Bélgica se enfrenta a un futuro de temperaturas más cálidas y fenómenos más extremos, según las proyecciones climáticas. No es ajena a las inundaciones, pero también se enfrenta a un mayor riesgo de sequía. Climate Now informa desde una región del país que ya lo ha sufrido.
PUBLICIDADEste mes, Climate Now se encuentra en la región belga de Valonia para conocer cómo un plan de adaptación al clima busca reducir los riesgos e impactos asociados a las futuras amenazas de inundaciones y sequías.
Al mismo tiempo, el Servicio de Cambio Climático de Copernicus revela que en todo el planeta se acaba de experimentar el junio más cálido registrado, con temperaturas 0,7°C por encima de la media de 1991-2020.
Turquía se enfrentó a una ola de calor, Grecia registró el mes de junio más caluroso de su historia y Chipre emitió un aviso de alerta roja por calor.
En Europa Occidental el mes de junio ha sido menos caluroso y muchos países registraron temperaturas inferiores a la media de esta época del año.
Las fuertes lluvias provocaron inundaciones y desprendimientos de tierra en Suiza, el sur de Alemania, partes de Francia y el norte de Italia.
Mientras tanto, al otro lado del planeta, la extensión de hielo marino antártico se situó un 12% por debajo de la media, su segundo nivel más bajo registrado en junio.
El doble reto climático de Bélgica
Las inundaciones que asolaron Bélgica en julio de 2021, tras unas lluvias récord, fueron devastadoras y mortales. Pepinster, pueblo situado en la confluencia de dos ríos, fue una de las zonas inundadas.
"Pensamos que íbamos a morir"
La casa de la familia Brasseur en Pepinster, cerca del río Vesdre, fue engullida. Temían por sus vidas y se vieron obligados a refugiarse en un tejado.
"El agua llegaba hasta cinco o seis metros en la calle, lo que era incomprensible. Así que estábamos muy asustados. Incluso pensamos en la muerte", recuerda Paul Brasseur, que sigue viviendo en Pepinster.
"Hay mucho cambio climático en este momento. De hecho, las inundaciones son la prueba de ello".
La casa de la familia Brasseur, junto con otras, ha sido demolida, dejando cicatrices en el paisaje donde una vez estuvieron.
Plan de ordenación para el valle del Vesdre
Un plan de adaptación climática a las inundaciones en el valle del Vesdre, incluido Pepinster, recomienda reducir las construcciones junto al río para ayudar a minimizar los riesgos y daños futuros.
La política, encargada por la Región Valona y desarrollada por un consorcio que incluye a la Universidad de Lieja, también sugiere sustituir los pinos de las colinas circundantes por árboles de hoja que absorban más agua, así como enmarcar las tierras agrícolas con zonas verdes, lo que tiene un doble beneficio.
"Si tienes más zonas verdes bordeando los campos, será bueno también para las sequías porque, básicamente, modificas el suelo y dejas espacio para almacenar agua a lo largo de estos bordes, con lo que esta agua se infiltrará progresivamente en el suelo", explicó el profesor Jacques Teller, experto en urbanismo de la Universidad de Lieja que trabajó en el plan de ordenación.
"Hay que dar espacio a la naturaleza"
Más allá del valle del Vesdre, en Eupen, también afectado por las inundaciones de 2021, se están aplicando soluciones basadas en la naturaleza no solo para ayudar a que el agua de lluvia se filtre, sino también para enfriar.
Las proyecciones climáticas para Bélgica hasta el año 2100 muestran que las temperaturas podrían aumentar hasta 3,5°C, con más de 50 días de olas de calor al año.
Malmedyer Straße se renueva para ser más verde y una antigua plaza junto al río se está convirtiendo en un parque repleto de árboles, arbustos y praderas de flores. Pero, ¿qué diferencia supondrán realmente este tipo de espacios verdes?
"En caso de inundación, los daños son menores", afirma el profesor Jacques Teller, de la Universidad de Lieja. "En cuanto a las sequías, básicamente se trata de retener el agua donde está y contribuir a bajar la temperatura dentro de las ciudades, tanto la de la superficie como la del aire, lo que es bueno para los habitantes".
La alcaldesa de Eupen, Claudia Niessen, añade: "Los últimos años me han confirmado lo estrechamente vinculada que está nuestra seguridad a una ordenación territorial sostenible y con visión de futuro. También que la conservación de la naturaleza es una importante inversión en seguridad".
"En el sector privado y, también como agentes públicos, tenemos que prepararnos para las crecientes crisis relacionadas con los fenómenos meteorológicos extremos", afirma. "Por eso, hoy tenemos que rediseñar nuestras ciudades y dar espacio a la naturaleza".
"Tendremos que adaptarnos mucho"
La seguridad nacional y la resiliencia son temas clave para el Centro de Análisis de Riesgos del Cambio Climático (CERAC), con sede en Bruselas, creado a raíz de las inundaciones de 2021.
Se dedica a proporcionar análisis independientes de los riesgos, valorando la exposición y vulnerabilidad de Bélgica a los peligros climáticos y medioambientales a medio y largo plazo. La idea es proporcionar a los responsables políticos información y recomendaciones pertinentes.
"Si miramos ahora los escenarios, incluso en el más optimista, tendremos que adaptarnos mucho, lo que significa prepararnos para el cambio climático que se producirá", subrayó Luc Bas, que dirige el CERAC.
"Para ello, necesitamos saber qué va a pasar y dónde va a pasar. Tenemos que saber con más certeza cuál es el contexto local, cuál es el contexto geográfico de las catástrofes que se nos vienen encima".