Mientras tanto, Israel ha lanzado una nueva oleada de operaciones aéreas y terrestres en todo el territorio y el Ejército ordenó la evacuación de la segunda ciudad más grande de Gaza, Jan Yunis.
Los primeros vehículos de ayuda han entrado en Gaza tras casi tres meses de bloqueo del territorio por parte de Israel, según ha confirmado Naciones Unidas. Cinco camiones con ayuda humanitaria, incluidos alimentos infantiles, entraron el lunes en el territorio de más de dos millones de palestinos a través del paso fronterizo de Kerem Shalom, según el organismo israelí encargado de coordinar la ayuda a Gaza, COGAT.
La ONU calificó la entrega de "avance positivo", pero afirmó que se necesita mucha más ayuda para hacer frente a la crisis humanitaria en la Franja. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró el lunes que la decisión de reanudar las entregas limitadas de ayuda a Gaza tras el bloqueo iniciado el 2 de marzo se produjo tras la presión de los aliados, que dijeron que no podían apoyar la renovada ofensiva militar de Israel si salían "imágenes de hambre" del territorio palestino.
Mientras tanto, Israel ha lanzado una nueva oleada de ataques aéreos y terrestres en todo el territorio y el Ejército ordenó la evacuación de la segunda ciudad más grande de Gaza, Jan Yunis, donde Israel llevó a cabo una operación masiva a principios de la guerra que dejó gran parte de la zona en ruinas.
El domingo, Israel dijo que permitiría la entrada en Gaza de una cantidad "básica" de ayuda para evitar que se produjera una "crisis de hambre". Los expertos ya han advertido de una posible hambruna si no se levanta el bloqueo impuesto a los aproximadamente dos millones de palestinos del territorio.
Israel ha intensificado su ofensiva en Gaza en lo que considera un intento de presionar a Hamás para que libere al resto de rehenes secuestrados en el atentado del 7 de octubre de 2023 que desencadenó la guerra. Hamás respondió que sólo los liberará a cambio de un alto el fuego duradero y una retirada militar israelí del territorio.
Netanyahu ha dicho que Israel planea "tomar el control de toda Gaza" y establecer un nuevo sistema de distribución de la ayuda que eluda a Hamás. También ha dicho que Israel fomentará lo que él denomina la emigración voluntaria de gran parte de la población de Gaza a otros países.
Una "línea roja" en Gaza
La istración Trump ha expresado su pleno apoyo a las acciones de Israel y culpa a Hamás de los estragos causados entre los palestinos, aunque en los últimos días ha expresado su creciente preocupación por la crisis de hambre.
Trump, que se saltó Israel en su viaje a Oriente Próximo de la semana pasada, expresó su preocupación por la situación humanitaria en Gaza, al igual que el secretario de Estado Marco Rubio, que dijo en una visita a Turquía que estaba "preocupado" por ella.
En una declaración en vídeo publicada en las redes sociales, Netanyahu afirmó que los "mayores amigos de Israel en el mundo" le habían dicho: "No podemos aceptar imágenes de hambre, hambre masiva. No podemos soportarlo. No podremos apoyarte".
Netanyahu dijo que la situación se acercaba a una "línea roja", pero no estaba claro si se refería a la crisis de Gaza o a la posible pérdida de apoyo de los aliados. La declaración en vídeo parecía destinada a apaciguar la ira de la base nacionalista del primer ministro israelí ante la decisión de reanudar la ayuda.
Dos socios de Gobierno de extrema derecha han presionado a Netanyahu para que no permita la entrada de ayuda en Gaza. Al menos uno de ellos, el ministro de Finanzas Bezalel Smotrich, parecía estar de acuerdo con el último plan.
"No más incursiones y entradas y salidas, sino conquistar, limpiar y permanecer hasta que Hamás sea destruida", dijo Smotrich. "Estamos destruyendo lo que aún queda de la Franja, simplemente porque todo allí es una gran ciudad del terror".
Israel afirma que su nuevo plan de distribución pretende impedir que Hamás acceda a la ayuda, que según Israel utiliza para reforzar su dominio en Gaza. Pero las agencias de la ONU y los grupos de ayuda han rechazado la propuesta, alegando que los suministros no llegarán a suficientes personas y que la ayuda se convertiría en un arma, contraviniendo los principios humanitarios.