Carney subraya que Canadá no está en venta, y nunca lo estará, en su encuentro con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en su primera visita al Despacho Oval desde que asumió el cargo de primer ministro la semana pasada.
El recién elegido primer ministro de Canadá, Mark Carney, visitó el martes la Casa Blanca para reunirse con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en un contexto de desacuerdos y fuertes tensiones entre los dos vecinos norteamericanos.
Una reunión entre los líderes de Canadá y Estados Unidos no suele considerarse un enfrentamiento de alto nivel, pero este no tenía nada de ordinario, después de que Trump llevara meses elucubrando sobre la posibilidad de convertir Canadá en el Estado número 51.
No pasó mucho tiempo antes de que un periodista preguntara lo que todo el mundo tenía en mente: si Trump sigue queriendo anexionarse Canadá. Trump expresó que seguía interesado, calificando la frontera entre las dos naciones de mera demarcación arbitraria.
Los comentarios provocaron la respuesta inmediata del líder canadiense, que replicó a Trump subrayando que Canadá "no estará en venta, nunca". Trump levantó la ceja y respondió "nunca digas nunca", a lo que Carney respondió con la boca "nunca, nunca, nunca".
El encuentro permitió comprender la forma en que Trump modifica las reuniones del Despacho Oval, que pasan de ser interacciones breves y mundanas a situaciones tensas que a menudo obligan a los líderes extranjeros a decidir entre apaciguar o desafiar al presidente estadounidense.
Este método puede resultar estimulante para sus partidarios, al tiempo que genera inestabilidad para los diplomáticos acostumbrados a un estilo más comedido de diplomacia internacional.
"No hay una fórmula para lidiar con esto", dijo Daniel Mulhall, que fue embajador de Irlanda en Estados Unidos durante el primer mandato de Trump. Describió el comportamiento impredecible del presidente como un "factor de riesgo" y "una salida extraordinaria de la norma."
La campaña de Carney se vio impulsada por una oleada de frustración ante la retórica agresiva de Trump, y esta era su oportunidad de enfrentarse directamente al presidente en defensa de su país. Mantuvo un comportamiento cortés pero asertivo.
Parece que Carney logró el equilibrio adecuado, al menos desde la perspectiva de Trump. Al término de la reunión, el presidente estadounidense dijo: "Me gusta este tipo". Carney afirma que trató una amplia gama de temas con Trump y añade que, a pesar de la complejidad de las negociaciones, éstas fueron "constructivas".
A la pregunta de un periodista de si había algo que Carney pudiera decirle para levantar sus aranceles de hasta el 25% sobre Canadá, Trump dijo sin rodeos: "No", antes de recalcar que los aranceles están ahí para quedarse hasta que se cumplan sus exigencias.
Poco antes de la llegada de Carney, Trump tomó las redes sociales para señalar que Washington no necesita "nada" de su vecino del norte. Trump mantuvo que Estados Unidos no estaba interesado en comprar automóviles a Canadá, independientemente de que se ensamblaran en el país norteamericano. Añadió que el déficit comercial de 63.000 millones de dólares en bienes, que exageró hasta los 200.000 millones, constituía un subsidio que debía ser eliminado.
Carney reconoció que ninguna retórica sobre los aranceles influiría en Trump, afirmando que "esta es una conversación más amplia." "Hay fuerzas mucho más grandes involucradas", continuó el líder canadiense. "Y esto llevará algún tiempo y algunas discusiones. Y por eso estamos aquí, para tener esas discusiones".
Trump añadió que la reunión con Carney había sido "genial" y que pensaba que la relación en curso sería "fuerte." Canadá es el principal destino de las exportaciones de 36 estados de Estados Unidos, con casi 2.700 millones de dólares en bienes y servicios que cruzan la frontera a diario. Aproximadamente el 60% del petróleo crudo y el 85% de las importaciones de electricidad de Estados Unidos proceden de Canadá.
Canadá es también el mayor proveedor extranjero de acero, aluminio y uranio a Washington, y posee 34 minerales y metales cruciales que el Pentágono tiene en el punto de mira por motivos de seguridad nacional. Canadá es una de las naciones más dependientes del comercio mundial, con el 77% de todas sus exportaciones destinadas a Estados Unidos.