La participación electoral alcanzó un mínimo histórico del 34% en junio pasado y aunque los partidos habían logrado construir una mayoría en el parlamento, en agosto se produjo otra crisis institucional que llevó a unas nuevas elecciones.
Los búlgaros acudirán a las urnas el domingo 27 de octubre para las séptimas elecciones desde 2021, en medio del fracaso de los políticos que luchan por formar una coalición estable y de los votantes cada vez más indiferentes al resultado de la votación. En junio pasado, la participación alcanzó un mínimo histórico del 34%.
El panorama político de Bulgaria, el miembro más pobre de la Unión Europea y uno de sus Estados más corruptos, es un caos desde hace años: a pesar del primer puesto en las urnas el 9 de junio, el partido conservador Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB) del ex primer ministroBoiko Borísov, no logró completar con éxito las negociaciones con el Movimiento por los Derechos y las Libertades y con la derecha populista de Existe tal Pueblo, este último del grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos en el Parlamento de la UE.
Se espera que el partido GERB obtenga la mayor cantidad de votos. Las protestas anticorrupción de 2020 ayudaron a derribar una coalición liderada por el GERB y las múltiples elecciones solo han dado lugar a coaliciones inestables lideradas por partidos centristas y de derecha.
Las últimas encuestas sugieren que la votación del domingo no cambiará mucho, con los mismos tres partidos a la cabeza. Se espera que GERB de la actual coalición, cuyo líder es el primer ministro búlgaro con más años en el cargo desde la caída de la Unión Soviética, obtenga la mayor cantidad de votos. El partido de derecha prorruso Renacimiento también está creciendo, con la aprobación de la UE alcanzando un mínimo histórico en Bulgaria con un 46%.