Algunos esperan que el nuevo sumo pontífice, elegido hace menos de una semana, continúe el legado del Papa Francisco, mientras que los más conservadores buscan un enfoque tradicionalista.
Aunque ha pasado menos de una semana desde que el Papa León XIV fue elegido en el cónclave de cardenales, reunidos para elegir al próximo líder de la Iglesia Católica, ya se ha hablado mucho del nuevo pontífice y de lo que se espera de su papado.
Se le considera alguien capaz de unir a una Iglesia dividida y se espera que continúe el legado del Papa Francisco. Sin embargo, algunos conservadores esperan que el nuevo pontífice adopte un enfoque más tradicionalista.
También habrá que seguir de cerca su relación con Estados Unidos, sobre todo teniendo en cuenta que algunas facciones de la Iglesia Católica estadounidense se alinean con las políticas del presidente Donald Trump.
El padre Patrick Mary Briscoe, editor de 'Our Sunday Visitor', dijo a 'Euronews': "Él es en gran parte desconocido, esa es la gran pregunta". "Son muchos los que han reaccionado con bastante fuerza. Están nerviosos por algunas de las opiniones políticas del Papa. Por ejemplo, hemos visto tuits respondiendo en particular al Vicepresidente (JD) Vance, así que hay un poco de preocupación desde el lado derecho del espectro político", explicó el padre Briscoe.
"Pero, en general, no sabemos mucho; este Papa no había dicho mucho antes de ser elegido, y apenas estamos empezando a conocerle. Creo que es demasiado pronto para decirlo, y ya veremos cómo van las cosas", nos cuenta Briscoe.
Algunos partidarios de la línea dura han sugerido incluso que el nuevo Santo Padre podría acabar chocando con Trump en varios asuntos. Argumentan que no parece apoyar lo suficiente la agenda política MAGA ('Make America Great Again') del presidente estadounidense.
Sin embargo, otros afirman que el sumo pontífice no puede tomar partido. "Si el Papa estuviera demasiado alineado con la política estadounidense, eso afectaría a su misión. El Papa tiene que liderar la Iglesia y eso significa liderar la Iglesia universal, toda la Iglesia católica", mantiene el padre Briscoe.
"Así que si la principal preocupación del Papa fuera un punto de vista particular sobre la política estadounidense, perjudicaría su misión y su papel, que es ser (el heredero de San) Pedro", sentencia el religioso.