El año pasado se devolvieron aquí más de 700.000 vasos de café para llevar. ¿Cómo llevar esta iniciativa sostenible a más ciudades europeas?
Deslice el vaso blanco con tapa azul en el orificio y siga las instrucciones escritas en la máquina de depósito. En pocos instantes, podrá recuperar la consigna de unas cinco coronas danesas (7 céntimos de euro) en su tarjeta de crédito.
En enero de 2023, la ciudad danesa de Aarhus puso en marcha un proyecto piloto de tres años para reducir el número de vasos de café desechables. En lugar de tirarlos a la basura, los vecinos pueden utilizar máquinas de depósito diseñadas por la empresa noruega de gestión de residuos TOMRA.
La iniciativa podría llegar a más ciudades de Europa
"Mediante un análisis de residuos, descubrimos que el 45% de los residuos de Aarhus procedían de envases de comida para llevar", explica Simon Smedegaard Rossau, director del proyecto de envases circulares del Ayuntamiento de Aarhus. "Este hallazgo fue un punto de inflexión". Un año después, Aarhus puede compartir sus primeros resultados, con la esperanza de que más ciudades sigan su ejemplo.
Un sistema de vasos reutilizables en la calle
Muchos países europeos, como Rumanía, Dinamarca y Bélgica, han introducido sistemas de depósito que permiten a los ciudadanos devolver botellas y envases de plástico o vidrio en máquinas designadas al efecto en cadenas de supermercados, donde se les recompensa con un pequeño reembolso a cambio. Sin embargo, el sistema de Aarhus es al aire libre, con máquinas situadas en las principales calles comerciales.
El objetivo es reciclar productos muy populares, como los vasos de bebidas frías o calientes, que se utilizan una media de sólo 15 minutos antes de ir a la basura. "En todo el mundo sólo se recicla menos del 2% de los vasos de café de plástico de un solo uso", afirma Rossau.
La revolución de la reutilización está en marcha
El proyecto piloto no sólo requirió construir máquinas, decidir dónde colocarlas y crear los vasos reciclables. Cambiar el comportamiento de los consumidores era un paso necesario para hacer realidad la "revolución de la reutilización".
"La comodidad del plástico se ha optimizado durante décadas, y esa es una fuerza que influye mucho en el comportamiento del consumidor. Si el consumidor tiene que elegir entre plásticos de un solo uso y plásticos reutilizables, el índice de adopción sería bajo", afirma Geir Saether, responsable de TOMRA Reuse.
¿Cómo se ganó Aarhus a la gente?
Para convencer a los ciudadanos, la iniciativa contó inicialmente con el apoyo de 45 cafeterías, que aceptaron vender únicamente bebidas en estos vasos, sin dar a los consumidores la opción de comprar vasos de plástico de un solo uso.
En las primeras semanas, el índice de devolución sólo rondó el 25%, lo que hizo dudar a Rossau de que el sistema fuera a cuajar. Para que los vasos reutilizables sean una alternativa mejor que los de un solo uso, deben reciclarse al menos seis veces, hasta alcanzar un índice de devolución del 82%.
En septiembre se produjo un punto de inflexión durante el Festival Aarhus Uke, de una semana de duración, en el que los comercios del evento ofrecieron exclusivamente los vasos reutilizables. La iniciativa se dio a conocer a muchos más ciudadanos y se devolvieron unos 100.000 vasos, una cantidad que habría llenado 1.200 contenedores de basura.
Los festivales pueden facilitar cambios de comportamiento
El acto, según Rossau, fue útil para el cambio de comportamiento, ya que familiarizó a una mayor parte de la población con el nuevo producto reciclable. "Ahora vemos cambios de comportamiento. Vemos que la gente va con bolsas llenas de vasos, lo que significa que reciclan a granel, como en el caso de las latas y las botellas", dice Rossau. "Ahora vemos que la tasa de devolución es del 88%, lo que significa que un vaso se reutiliza 44 veces".
¿Cuántos vasos de plástico se devolvieron en Aarhus?
El programa piloto se propuso recoger 500.000 vasos en su primer año, un objetivo que se superó con creces, ya que los vasos se devolvieron 735.000 veces, con lo que se ahorraron 14 toneladas de plástico de la incineración y las emisiones de CO2.
Para 2025, el objetivo es recoger 1,5 millones de vasos, con 1,5 millones adicionales previstos para el tercer año. El Ayuntamiento de Aarhus tiene previsto ampliar esta iniciativa a otras pequeñas ciudades cercanas, así como a otros tipos de envases alimentarios.
"Nos han incluido en el plan financiero nacional danés, ya que los responsables políticos reconocen la escalabilidad del proyecto", dice Rossau. El presupuesto garantiza la financiación de una asociación nacional que reúne a municipios, empresas, restaurantes y otras partes interesadas.
Si se extiende a todo el país, el proyecto podría reducir significativamente el uso de envases de un solo uso para llevar, que actualmente suponen 500 millones de artículos desechables al año en Dinamarca.
Aarhus es una ciudad de tamaño medio, y la ampliación del modelo a ciudades más grandes, con cadenas de suministro más complejas, presenta retos y oportunidades diferentes.
¿Cómo actúa Europa contra los residuos plásticos?
"Aarhus es sólo la punta del iceberg. Hemos visto un gran impulso en ciudades como Barcelona, Berlín, Lovaina, Gante, Rotterdam y París, que luchan contra la crisis de los residuos de envases reforzando sus sistemas de reutilización", afirma Nathan Dufour, responsable de sistemas de reutilización de Zero Waste Europe.
Estas acciones apoyan los objetivos más amplios de reducción de residuos de la UE, dentro del recientemente aprobado Reglamento sobre Envases y Residuos de Envases (PPWR). El PPWR obliga a los Estados a reducir los residuos de envases per cápita en un 5% para 2030, con nuevas reducciones para 2035 y 2040.
"Gracias al PPWR, por fin tenemos objetivos en toda la UE sobre envases reutilizables para comida para llevar, bebidas, industrias de servicio rápido, envíos postales y muchos otros segmentos", afirma Dufour. Pero aún no es suficiente, añade. "Las ciudades han liderado el camino allí donde un mosaico de normativas ha fracasado, necesitamos apoyar los objetivos nacionales".
La transición a la reutilización requiere intervenciones políticas
Se necesita un apoyo legislativo más amplio para aliviar los importantes costes de poner en marcha y mantener sistemas de envases reutilizables en toda la ciudad, así como los obstáculos logísticos de limpiar y redistribuir los vasos.
"La transición a la reutilización requiere intervenciones políticas contundentes, como gravámenes, objetivos de reutilización y prohibiciones de los envases de un solo uso", afirma Sæther, de TOMRA.
Las prohibiciones del plástico de un solo uso han demostrado su eficacia, pero se prevé que la producción de plástico se triplique de aquí a 2060. "Para igualar las condiciones al plástico de un solo uso, debemos tener en cuenta los costes externos, como la contaminación, mediante medidas como impuestos sobre los envases de un solo uso", añade.
Políticas que promuevan el éxito de la reutilización
El papel de los responsables políticos será crucial para determinar el ritmo y el éxito de esta transición para que los sistemas de envasado de reutilización sean eficientes y convenientes para vendedores y consumidores.
"Los cambios circulares no ocurren por accidente: necesitan el apoyo de intervenciones que moldeen el comportamiento tanto de las empresas como de los consumidores. Es tan sencillo como incentivar la elección de opciones sostenibles y penalizar las prácticas derrochadoras", concluye Sæther.