{ "@context": "https://schema.org/", "@graph": [ { "@type": "NewsArticle", "mainEntityOfPage": { "@type": "Webpage", "url": "/2022/12/15/shukran-my-friends-40-dias-en-un-campamento-de-refugiados-en-grecia" }, "headline": "'Shukran, my friends': 40 d\u00edas en un campamento de refugiados en Grecia", "description": "En 2016, Jos\u00e9 N\u00fa\u00f1ez, periodista madrile\u00f1o, pas\u00f3 40 d\u00edas en un campo de refugiados istrado por militares en Katsikas: \u0022Me sorprendi\u00f3 ver c\u00f3mo verdaderamente los que tiraban del d\u00eda a d\u00eda de ese campamento eran los voluntarios independientes\u0022", "articleBody": "En 2016, Jos\u00e9 N\u00fa\u00f1ez, periodista madrile\u00f1o, pas\u00f3 40 d\u00edas en un campo de refugiados istrado por militares en Katsikas, localidad situada a seis kil\u00f3metros de la ciudad de Ioannina, en el noroeste de Grecia. El lugar acog\u00eda entonces a cientos de familias migrantes, principalmente de Siria, Afganist\u00e1n e Irak. Durante su estancia all\u00ed, N\u00fa\u00f1ez conoci\u00f3 muchas de las desgarradoras historias de los desplazados de sus pa\u00edses de origen y experiment\u00f3 las duras condiciones de vida dentro del campamento. Aunque nunca tuvo la intenci\u00f3n de publicar un libro, al regresar a Madrid N\u00fa\u00f1ez empez\u00f3 a escribir todo lo que recordaba de su estancia en el campo, en lo que describe como una \u0022catarsis\u0022 para \u00e9l. Seis a\u00f1os despu\u00e9s ha publicado \u0022Shukran, my friends\u0022, un libro en el que relata sus experiencias en Katsikas y en el que comparte los numerosos testimonios de los refugiados que all\u00ed conoci\u00f3. En el libro, finalista a los Premios C\u00edrculo Rojo, tambi\u00e9n destaca la incre\u00edble labor de los numerosos voluntarios del campo, a los que N\u00fa\u00f1ez describe como los \u0022h\u00e9roes\u0022 de esta historia. Euronews: \u00bfCu\u00e1ndo y por qu\u00e9 decidiste ir a un campamento de refugiados? Jos\u00e9 N\u00fa\u00f1ez: Tom\u00e9 la decisi\u00f3n de una manera bastante repentina. En mi trabajo como periodista, lidiaba permanentemente con las noticias de lo que estaba pasando tanto en la guerra de Siria como en los campamentos de refugiados de Grecia, y eso influy\u00f3 claramente. Pero la decisi\u00f3n tambi\u00e9n estuvo un poco forzada por mi situaci\u00f3n personal en ese momento, una peque\u00f1a crisis existencial a la que se le abri\u00f3 una ventanita que daba a Grecia. E: \u00bfQu\u00e9 te encontraste al llegar? J.N: La primera cosa que me llam\u00f3 la atenci\u00f3n fue c\u00f3mo en cuesti\u00f3n de horas todos mis prejuicios \u2014que eran muy est\u00fapidos pero que reconozco que ten\u00eda\u2014, se derrumbaron por completo. Me sorprendi\u00f3 tambi\u00e9n la situaci\u00f3n general en la que estaba viviendo. Yo esperaba ver unas condiciones m\u00ednimas, que hubiera trailers o tiendas de campa\u00f1a que, por lo menos, fueran waterproof. Pero nada de eso.\u00a0 Viv\u00edan en unas condiciones bastante lamentables. Com\u00edan muy poco. Aquello estaba dirigido por el ej\u00e9rcito, que les repart\u00eda una especie de catering diario. Y por \u00faltimo me sorprendi\u00f3 ver c\u00f3mo los que tiraban verdaderamente del carro en el d\u00eda a d\u00eda eran los voluntarios independientes, en su gran mayor\u00eda espa\u00f1oles. Sin ellos no s\u00e9 que hubiera pasado en ese campamento. E: En el libro hablas de muchas contradicciones dentro del campamento, \u00bfcu\u00e1les te llamaron m\u00e1s la atenci\u00f3n? J.N.: En efecto, en el d\u00eda a d\u00eda uno se encontraba con muchos sinsentidos. Por ejemplo, cada ciertos d\u00edas llegaba un cami\u00f3n enorme desde Espa\u00f1a, con much\u00edsima ropa o con much\u00edsimos juguetes que no pod\u00edamos repartir sin m\u00e1s. Hab\u00eda que dar el mismo juguete a cada ni\u00f1o, porque si no empezaban los problemas. Eran cosas que s\u00f3lo aprend\u00edas y entend\u00edas una vez estabas all\u00ed.\u00a0 Lo mismo pasaba con la ropa: por mucha que hubiera, no pod\u00edas ponerte a repartirla entre unas personas que, literalmente, no ten\u00edan d\u00f3nde meterla. Viv\u00edan en unas tiendas que se empapaban cada vez que llov\u00eda, y evidentemente no contaban tampoco con ning\u00fan tipo de armario, ni nada por el estilo.\u00a0 E: \u00bfQu\u00e9 cosas hiciste durante el tiempo que estuviste all\u00ed? \u00bfY cu\u00e1les de estas tareas estaban completamente fuera de lo que hab\u00edas hecho hasta entonces en tu vida? J.N: \u00a0 Yo no soy bombero, ni sanitario, ni traductor... Y no ten\u00eda ning\u00fan tipo de experiencia como voluntario. Pero una vez que est\u00e1s ah\u00ed, sobre el terreno, empiezas a ver que lo que hace falta son manos, trabajar y moverse.\u00a0 Una de las primeras cosas que hice fue construir un campo de f\u00fatbol. Yo soy muy aficionado al f\u00fatbol, como se puede leer en el libro, y ve\u00eda que all\u00ed hab\u00eda mucha pasi\u00f3n, sobre todo entre los j\u00f3venes, entre los m\u00e1s peque\u00f1os. As\u00ed que me fui a una ferreter\u00eda que hab\u00eda por la zona y compr\u00e9 unos palos met\u00e1licos con los que construimos entre todos una porter\u00eda. Tambi\u00e9n pusimos una canasta de baloncesto, \u00a1y m\u00e1s adelante levantamos un cine!. Hab\u00eda por ah\u00ed perdido un proyector que se hab\u00eda usado alguna vez, pero decidimos darle m\u00e1s continuidad y montar una especie de cine diario, que fue todo un \u00e9xito. Cada noche proyect\u00e1bamos pel\u00edculas, dependiendo de cu\u00e1l o cu\u00e1les fueran los espectadores: si eran ni\u00f1os o adultos, o si hab\u00eda alg\u00fan partido de f\u00fatbol.\u00a0 E: \u00bfY qu\u00e9 tipo de personas conociste all\u00ed? J.N: Ese es uno de los principales problemas, entre comillas, que uno se encuentra cuando llega a un lugar como este. O al menos eso fue lo que me pas\u00f3 a m\u00ed. T\u00fa vas con una idea inicial de ayudar a unas personas en lo que buenamente puedas, sin darte cuenta que con el paso de los d\u00edas vas conociendo a esas personas. Y eso lo cambia todo. De repente pasas de estar en un campo de refugiados, ayudando a unos refugiados, a conocer a unas personas que est\u00e1n en un campo de refugiados. De pronto tienes unos amigos que son refugiados. El cambio es radical. E: \u00bfCu\u00e1les eran las condiciones de vida? En el libro describes como uno de los peores campamentos de refugiados de Grecia. J.N: Era bastante lamentable. Todo eran tiendas de campa\u00f1a, no impermeables, y no hab\u00eda ning\u00fan tipo de trailer. Est\u00e1bamos en una zona en el norte de Grecia en la que llov\u00eda mucho y las tiendas se inundaban completamente. Con todo, creo que para muchas de estas personas lo peor no era la situaci\u00f3n diaria, sino la espera. La espera indefinida. Era imposible saber cu\u00e1nto durar\u00eda aquello. Y eso era frustrante para todos, refugiados y voluntarios, aunque obviamente m\u00e1s para los primeros. E: El libro es bastante cr\u00edtico con los organismos oficiales, como\u00a0la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) a la hora de gestionar estos campos de refugiados. Se insiste mucho en el que los voluntarios independientes eran al final las personas que realmente solucionaban la gesti\u00f3n y la organizaci\u00f3n del campo. J.N: Es as\u00ed. Al menos es lo que a m\u00ed me toc\u00f3 vivir, en ese campamento y durante esos d\u00edas. Los aut\u00e9nticos h\u00e9roes de aquel lugar eran los voluntarios independientes y de peque\u00f1as oeneg\u00e9s, en su mayor\u00eda espa\u00f1oles. En este caso, supongo que en otros campamentos habr\u00eda de todas las nacionalidades. Pero s\u00ed, ellos fueron los que verdaderamente tiraron del carro. En el libro me centro en seis o siete de esos voluntarios que en mi opini\u00f3n fueron los que verdaderamente lideraron aquel lugar: chicas de Castilla la Mancha, de Madrid o de Galicia que hicieron posible que esas personas pudieran sobrevivir cada d\u00eda. E: El libro invita tambi\u00e9n a perder los prejuicios con los que cualquier persona se enfrenta en un lugar semejante. J.N: Uno de los voluntarios con los que m\u00e1s amistad hice insist\u00eda en que quit\u00e1ramos la parte paternalista que subyace bajo el concepto \u0022campamento de refugiados\u0022, porque este no deja de ser una peque\u00f1a sociedad, como cualquier otra. Y como tal, encuentras gente buena, por supuesto, pero tambi\u00e9n gente mala. Hay gente que quiere simplemente sobrevivir sin hacer da\u00f1o a los dem\u00e1s, y hay gente que quiere aprovecharse de esa situaci\u00f3n, sacar r\u00e9dito y pisar a los dem\u00e1s, o intentar favorecerse de alguna manera.\u00a0 E: Tras esa experiencia, \u00bfc\u00f3mo fue volver a Madrid, o volver a sentarte en una redacci\u00f3n y tener que afrontar noticias sobre refugiados? J.N: Volver a Madrid fue bastante duro. Y de hecho creo que fue un poco la chispa que me hizo empezar a escribir el libro, a modo de catarsis. Vuelves a Madrid y vuelves a tu vida ordinaria, pero siendo consciente de que ah\u00ed, al otro lado de Europa, pr\u00e1cticamente a dos horas de vuelo, est\u00e1n unas personas que se han convertido en tus amigos, y que siguen sufriendo d\u00eda tras d\u00eda, durmiendo sobre las piedras, pasando fr\u00edo e intentando llegar a Europa sin posibilidad de hacerlo porque les falta un papel. No es f\u00e1cil. Demasiadas cosas que digerir. E: Han pasado seis a\u00f1os desde entonces. \u00bfQu\u00e9 relaci\u00f3n mantienes actualmente con las personas que conoci\u00f3 en este campo? J.N: \u00a0 Afortunadamente, gracias a las redes sociales, hoy en d\u00eda todo es mucho m\u00e1s f\u00e1cil, as\u00ed que a trav\u00e9s de Instagram y de Facebook mantengo muy buena relaci\u00f3n con algunos de los personajes del libro. Y les va bien. Algunos lo llevan mejor, otros peor. Algunos siguen dependiendo de las subvenciones para poder tirar adelante, pero en su en su mayor\u00eda han ido formando sus familias y reconstruyendo sus vidas, algunas de las cuales, como nos pasa a todos, no han sido como las que planeaban. Recuerdo que una refugiada le cont\u00f3 a una compa\u00f1era voluntaria c\u00f3mo ella no quer\u00eda escribir, como solemos hacer todos, las memorias de su pasado, sino las memorias de su futuro. Ese futuro con el que siempre hab\u00eda so\u00f1ado y que ya no iba a tener. Ese son el tipo de cosas que o\u00edas a menudo en Katsikas. Era un aprendizaje constante. Y de eso va el libro, creo yo: un viaje de aprendizaje. 'Shukran my Friends' de la editorial C\u00edrculo Rojo, est\u00e1 disponible a trav\u00e9s de grandes librer\u00edas. ", "dateCreated": "2022-12-15T15:22:25+01:00", "dateModified": "2022-12-15T18:21:03+01:00", "datePublished": "2022-12-15T16:29:22+01:00", "image": { "@type": "ImageObject", "url": "https://image.staticox.com/?url=https%3A%2F%2Fstatic.euronews.com%2Farticles%2Fstories%2F07%2F25%2F18%2F98%2F1440x810_cmsv2_245c6835-73d7-5684-a6f9-c6ddd2d1c40f-7251898.jpg", "width": 1440, "height": 810, "caption": "40 d\u00edas en un campo de refugiados en Grecia durante la crisis de migrantes de 2016.", "thumbnail": "https://image.staticox.com/?url=https%3A%2F%2Fstatic.euronews.com%2Farticles%2Fstories%2F07%2F25%2F18%2F98%2F432x243_cmsv2_245c6835-73d7-5684-a6f9-c6ddd2d1c40f-7251898.jpg", "publisher": { "@type": "Organization", "name": "euronews", "url": "https://image.staticox.com/?url=https%3A%2F%2Fstatic.euronews.com%2Fwebsite%2Fimages%2Feuronews-logo-main-blue-403x60.png" } }, "author": [ { "@type": "Person", "familyName": "Rodriguez Martinez", "givenName": "Marta", "name": "Marta Rodriguez Martinez", "url": "/perfiles/984", "worksFor": { "@type": "Organization", "name": "Euronews", "url": "/", "logo": { "@type": "ImageObject", "url": "https://image.staticox.com/?url=https%3A%2F%2Fstatic.euronews.com%2Fwebsite%2Fimages%2Feuronews-logo-main-blue-403x60.png", "width": 403, "height": 60 }, "sameAs": [ "https://www.facebook.com/es.euronews", "https://www.instagram.com/euronewses/", "https://flipboard.com/@euronewses", "https://twitter.com/euronewses", "https://www.linkedin.com/company/euronews" ] }, "sameAs": "https://www.x.com/@marta_rodguez", "memberOf": { "@type": "Organization", "name": "R\u00e9daction" } } ], "publisher": { "@type": "Organization", "name": "Euronews", "legalName": "Euronews", "url": "/", "logo": { "@type": "ImageObject", "url": "https://image.staticox.com/?url=https%3A%2F%2Fstatic.euronews.com%2Fwebsite%2Fimages%2Feuronews-logo-main-blue-403x60.png", "width": 403, "height": 60 }, "sameAs": [ "https://www.facebook.com/es.euronews", "https://www.instagram.com/euronewses/", "https://flipboard.com/@euronewses", "https://twitter.com/euronewses", "https://www.linkedin.com/company/euronews" ] }, "articleSection": [ "Mundo" ], "isAccessibleForFree": "False", "hasPart": { "@type": "WebPageElement", "isAccessibleForFree": "False", "cssSelector": ".poool-content" } }, { "@type": "WebSite", "name": "Euronews.com", "url": "/", "potentialAction": { "@type": "SearchAction", "target": "/search?query={search_term_string}", "query-input": "required name=search_term_string" }, "sameAs": [ "https://www.facebook.com/es.euronews", "https://www.instagram.com/euronewses/", "https://flipboard.com/@euronewses", "https://twitter.com/euronewses", "https://www.linkedin.com/company/euronews" ] } ] }
NewsletterNewslettersEventsEventosPodcastsVideosAfricanews
Loader
Encuéntranos
InstagramFlipboardLinkedin
PUBLICIDAD

'Shukran, my friends': 40 días en un campamento de refugiados en Grecia

40 días en un campo de refugiados en Grecia durante la crisis de migrantes de 2016.
40 días en un campo de refugiados en Grecia durante la crisis de migrantes de 2016. Derechos de autor José Núñez Tena
Derechos de autor José Núñez Tena
Por Marta Rodriguez Martinez & Theo Farrant
Publicado Ultima actualización
Compartir esta noticiaComentarios
Compartir esta noticiaClose Button
Copia/pega el link embed del vídeo de abajo:Copy to clipboardCopiado

En 2016, José Núñez, periodista madrileño, pasó 40 días en un campo de refugiados istrado por militares en Katsikas: "Me sorprendió ver cómo verdaderamente los que tiraban del día a día de ese campamento eran los voluntarios independientes"

PUBLICIDAD

En 2016, José Núñez, periodista madrileño, pasó 40 días en un campo de refugiados istrado por militares en Katsikas, localidad situada a seis kilómetros de la ciudad de Ioannina, en el noroeste de Grecia. El lugar acogía entonces a cientos de familias migrantes, principalmente de Siria, Afganistán e Irak.

Durante su estancia allí, Núñez conoció muchas de las desgarradoras historias de los desplazados de sus países de origen y experimentó las duras condiciones de vida dentro del campamento.

Aunque nunca tuvo la intención de publicar un libro, al regresar a Madrid Núñez empezó a escribir todo lo que recordaba de su estancia en el campo, en lo que describe como una "catarsis" para él.

Seis años después ha publicado "Shukran, my friends", un libro en el que relata sus experiencias en Katsikas y en el que comparte los numerosos testimonios de los refugiados que allí conoció.

En el libro, finalista a los Premios Círculo Rojo, también destaca la increíble labor de los numerosos voluntarios del campo, a los que Núñez describe como los "héroes" de esta historia.

Euronews: ¿Cuándo y por qué decidiste ir a un campamento de refugiados?

José Núñez: Tomé la decisión de una manera bastante repentina. En mi trabajo como periodista, lidiaba permanentemente con las noticias de lo que estaba pasando tanto en la guerra de Siria como en los campamentos de refugiados de Grecia, y eso influyó claramente. Pero la decisión también estuvo un poco forzada por mi situación personal en ese momento, una pequeña crisis existencial a la que se le abrió una ventanita que daba a Grecia.

**E: ¿Qué te encontraste al llegar?
**

J.N: La primera cosa que me llamó la atención fue cómo en cuestión de horas todos mis prejuicios —que eran muy estúpidos pero que reconozco que tenía—, se derrumbaron por completo.

Me sorprendió también la situación general en la que estaba viviendo. Yo esperaba ver unas condiciones mínimas, que hubiera trailers o tiendas de campaña que, por lo menos, fueran waterproof. Pero nada de eso. 

Vivían en unas condiciones bastante lamentables. Comían muy poco. Aquello estaba dirigido por el ejército, que les repartía una especie de catering diario.

Y por último me sorprendió ver cómo los que tiraban verdaderamente del carro en el día a día eran los voluntarios independientes, en su gran mayoría españoles. Sin ellos no sé que hubiera pasado en ese campamento.

José Núñez
Campamento de Katsikas 2016.José Núñez

E: En el libro hablas de muchas contradicciones dentro del campamento, ¿cuáles te llamaron más la atención?

J.N.: En efecto, en el día a día uno se encontraba con muchos sinsentidos. Por ejemplo, cada ciertos días llegaba un camión enorme desde España, con muchísima ropa o con muchísimos juguetes que no podíamos repartir sin más. Había que dar el mismo juguete a cada niño, porque si no empezaban los problemas. Eran cosas que sólo aprendías y entendías una vez estabas allí. 

Lo mismo pasaba con la ropa: por mucha que hubiera, no podías ponerte a repartirla entre unas personas que, literalmente, no tenían dónde meterla. Vivían en unas tiendas que se empapaban cada vez que llovía, y evidentemente no contaban tampoco con ningún tipo de armario, ni nada por el estilo. 

E: ¿Qué cosas hiciste durante el tiempo que estuviste allí? ¿Y cuáles de estas tareas estaban completamente fuera de lo que habías hecho hasta entonces en tu vida?

J.N:  Yo no soy bombero, ni sanitario, ni traductor... Y no tenía ningún tipo de experiencia como voluntario. Pero una vez que estás ahí, sobre el terreno, empiezas a ver que lo que hace falta son manos, trabajar y moverse. 

Una de las primeras cosas que hice fue construir un campo de fútbol. Yo soy muy aficionado al fútbol, como se puede leer en el libro, y veía que allí había mucha pasión, sobre todo entre los jóvenes, entre los más pequeños. Así que me fui a una ferretería que había por la zona y compré unos palos metálicos con los que construimos entre todos una portería.

También pusimos una canasta de baloncesto, ¡y más adelante levantamos un cine!. Había por ahí perdido un proyector que se había usado alguna vez, pero decidimos darle más continuidad y montar una especie de cine diario, que fue todo un éxito. Cada noche proyectábamos películas, dependiendo de cuál o cuáles fueran los espectadores: si eran niños o adultos, o si había algún partido de fútbol. 

José Núñez.
Imagen del cine.José Núñez.

E: ¿Y qué tipo de personas conociste allí?

J.N: Ese es uno de los principales problemas, entre comillas, que uno se encuentra cuando llega a un lugar como este. O al menos eso fue lo que me pasó a mí. Tú vas con una idea inicial de ayudar a unas personas en lo que buenamente puedas, sin darte cuenta que con el paso de los días vas conociendo a esas personas. Y eso lo cambia todo. De repente pasas de estar en un campo de refugiados, ayudando a unos refugiados, a conocer a unas personas que están en un campo de refugiados. De pronto tienes unos amigos que son refugiados. El cambio es radical.

E: ¿Cuáles eran las condiciones de vida? En el libro describes como uno de los peores campamentos de refugiados de Grecia.

J.N: Era bastante lamentable. Todo eran tiendas de campaña, no impermeables, y no había ningún tipo de trailer. Estábamos en una zona en el norte de Grecia en la que llovía mucho y las tiendas se inundaban completamente.

Con todo, creo que para muchas de estas personas lo peor no era la situación diaria, sino la espera. La espera indefinida. Era imposible saber cuánto duraría aquello. Y eso era frustrante para todos, refugiados y voluntarios, aunque obviamente más para los primeros.

E: El libro es bastante crítico con los organismos oficiales, como la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) a la hora de gestionar estos campos de refugiados. Se insiste mucho en el que los voluntarios independientes eran al final las personas que realmente solucionaban la gestión y la organización del campo.

J.N: Es así. Al menos es lo que a mí me tocó vivir, en ese campamento y durante esos días. Los auténticos héroes de aquel lugar eran los voluntarios independientes y de pequeñas oenegés, en su mayoría españoles. En este caso, supongo que en otros campamentos habría de todas las nacionalidades. Pero sí, ellos fueron los que verdaderamente tiraron del carro.

En el libro me centro en seis o siete de esos voluntarios que en mi opinión fueron los que verdaderamente lideraron aquel lugar: chicas de Castilla la Mancha, de Madrid o de Galicia que hicieron posible que esas personas pudieran sobrevivir cada día.

**E: El libro invita también a perder los prejuicios con los que cualquier persona se enfrenta en un lugar semejante.
**

J.N: Uno de los voluntarios con los que más amistad hice insistía en que quitáramos la parte paternalista que subyace bajo el concepto "campamento de refugiados", porque este no deja de ser una pequeña sociedad, como cualquier otra. Y como tal, encuentras gente buena, por supuesto, pero también gente mala. Hay gente que quiere simplemente sobrevivir sin hacer daño a los demás, y hay gente que quiere aprovecharse de esa situación, sacar rédito y pisar a los demás, o intentar favorecerse de alguna manera. 

José Núñez
Campamento de Katsikas 2016.José Núñez

E: Tras esa experiencia, ¿cómo fue volver a Madrid, o volver a sentarte en una redacción y tener que afrontar noticias sobre refugiados?

J.N: Volver a Madrid fue bastante duro. Y de hecho creo que fue un poco la chispa que me hizo empezar a escribir el libro, a modo de catarsis.

Vuelves a Madrid y vuelves a tu vida ordinaria, pero siendo consciente de que ahí, al otro lado de Europa, prácticamente a dos horas de vuelo, están unas personas que se han convertido en tus amigos, y que siguen sufriendo día tras día, durmiendo sobre las piedras, pasando frío e intentando llegar a Europa sin posibilidad de hacerlo porque les falta un papel. No es fácil. Demasiadas cosas que digerir.

E: Han pasado seis años desde entonces. ¿Qué relación mantienes actualmente con las personas que conoció en este campo?

J.N:  Afortunadamente, gracias a las redes sociales, hoy en día todo es mucho más fácil, así que a través de Instagram y de Facebook mantengo muy buena relación con algunos de los personajes del libro. Y les va bien. Algunos lo llevan mejor, otros peor. Algunos siguen dependiendo de las subvenciones para poder tirar adelante, pero en su en su mayoría han ido formando sus familias y reconstruyendo sus vidas, algunas de las cuales, como nos pasa a todos, no han sido como las que planeaban.

Recuerdo que una refugiada le contó a una compañera voluntaria cómo ella no quería escribir, como solemos hacer todos, las memorias de su pasado, sino las memorias de su futuro. Ese futuro con el que siempre había soñado y que ya no iba a tener. Ese son el tipo de cosas que oías a menudo en Katsikas. Era un aprendizaje constante. Y de eso va el libro, creo yo: un viaje de aprendizaje.

**'Shukran my Friends' de la editorial Círculo Rojo, está disponible a través de grandes librerías.
**

Ir a los atajos de accesibilidad
Compartir esta noticiaComentarios

Noticias relacionadas

Jean-Baptiste Andrea gana el prestigioso premio literario Goncourt con 'Veiller sur elle'

Arranca en Lesbos el juicio contra 24 cooperantes acusados de tráfico de personas

Cuatro muertos en una explosión en un campamento de refugiados sirios