Nuestras ciudades están contaminadas y superpobladas, pero plantar árboles en espacios urbanos puede aumentar la biodiversidad y crear hábitats de vida silvestre para el futuro.
Entre calles concurridas, parques y centros comerciales, se está produciendo silenciosamente una transformación ecológica que devuelve la naturaleza a la expansión urbana de las ciudades. Desde Londres a Los Ángeles se están plantando microbosques, pequeñas zonas arboladas densamente pobladas. Pero, ¿qué son y cómo pueden mejorar nuestras metrópolis urbanizadas?
¿Qué son los microbosques y por qué los necesitamos?
Más de 420 millones de hectáreas de bosque se han perdido para otros usos desde 1990, según el Informe sobre la Situación de los Bosques del Mundo 2020 de la ONU. Con más del 85% de la población mundial viviendo en zonas urbanas, los microbosques en las ciudades ofrecen una oportunidad esencial para combatir la deforestación.
La técnica del bosque de Miyawaki, inventada por el botánico y experto en ecología vegetal japonés Akira Miyawaki en la década de 1970, es la inspiración de los microbosques de todo el mundo.
Estos pequeños bosques orgánicos y diversos pueden crearse en terrenos de tan sólo nueve metros cuadrados y sólo utilizan especies autóctonas que crecerían de forma natural en la zona de plantación. Crecen hasta 10 veces más rápido que los bosques de monocultivo, en sólo dos o tres décadas.
Desde que Miyawaki inició su labor, se han plantado más de 280 microbosques. La ONG Earthwatch Europe ha plantado 285 bosques diminutos desde 2022. Sus parcelas, formadas por 600 árboles, pueden atraer a más de 500 especies animales y vegetales en los tres primeros años. Entre las ubicaciones se encuentran un campo de deportes y un parque en Haringey, al norte de Londres. Por su parte, 'SUGi', un programa de plantación de árboles cuyo objetivo es restaurar la biodiversidad y reintroducir especies autóctonas, ha creado230 "bosques de bolsillo" en 52 ciudades de todo el mundo, desde Toulouse (Francia) hasta Saint George (Rumanía) y Madrid (España).
¿Cómo benefician los microbosques al medio ambiente?
En zonas urbanas contaminadas, los microbosques pueden ayudar a recuperar la calidad del suelo, el agua y el aire, según Woodland Trust. Su pequeño tamaño permite la plantación en un espacio urbano relativamente limitado, aprovechando a menudo espacios no utilizados, como patios de colegio, cementerios y proximidades de estaciones de metro. También pueden ayudar a reducir el impacto de las lluvias torrenciales y a mantener más frescas las ciudades.
Los microbosques pueden crear más hábitats para la fauna de las ciudades, como mirlos o erizos. Cuando se plantan en capas diferenciadas, también pueden desarrollar comunidades vegetales de arbustos y hierbas más pequeños, que permiten a los microbosques ser autosuficientes tras sólo tres o cinco años de crecimiento.
"Nuestros 'bosques de bolsillo' ofrecen un sinfín de ventajas", afirma Elise Van Middelem, fundadora y consejera delegada de SUGi. "Quizá lo más importante es que pueden contribuir al bienestar de las comunidades. Desde una perspectiva psicológica, interactuar con la naturaleza reduce el estrés físico y puede mejorar los síntomas de mala salud mental, como la ansiedad o la depresión."
"Se convierten en imanes para la conexión humana. La gente se toma un respiro durante el calor del día o los visita para leer un libro; en otras ocasiones, el bosque se convierte en un lugar de baile, aprendizaje, debate y ocio. Son autosuficientes en 2-3 años desde un punto de vista ecológico, pero a un nivel mucho más profundo, los de la comunidad se convierten en es de la propia tierra."
Y añade: "También tienen un impacto positivo en los niños y los jóvenes. 140 de nuestros 'bosques de bolsillo 'se plantaron en escuelas con casi 80.000 niños. La plantación de 'bosques de bolsillo' ofrece a los niños una oportunidad única de relacionarse con la naturaleza y ver que sus acciones pueden tener resultados medioambientales tangibles. Involucrar a la próxima generación con la naturaleza es fundamental, porque para que queramos protegerla y cuidarla, necesitamos sentir una conexión con ella".
¿Cuáles son los retos de plantar en zonas urbanas?
A pesar de los beneficios de los microbosques urbanos, el cultivo en las ciudades también plantea problemas . La exposición a contaminantes, altas temperaturas y sequías puede impedir el crecimiento profundo de las raíces y aumentar la probabilidad de enfermedades, según Cities4Forests, una alianza mundial de apoyo a la naturaleza en las ciudades.
Van Middelem también subraya el reto de conseguir el apoyo de las comunidades para cultivar microbosques: "Es necesario implicar de forma efectiva a las partes interesadas de la comunidad y conseguir el apoyo de los residentes. No se puede plantar un 'bosque de bolsillo' sin su aprobación", afirma. "Sin embargo, ninguno de estos retos es insuperable".
Todos estos son problemas que hay que tener en cuenta, pero con el tiempo, los microbosques podrían ayudar a reducir la contaminación en las ciudades, además de hacerlas lugares más agradables para vivir.