Un manuscrito considerado en su día una copia no oficial de la Carta Magna se cree ahora que es una versión auténtica y ''uno de los documentos más valiosos del mundo'', según dos académicos británicos.
En 1946, la Facultad de Derecho de Harvardcompró un ejemplar de la Carta Magna (un documento histórico del derecho inglés, considerado el precursor del constitucionalismo moderno) a los libreros londinenses Sweet & Maxwell por el irrisorio precio de 27,50 dólares, unos 400 euros en 2025 teniendo en cuenta la inflación. Los libreros la habían comprado en una subasta de Sotheby's en Londres, y el catálogo describía el manuscrito como una "copia... hecha en 1327... algo frotado y manchado de humedad".
Resulta que esta copia no oficial de la Carta Magna, el primer documento que puso por escrito el principio de que el rey y su Gobierno no estaban por encima de la ley, había sido catalogada erróneamente y que en realidad es un original. Esto significa que el documento es sólo uno de los siete emitidos en 1300 por Eduardo I que aún sobreviven.
David Carpenter, catedrático de Historia Medieval del King's College de Londres, es el autor del descubrimiento. "Estaba buscando en todos esos libros de leyes en línea copias no oficiales de la Carta Magna... e inmediatamente pensé: "Dios mío, esto parece un original de la confirmación de la Carta Magna por Eduardo I en 1300", aunque, por supuesto, las apariencias engañan", dijo el profesor Carpenter.
Él y Nicholas Vincent, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de East Anglia, hicieron varias pruebas para determinar la autenticidad del documento, conocido como HLS MS 172. "Utilizando imágenes espectrales y luz ultravioleta, porque en algunos lugares el estado no es muy bueno, lo examiné palabra por palabra y coincidía perfectamente con los otros seis", dijo el profesor Carpenter.
El profesor Carpenter describió el HLS MS 172 como "uno de los documentos más valiosos del mundo". Y añadió: "Afirma el principio fundamental de que el gobernante está sujeto a la ley. No puede decir: 'A la cárcel, que te corten la cabeza, te confiscaré tus bienes'. Si quiere actuar contra ti, tiene que hacerlo mediante un proceso legal. Es la piedra angular de la tradición occidental de derecho y democracia".
Preguntado por la posibilidad de que se confundiera con una copia, el profesor Vincent dijo: "Creo que todo el mundo estaba agotado al final de la Segunda Guerra Mundial. Creo que quienquiera que la leyera en Sotheby's y la mirara, sospecho que pensó: 'oh, no puede ser una Carta Magna original porque la conoceríamos'".
Leyeron mal la fecha, se equivocaron de rey. La catalogaron como si fuera una carta de Eduardo III. Pero en realidad es de Eduardo I. Para un aficionado es un error bastante fácil de cometer. Pero, como resultado, se ignoró por completo el hecho de que era un original y se vendió por un precio bastante irrisorio".
En cuanto al valor actual del documento, el profesor Vincent dijo: "Dudaría en sugerir una cifra, pero la Carta Magna de 1297 que se vendió en una subasta en Nueva York en 2007 alcanzó los 21 millones de dólares, así que estamos hablando de una suma de dinero muy elevada".
El profesor Carpenter describió el descubrimiento como una noticia "fantástica" para Harvard. "Me sentí asombrado. Primero, de que existiera y, segundo, de que Harvard no se diera cuenta de lo que tenía. En cierto modo, me sentí un poco asombrado porque la confirmación de Eduardo I en 1300 es la más autorizada de todas las confirmaciones".
Carpenter y Vincent creen que el documento se expidió al antiguo distrito parlamentario de Appleby, en Cumbria, en 1300. "La Carta Magna de Harvard merece ser celebrada, no como una mera copia, manchada y descolorida, sino como original de uno de los documentos más significativos de la historia constitucional mundial, piedra angular de las libertades pasadas, presentes y aún por conquistar", añadió el profesor Carpenter.
Amanda Watson, de la Facultad de Derecho de Harvard, felicitó a los dos profesores por el hallazgo: "Este trabajo ejemplifica lo que ocurre cuando magníficas colecciones, como la de la Biblioteca de Derecho de Harvard, se abren a brillantes estudiosos". Los profesores esperan que la Carta Magna de Harvard se exponga pronto al público.