El denominado Índice de Gerentes de Compras, basado en una encuesta a los gerentes de las fábricas, ha bajado a 50,1 puntos en diciembre, desde los 50,3 del mes anterior, según ha informado la Oficina Nacional de Estadística.
PUBLICIDADLa actividad de las fábricas chinas se ha desacelerado en diciembre a pesar de las recientes medidas de estímulo y de los crecientes riesgos comerciales, según datos oficiales. El denominado Índice de Gerentes de Compras, basado en una encuesta a los gerentes de las fábricas, ha bajado a 50,1 puntos en diciembre, desde los 50,3 puntos del mes anterior, según la Oficina Nacional de Estadística.
Sin embargo, esta ha sido la tercera lectura mensual consecutiva por encima de 50 puntos, un nivel que indica una expansión de la actividad manufacturera. La ralentización de la actividad fabril se ha debido a un "descenso del componente de producción", según una nota de Gabriel Ng Song Quan, economista adjunto en Capital Economics. "Dicho esto, el componente del precio de producción ha caído, lo que sugiere que se mantiene la presión a la baja sobre los precios", afirmó.
En general, los nuevos pedidos aumentaron a un máximo de ocho meses, mientras que el índice de pedidos de exportación subió al nivel más alto en cuatro meses, muy probablemente ayudado por los importadores estadounidenses que se apresuran a evitar los aranceles más altos que el próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, podría imponer a los productos chinos, señala Gabriel Ng.
Reducción del consumo y crisis inmobiliaria
Trump ha prometido imponer aranceles del 10% a los productos chinos, lo que aumenta los riesgos comerciales para China, el mayor exportador mundial de mercancías. El Gobierno chino ya está lidiando con una economía tambaleante, lastrada por la reducción del consumo y una crisis inmobiliaria.
El índice paralelo de directores de compras del sector no manufacturero, que abarca la construcción y los servicios, ha subido a 52,2 puntos, frente a los 50 puntos de noviembre.
El Banco Mundial elevó la semana pasada las previsiones de crecimiento de la economía china al 4,9%, pero advirtió de que la menor confianza de los hogares y las empresas, el envejecimiento de la población y problemas como el bajo consumo y el elevado endeudamiento seguirán lastrando el futuro crecimiento de China.