirman el descenso de los principales contaminantes industriales, como los óxidos de nitrógeno (NOX) y el dióxido de azufre (SO₂), que pueden tener graves efectos sobre el medioambiente y la salud humana.
La transposición de la primera Directiva europea sobre DEI en 2016 ha supuesto, según el Gobierno polaco, una reducción del 40% de las emisiones de SO₂ en el país.
"A continuación tuvimos que aplicar las conclusiones de las mejores técnicas disponibles. Y cuando se comparan los datos de 2023 con los de las emisiones de 2016, que ya se redujeron, se puede ver, por ejemplo, que la emisión de polvo bajó un 80%", añade Wisniewski.
"Ahora estamos trabajando intensamente para transponer la DEI 2.0 a la legislación nacional, porque sin duda supondrá una mayor reducción de las emisiones", afirma.
La Unión Europea acaba de revisar su directiva IED, con el objetivo de reducir aún más los niveles de contaminantes industriales en el aire, el agua y el suelo, y acelerar la transición hacia una industria más innovadora, limpia y circular.
Según Marcin Wisniewski, esto significa que los polacos "también tendrán que trabajar para aumentar la innovación en la industria, ofreciendo incentivos a los operadores para que se transformen hacia una economía circular y climáticamente neutra".
Según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), la contaminación atmosférica costó en 2021 el equivalente a cerca del 2% del PIB de la UE, es decir, varios cientos de miles de millones de euros.
Aun así, según la AEMA, el uno por ciento de las instalaciones industriales más contaminantes de Europa -muchas de ellas centrales eléctricas de carbón- causaron la mitad de estos costes.