Se da por hecho que la reforma, impulsada por el Gobierno Macron, será aprobada gracias al apoyo de la derecha y pese a las mulitudinarias y reiteradas manifestaciones
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A pesar de la gran movilización de este miércoles, la octava a escala nacional, las dos Cámaras del Parlemento francés deberían votar este jueves el polémico proyecto de reforma de las pensiones, impulsado por el Gobierno, despúes de que la comisión mixta Asamblea-Senado acordase un texto legislativo común.
La normativa alarga la edad mínima de jubilación de los 62 a los 64 años. El Gobierno francés asegura que servirá para garantizar el futuro de las pensiones y mejorará el empleo de los mayores.
Argumentos, expuestos por la primera ministra, Élisabeth Borne, que no convencen a todos en Francia.
Las manifestaciones de este miércoles convocaron a casi dos millones de personas según los sindicatos y a unas 500 000 según las autoridades.
Se da por hecho que la reforma será aprobada gracias al apoyo de la derecha.
El proyecto estrella de los dos mandatos del presidente Emmanuel Macron cuenta con el rechazo frontal de sindicatos, de la izquierda, de la extrema derecha y de cerca del 70% de los ses.