Los proyectos de energías renovables proliferan en el mar y en tierra de Cerdeña, preparando el terreno para una tormentosa transición energética. Los comités de vecinos prometen defender su isla contra 'la invasión de las renovables'. La reportera Monica Pinna va a descubrir lo que está en juego.
Europa se ha fijado un reto enorme: ser neutra en emisiones de carbono para 2050. Todos los países de la UE trabajan para alcanzar este objetivo. Italia tiene el objetivo a medio plazo de producir 80 GW más de energía verde de aquí a 2030 y todas sus regiones tienen que contribuir.
Cerdeña tendrá que cumplir su parte produciendo un mínimo de 6,2 GW de energía verde de aquí a finales de la década. Pero ha recibido solicitudes por más de 56 GW. Las exigencias de las multinacionales se han disparado debido al retraso de tres años de una ley nacional sobre zonas adecuadas. Los residentes han salido a la calle pidiendo normas claras para gestionar la transición energética.
"Exigimos que se respeten los derechos de residentes y propietarios y que haya beneficios económicos", afirma Giancarlo Ballisai, cofundador del comité de residentes de Nuraxi Figus.
El caso se ha convertido en una batalla política entre el gobierno italiano y el gobierno regional. Roma ha fomentado la construcción de parques eólicos con incentivos y considera las energías renovables "estratégicas'' para el país. Esto significa que las plantas fotovoltaicas y los parques eólicos prevalecen sobre el paisaje. Las autoridades regionales han bloqueado todas las nuevas solicitudes hasta dentro de 18 meses.
"Nos hemos propuesto frenar esta masa de autorizaciones con una suspensión destinada a ganar tiempo, para construir una ley regional para las zonas adecuadas", explica Alessandra Todde, presidenta de la región autónoma de Cerdeña.
La presidenta Todde tiene previsto aprovechar la moratoria para elaborar un plan energético regional y crear una empresa energética local.
"Tenemos una oportunidad, ya que podemos producir electricidad y los productores pueden fijar el precio. Cerdeña tiene la posibilidad de desempeñar un papel activo y no sufrir la gestión y la energía por cuenta de terceros".
El mar de Cerdeña también está en el punto de mira de las multinacionales. Sobre las instalaciones en alta mar es el Gobierno quien decide. Pero el plan marítimo nacional aún no existe. Esto significa que los proyectos se están evaluando sin reglas claras sobre dónde y cómo deben instalarse las plantas.