La dureza del terreno ralentiza los trabajos que se llevan a cabo para rescatar al niño de dos años que, el domingo 13 de enero, cayó a un pozo en una finca de Totalán, en Málaga. Los operarios se han encontrado con varias capas de roca dura que ralentizan sus perforaciones
PUBLICIDADContratiempo en las labores de rescate de Julen. La dureza del terreno ralentiza los trabajos que se llevan a cabo para rescatar al niño de dos años que, el domingo 13 de enero, cayó a un pozo en una finca de Totalán, en Málaga. Los operarios se han encontrado con varias capas de roca dura que ralentizan sus perforaciones. Construyen dos túneles verticales, paralelos al pozo, desde los que harán una galería horizontal que conecte con el lugar donde, según los expertos, se encuentra Julen. Una tarea que realizan en condiciones difíciles.
"Están en un ambiente con polvo. Están a oscuras y hay poco oxígeno. Resulta muy complicado respirar. Tiene que prever antes el sistema de ventilación del foso de forma que se evite la formación de polvo debido al trabajo que realizan", afirma Juan López-Escobar, delegado del Colegio Oficial de Ingenieros de Minas del Sur.
En Totalán, se multiplican las muestras de afecto hacia la familia del pequeño. En el barrio de la localidad de El Palo, donde reside, los vecinos siguen con angustia su rescate.
"Yo creo que en El Palo, la gente no puede dormir... no puede despegarse de la televisión ni del teléfono", afirma una vecina de la llocalidad malagueña.
"Hay que ver la mala suerte que ha tenido la criatura. Y hay que ver la cantidad de obsáculos con los que se están encontrando los operarios", señala otro vecico.
Toda España sigue en vilo la esta operación de rescate con la esperanza de que el niño siga con vida a pesar de la situación tan delicada en la que se encuentra. Cada hora que pasa es vital para el futuro del pequeño.