Irán está reclutando a israelíes endeudados para espiar a su propio país. El Estado judío ha detectado 20 casos y ha presentado 30 acusaciones en un año.
La semana pasada, las autoridades israelíes informaron sobre el arresto de dos jóvenes israelíes, Roy Mazrahi y Almoog Attias, de 24 años, acusados de espiar para los servicios de Inteligencia de Irán. Ambos, originarios de Nesher, cerca de Haifa, compartían una relación de amistad desde la infancia y enfrentaban graves problemas financieros debido a su adicción al juego.
Según el 'Jerusalem Post', Mazrahi fue ado inicialmente por un desconocido a través de un grupo en línea, quien le ofreció una suma considerable de dinero a cambio de realizar tareas aparentemente inofensivas. Estas incluyeron fotografiar su vecindario y documentar un cartel de venta de un taller de automóviles. Posteriormente, las misiones se volvieron más comprometedoras, incluyendo la quema de una nota con un mensaje contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Eventualmente, Mazrahi descubrió que sus empleadores eran iraníes.
En una misión más avanzada, Mazrahi y Attias adquirieron cámaras de circuito cerrado de televisión y se dirigieron a Kfar Ahim, al sur de Israel, donde reside el ministro de Defensa, Israel Katz. Su objetivo era instalar una cámara frente a la entrada de su casa, pero fueron detenidos antes de completar la tarea. Este caso es solo uno de los muchos que han surgido en los últimos años. Shin Bet (el servicio de seguridad y contrainteligencia interna de Israel) ha informado que los casos de espionaje relacionados con Irán se han disparado en comparación con el año anterior.
Los servicios de Inteligencia iraníes han identificado a ciertos grupos dentro de la sociedad israelí como objetivos potenciales para sus operaciones de espionaje. Según el 'Jerusalem Post', estos incluyen inmigrantes, personas con antecedentes penales y ciudadanos que atraviesan dificultades económicas.
Yossi Melman, experto en asuntos de espionaje, señaló que muchos de los reclutados provienen de comunidades periféricas y carecen de un fuerte sentido de pertenencia nacional. Atribuye el éxito de Irán en parte al colapso social en Israel, donde la solidaridad y la cohesión han disminuido.
¿Cómo funcionan los servicios de Inteligencia de la República Islámica de Irán?
Los agentes iraníes han utilizado diversas plataformas digitales, como las aplicaciones de Meta, LinkedIn, Telegram y X, para ar a ciudadanos israelíes. Inicialmente, ofrecen pequeñas sumas de dinero a cambio de tareas simples, como fotografiar lugares o escribir grafitis. Con el tiempo, las solicitudes se vuelven más serias, incluyendo la recopilación de información sobre funcionarios y asuntos sensibles.
En algunos casos, los reclutados han sido engañados para que realicen tareas sin saber que están trabajando para Irán. Shin Bet ha logrado frustrar muchas de estas operaciones, pero la preocupación persiste debido a la creciente sofisticación de los métodos utilizados.
El perfil de los reclutados varía, pero muchos comparten características comunes: dificultades financieras, falta de cohesión social y una menor identificación nacional. Yossi Melman, experto en asuntos de inteligencia, señaló que la falta de solidaridad enla sociedad israelí ha facilitado el reclutamiento por parte de Irán. Además, destacó que algunos de los reclutados han interrumpido el o con los agentes iraníes, lo que ha permitido a la Policía identificar y desmantelar varias células de espionaje.
En otro caso, Moti Maman, un israelí de 73 años, fue arrestado por presuntamente conspirar para asesinar al primer ministro Benjamín Netanyahu. Según las autoridades, Maman viajó a Irán en dos ocasiones para reunirse con agentes iraníes y solicitó un pago anticipado de un millón de dólares (unos 881.239 euros) para llevar a cabo el asesinato.
Uno de los casos más alarmantes es el de la llamada 'Célula de Haifa', una red compuesta por siete acusados de recopilar imágenes de bases militares israelíes, del sistema de defensa aéreo israelí (la Cúpula de Hierro) y otros objetivos estratégicos en todo el país. Con cada misión habrían ganado entre 500 y 1.200 dólares (entre 440 y 1.057 euros), según la acusación formal. Uno de sus principales objetivos fue la base aérea de Nevatim, en el sur de Israel, que posteriormente fue blanco de un ataque con misiles lanzado por la República Islámica de Irán, lo que refuerza las sospechas sobre la peligrosidad real de este tipo de infiltraciones.
Pero los reclutados no provienen únicamente del sector judío de la población. En octubre, las autoridades arrestaron a siete palestinos residentes en Jerusalén Este, acusados de planear atentados contra un científico nuclear israelí y el alcalde de una importante ciudad del país.
A pesar del incremento de estos intentos de espionaje y sabotaje, no se han registrado atentados exitosos contra altos funcionarios israelíes, y en muchos casos la información transmitida a Teherán ha sido limitada o superficial. Sin embargo, los expertos advierten que los riesgos son importantes. "El problema no es solo lo que sabemos, sino todo lo que aún ignoramos", señaló Yossi Mellman. "Lo más preocupante es ver cómo algunos ciudadanos israelíes están dispuestos a traicionar a su propio país por unos pocos miles de dólares".
Repercusiones y críticas
Aunque las autoridades israelíes han detenido a varios individuos involucrados en actividades de espionaje, algunos críticos del sistema judicial consideran que las penas impuestas son demasiado leves y no disuaden a otros de participar en tales actividades. Además, la exposición de estas redes de espionaje no ha tenido consecuencias significativas para Irán, lo que sugiere que el régimen continúa sus esfuerzos.
En resumen, el aumento del espionaje iraní en Israel es una preocupación creciente. Las autoridades israelíes continúan trabajando para identificar y desmantelar estas redes, pero el desafío persiste debido a la naturaleza cambiante y adaptativa de las tácticas empleadas por los servicios de Inteligencia iraníes.