Al menos cinco personas murieron durante las protestas en la capital de Kenia, donde los manifestantes trataron de irrumpir en el Parlamento. Los manifestantes protestaban contra la aprobación de un proyecto de ley que impone nuevos impuestos que, según temen, podrían encarecer el coste de vida.
El presidente de Kenia, William Ruto, declaró que la seguridad es su "máxima prioridad" después de que las protestas contra un proyecto de ley de subida de impuestos degeneraran en violencia. Según fuentes médicas, hubo al menos cinco muertos y numerosos heridos.
La Policía disparó munición real y gas lacrimógeno contra los manifestantes en Nairobi. Muchos de ellos trataron de irrumpir en el Parlamento y dejaron en llamas la entrada del edificio.
El presidente keniata, William Ruto, dijo que los acontecimientos "marcan un punto de inflexión crítico sobre cómo respondemos a las amenazas a nuestra seguridad nacional". También calificó los hechos de "traición" y prometió sofocar los disturbios "cueste lo que cueste".
Después de que William Ruto fuera elegido para el cargo entre promesas de alivio económico, miles de personas han salido ahora a la calle para oponerse a las reformas, exigiendo que los legisladores votaran en contra del proyecto de ley finalmente aprobado, que impone nuevos impuestos al país, donde la frustración por el alto coste de la vida ha ido en aumento. Ruto aún tiene dos semanas por delante para rubricar con su firma la adopción de la ley o enviarla de nuevo al Parlamento para someterla a modificaciones.
El ministro de Defensa de Kenia declaró que las fuerzas armadas se habían desplegado para apoyar a la Policía durante la "emergencia de seguridad" y la "ruptura de infraestructuras críticas".
Protestas por la detención de un periodista español en Polonia bajo acusaciones de espionaje
La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), otros sindicatos y agrupaciones profesionales han convocado una concentración para este miércoles ante el consulado polaco en Madrid para exigir la liberación del reportero español Pablo González, detenido desde hace 28 meses en Polonia en prisión preventiva.
González, de doble nacionalidad española y rusa, se encontraba informando desde Polonia sobre la llegada de refugiados ucranianos al país en el momento de su detención. Pero la Agencia de Seguridad Interior polaca le acusó de espiar para la inteligencia militar rusa, sin que se hayan detallado en una acusación judicial formal los motivos para justificar su detención.
El periodista podría enfrentarse a una pena de hasta 10 años de cárcel, pero su prisión preventiva ya ha sido prolongada en nueve ocasiones desde que su detención el 28 de febrero de 2022. La FAPE y otras organizaciones de periodistas han demandado reiteradamente la liberación del reportero y la celebración de un juicio "justo" y "con garantías", o "la inmediata repatriación para celebrar el juicio en España".