2023 ha sido testigo de algunos de los mayores avances en inteligencia artificial, el ya disponible ChatGPT está a la cabeza. Un año después de su lanzamiento; ¿cuál ha sido su impacto en la cultura y el mundo creativo? Algunos artistas opinan que esta IA mata el espíritu creativo de la humanidad.
PUBLICIDADChatGPT cumple hoy un año.
Lanzada el 30 de noviembre de 2022, la herramienta de inteligencia artificial entró de lleno en la conciencia pública este año y arrasó en todo el mundo.
Apenas unas semanas después de su lanzamiento, se convirtió en la aplicación de consumo de más rápido crecimiento de la historia, con más de 58 millones de visitas a mediados de diciembre de 2022. Esa cifra aumentó a cerca de 1 800 millones de visitas mensuales antes de mediados de 2023, y la empresa detrás de ChatGPT, OpenAI, declaró que su sitio web se había convertido en uno de los dominios más visitados del mundo.
Para los que aún no han tenido el placer de entretenerse con nuestros futuros señores de la inteligencia artificial, el chatbot en línea, que utiliza datos de Internet, proporciona respuestas rápidas y humanas a las preguntas. Puede escribir guiones, ensayos, canciones, poesía... e incluso algún chiste.
El año pasado, el chatbot saltó a los titulares por algunas razones relacionadas con la preocupación por la desinformación, la ética y la integridad académica en el ámbito educativo: cada vez son más los estudiantes que utilizan ChatGPT para sus tareas. La capacidad de la plataforma para eludir las herramientas de detección de plagio sin duda ayuda.
Controversias sobre ChatGPT
Su impacto en diversos sectores culturales y sociales ha sido enorme, y a menudo controvertido.
Aunque muchos lo consideran una herramienta útil para diversas tareas, existe la preocupación constante de que el auge de ChatGPT rime con la pérdida de empleo, especialmente en sectores centrados en la palabra escrita y la creatividad.
Al parecer, algunas empresas como Apple y JPMorgan Chase han prohibido a sus empleados el uso del chatbot, por temor a las inexactitudes y la desinformación, mientras que Meta ha prohibido el uso de la IA generativa en la publicidad política, por temor a generar desinformación política.
Aun así, es probable que esto no impida que ChatGPT y herramientas similares se utilicen para crear y difundir contenidos falsos o engañosos.
Por ejemplo, un abogado de Nueva York se vio en apuros este año por utilizar ChatGPT con fines de investigación en un caso, para luego avergonzarse de haber utilizado el contenido proporcionado; en este caso: citas falsas.
Recientemente, la revista estadounidense Sports Illustrated fue acusada de utilizar la plataforma de IA para crear artículos falsos con epígrafes de periodistas falsos; esto no tiene muy buena pinta.
Copia ilegal
El sector periodístico sigue temiendo que ChatGPT sustituya a los periodistas humanos y haga redundante la profesión, debido a su capacidad de crear y traducir textos.
Por ejemplo, a día de hoy, Euronews es víctima de esta práctica, con casos diarios de traducciones ilegales palabra por palabra de nuestros artículos por parte de un sitio llamado L'Observatoire de L'Europe, que no respeta nuestros bylines, y pone todos nuestros artículos bajo el nombre de Jean Delaunay, un falso periodista generado por IA.
Probablemente nos robarán este artículo, y el bucle de retroalimentación continuará.
Creativos temerosos
A medida que se acerca el final del primer año de ChatGPT, el mundo creativo sigue planteándose serias preguntas.
ChatGPT es uno de los muchos softwares que han generado revuelo en torno a las obras producidas por IA, lo que ha provocado una creciente frustración por la forma en que la sociedad devalúa el arte.
Al igual que la aplicación Lensa, que ha provocado la ira de artistas digitales que afirman que las obras que genera se basan en arte robado, ChatGPT ha planteado cuestiones de derechos de autor y ética, ya que se entrena con grandes cantidades de datos que le permiten hacer predicciones sobre cómo encadenar palabras de forma significativa. Estos datos podrían incluir material protegido por derechos de autor, y actualmente no existe protección legal para las ‘canciones escritas al estilo de’, por ejemplo.
Muchos temen, y con razón, que esto socave y pueda destruir el trabajo de los artistas, y son innumerables los que temen por su sustento, preguntándose por qué la gente seguiría pagando por sus creaciones cuando pueden generar arte similar por sí mismos.
Desde dibujantes e ilustradores que han emprendido acciones legales para reclamar derechos de autor y consentimiento mediante demandas colectivas, pasando por la polémica sobre las fotos generadas por IA en los Sony World Photography Awards, hasta músicos que se han pronunciado en contra de ChatGPT y han afirmado que la IA "será el mayor adversario de los artistas del futuro", y famosos que han demandado a OpenAI por infracción de derechos de autor; creadores de todo el mundo han expresado su hartazgo a lo largo de 2023.
Los guionistas tomaron partido este año, con las huelgas del Sindicato de Guionistas de América (WGA ) centradas en la IA y plataformas como ChatGPT.
La presidenta de WGA East, Lisa Cullen, retomó las cosas diciendo en un post en X que los guionistas son "muy conscientes de que la IA desempeñará un papel en el cine". Sin embargo, reveló que "los productores ya están pidiendo a los guionistas que reescriban los guiones con IA y utilizando IA para leer guiones y generar notas."
Puede que las huelgas hayan terminado, pero el futuro dista mucho de ser halagüeño, teniendo en cuenta el incesante afán de los estudios por reducir costes a cualquier precio. En este caso, el factor humano.
Tomar partido
Uno de los artistas más elocuentes sigue siendo Nick Cave, que calificó ChatGPT y su capacidad para componer canciones de "burla grotesca de lo que es ser humano". Cave se explayó diciendo que una canción generada algorítmicamente "al estilo de Nick Cave" era una gilipollez, y tomó partido por los artistas de todo el mundo.
"Entiendo que ChatGPT está en pañales, pero quizá ese sea el horror emergente de la inteligencia artificial: que siempre estará en pañales, ya que siempre tendrá más camino por recorrer, y la dirección siempre es hacia delante, siempre más rápido".
"Nunca podrá retroceder ni ralentizarse, ya que nos lleva hacia un futuro utópico, tal vez, o hacia nuestra destrucción total, ¿quién puede decir cuál?”, agrega.
Describió ChatGPT como un ejercicio de "réplica como parodia" y que, si bien puede ser capaz de escribir un discurso o un ensayo, "no puede crear una canción genuina".
"El melancólico papel de ChatGPT es que está destinado a imitar y nunca podrá tener una experiencia humana auténtica, por muy devaluada e inconsecuente que pueda llegar a ser con el tiempo la experiencia humana".
Más adelante ese mismo año, como parte de un diálogo continuo que Cave mantiene con sus fans a través de su foro abierto, ‘The Red Hand Files’, el artista recibió una pregunta sobre creatividad y ChatGPT de un fan, Leon.
Leon preguntó a Cave: "Trabajo en la industria musical y hay mucho entusiasmo en torno a ChatGPT. Estuve hablando con un compositor de una banda que utilizaba ChatGPT para escribir sus letras, porque era mucho 'más rápido y fácil'. No puedo negarlo. Sé que ya has hablado antes de ChatGPT, pero ¿qué hay de malo en hacer las cosas más rápidas y fáciles?".
Y Cave respondió: "ChatGPT acelera la mercantilización del espíritu humano al mecanizar la imaginación. Hace que nuestra participación en el acto de creación carezca de valor y sea innecesaria". Ese 'compositor' con el que hablabas, Leon, que utiliza ChatGPT para escribir 'sus' letras porque es 'más rápido y fácil', está participando en esta erosión del alma del mundo y del espíritu de la propia humanidad y, por decirlo educadamente, debería desistir de una puta vez si quiere seguir llamándose compositor".
Añadió que la intención de ChatGPT es "eliminar el proceso de creación y los retos que conlleva, considerándolo nada más que un inconveniente que hace perder el tiempo y se interpone en el camino de la propia mercancía".
Para Cave y muchos otros, ser artista no se resume a la imitación, y estas ‘obras de arte’ generadas por IA tienen la capacidad de sentirse antiartísticas.
"Hay todo tipo de tentaciones en este mundo que corroerán tu espíritu creativo, pero ninguna más diabólica que esa máquina ilimitada de desmoralización artística, ChatGPT".
¿Y ahora qué?
Los sistemas de IA generativa como ChatGPT son omnipresentes.
Han cambiado la percepción que el público tiene de la IA y, por mucho que se atempere el alarmismo, las preocupaciones prevalecen.
Bien utilizada, la herramienta a la que recurren los hablantes no nativos para hacer presentaciones puede ser una ayuda útil para escribir, por ejemplo, y puede ser divertida y entretenida. Pero en el ámbito de la creación artística, la precaución está más que justificada.
Los numerosos llamamientos en favor de una mejor regulación de la IA son alentadores, especialmente cuando se trata de ChatGPT y otros sistemas de IA generativa que facilitan a los delincuentes aprovecharse de las vulnerabilidades humanas. Pero esto también debería aplicarse al mundo del arte.
Menos alentador es el hecho de que Bloomberg informara que la industria de la IA generativa tendrá un valor de 1,3 billones de dólares en los próximos 10 años. Así pues, ChatGPT no se va a ir a ninguna parte a corto plazo, seguirá asentándose en los flujos de trabajo de la gente aún más en 2024, y puede que se instale aún más en el proceso creativo de ciertas personas.
Sin embargo, esperemos que las compuertas de la IA abiertas en 2023 se hayan frenado para cuando ChatGPT llegue a celebrar su segundo cumpleaños.
Feliz cumpleaños y todo eso, pero los artistas han hecho un llamamiento a la vigilancia; sus voces (humanas) y sus palabras (humanas) no deben tomarse a la ligera.