En un comunicado conjunto ponen de relieve que España y Argentina son "pueblos hermanos, unidos por profundos lazos humanos y sociales". Los países sufrían una crisis diplomática tras unas insinuaciones del ministro Oscar Puente y unas palabras de Milei contra Begoña Gómez.
PUBLICIDADEl Consejo de Ministros del Gobierno español de este martes nombró a Joaquín María de Arístegui como nuevo embajador en Buenos Aires. Arístegui, hasta ahora era embajador en Colombia. España retoma así la plena normalidad de las relaciones diplomáticas con Argentina tras la retirada de la embajadora en mayo pasado por los insultos reiterados del presidente argentino Javier Milei al presidente del Gobierno español Pedro Sánchez.
Ambos Ejecutivos, tras esta decisión y en un comunicado conjunto, destacan que España y Argentina, son "pueblos hermanos, unidos por profundos lazos humanos y sociales".
El comunicado conjunto se refiere al compromiso de fortalecer relaciones "para que alcancen el máximo nivel de confianza y respeto mutuo en términos políticos e institucionales".
Tanto el nombramiento de embajador como el posterior comunicado ponen fin a una crisis diplomática que estalló en el mes de mayo cuando Javier Milei visitó España y en un acto del partido español ultraderechista Vox calificó al presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, como "calaña de gente atornillada al poder" y tachó de "corrupta" a su mujer, Begoña Gómez.
El ministro de Transportes, Óscar Puente, se refirió a la "ingesta de sustancias" del presidente argentino, que según él le provocaban decir las cosas que decía. Ante estas manifestaciones del argentino, el ministro de Asuntos Exteriores español citó al embajador argentino en Madrid para transmitirle la "exigencia" de una "rectificación pública". Pero lejos de rectificar, Milei llamó "cobarde" a Sánchez y añadió que se sentía "agredido".
Estas palabras provocaron la ruptura de relaciones diplomáticas, en una crisis sin precedentes que, además, provocó el enfrentamiento entre partidos españoles, ya que la oposición de la derecha española consideró que la ruptura de relaciones era una medida desproporcionada.