Antes del 30 de agosto, la primera ministra italiana debe presentar sus candidatos al Ejecutivo de la UE dirigido por Von der Leyen, mientras que cuanto antes debe llegar a un acuerdo para elegir al nuevo Consejo de istración de la 'RAI'.
PUBLICIDADNo será un agosto de vacaciones y relax para la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. Antes del 30 de agosto, la jefa del Gobierno italiano debe comunicar a la Comisión Europea los nombres elegidos como candidatos al Ejecutivo europeo: una cita crucial para Meloni. Desde hace meses aspira a un puesto de peso para Italia, preferiblemente una cartera económica, pero el emparejamiento no está cantado, ya que el peso de la mandataria y del grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos se ha reducido en Bruselas.
Antes incluso, teóricamente antes del 9 de agosto, cuando se cierra el trabajo parlamentario por las vacaciones de verano, la primera ministra debe nombrar a la nueva cúpula del grupo de radiotelevisión 'RAI'. Un expediente más urgente que nunca, dado que el 24 de julio la presidenta de la cadena pública italiana, Marinella Soldi, anunció su dimisión mientras volaba a Londres a la 'BBC'.
Dos enfrentamientos aparentemente distantes, pero más entrelazados de lo que parece. En primer lugar por la publicación la semana pasada del informe de la Comisión Europea sobre el Estado de Derecho, que puso bajo la lupa la gestión de la 'RAI' por parte de la política italiana. Y en segundo lugar por la delicada relación con los aliados de la mayoría gubernamental, unidos en Italia pero alineados en tres grupos diferentes en Europa.
La (accidentada) carrera por la cartera económica en la Comisión de la UE
Aunque Italia aún no ha presentado formalmente sus candidaturas en Bruselas, el nombre más citado es el del actual ministro de Asuntos Europeos, Políticas de Cohesión y PNR, Raffaele Fitto, exvicepresidente del grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos en el Europarlamento.
Para él (o para quien sea) Meloni querría la cartera de Cohesión, el comisario que gestionará un tercio del presupuesto de la Unión, supervisará el fondo de Recuperación y dirigirá el plan de reducción de las cargas istrativas.
Pero sea cual sea el candidato, la ambición de Meloni podría resquebrajarse por las recientes fricciones con Bruselas y, en particular, con la reelegida Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
La primera ministra italiana, de hecho, cuestionó primero en una carta y luego en una rueda de prensa desde Pekín las seis recomendaciones a Italia contenidas en el informe sobre el desarrollo del Estado de Derecho en los Estados de la Comisión.
La carta de Meloni sobre las injerencias políticas en la RAI
Lo que molestó a Meloni, hasta el punto de enviar una carta dirigida personalmente a Von der Leyen desde China, donde se encontraba de visita oficial del 28 al 31 de julio, fue el apartado sobre libertad de prensa y libertad de expresión en Italia, en el que Bruselas se declaraba preocupada por los casos de intimidación a periodistas por parte de políticos, la falta de protección del secreto profesional y de las fuentes periodísticas, el retraso en la reforma de la ley sobre difamación, así como las injerenciasde políticos en la 'RAI'.
En su articulada carta a la "querida Úrsula", la primera ministra subrayó que "las recomendaciones a Italia no difieren especialmente de las de años anteriores,** sin embargo, por primera vez el contenido de este documento ha sido distorsionado para su uso político por algunos en un intento de atacar al Gobierno italiano", léase la oposición y los periódicos más críticos con el Ejecutivo de extrema derecha.
Después se detuvo en los tres puntos que consideraba más críticos, todos ellos relativos a la 'RAI' y a la injerencia de la clase política en la gestión y la línea editorial de la cadena pública, negando cualquier actitud facciosa por parte de su Gobierno .
La Comisión Europea respondió con estupor, pero sin exponerse. "Hemos recibido la carta de Meloni y la estamos evaluando", declaró el 30 de julio la portavoz Anitta Hipper, subrayando que el informe es el "resultado" de consultas con los propios Estados y, por tanto, con cada uno de los Gobiernos nacionales. Meloni, retomando el tema en el primer punto de prensa desde Pekín el mismo día, se esforzó en precisar que la carta no era más que una "reflexión común" y que las relaciones con la Comisión Europea no se están deteriorando .
Ascenso y caída de Meloni en Bruselas
El episodio no llega en un momento halagüeño. En menos de dos meses, la presidenta del Consejo ha visto cómo descendía su recién ganada influencia en Bruselas, y no cabe duda de que ha tenido que encajar algunos golpes.
En vísperas de las elecciones europeas, Meloni fue cortejada tanto por la extrema derecha como por Von der Leyen (quien había llegado a decir que estaba dispuesta a acoger a Hermanos de Italia en el PPE) y ahora se la consideraba la creadora de reyes tras las elecciones europeas. Gracias al éxito en las urnas de los ultraconservadores, podría haber desplazado a la Unión hacia la derecha, y exigido para los de su grupo algún alto cargo.
Pero entonces la extrema derecha no se abrió paso, los grupos tradicionales del Europarlamento volvieron a obtener la mayoría y pudieron decidir los nuevos nombramientos, y Meloni se encontró en una situación complicada: protestó, intentó sin éxito influir en el proceso de toma de decisiones, y luego se vio obligada por las circunstancias a oponerse a la reelección de Von der Leyen, sacando a Italia por primera vez de la mayoría europea.
Según Meloni, todo esto no tendrá repercusiones en los nombramientos para el Ejecutivo europeo: "Estoy hablando con Von der Leyen", aseguró la italiana desde China. Pero incluso según el 'Financial Times', los últimos acontecimientos han mostrado "signos de hundimiento" en la colaboración entre Roma y Bruselas, y la elección del comisario será una "prueba clave" para la reputación de Meloni en la UE.
Los problemas para Meloni no acaban aquí. Complica el juego político en Bruselas la relación con sus aliados de Gobierno, con Salvini intentando arrinconarla para robarle votos en la derecha. También por estas tensiones internas en la mayoría italiana, Meloni no pudo apoyar a su "amiga Úrsula".
Ahora necesitará la aprobación de la Liga y Forza Italia para proponer candidatos a la Comisión, una situación en la que es necesaria la mediación y, quizás, también concesiones en otros expedientes: los nombramientos de la 'RAI', precisamente.
El punto muerto en los nombramientos de la cúpula de la 'RAI'
El dossier de la RAI está en la agenda de la primera ministra desde hace semanas, pero el juego se ha acelerado con la dimisión de Soldi, que ha llegado en el peor momento: desde la época del segundo Gobierno Berlusconi, la 'RAI' no ha estado tanto en el candelero, en Italia y en Europa. A causa del revuelo suscitado por el informe de Bruselas sobre el Estado de Derecho y las numerosas acusaciones de injerencia en la línea editorial de la cadena pública, ahora apodada "TeleMeloni" tanto por la oposición como por los críticos.
Varios del Partido Demócrata, el Movimiento 5 Estrellas y la Alianza de la Izquierda Verde criticaron los comentarios "irritantes" y "victimistas " de la primera ministra en su carta a von der Leyen, en la que pedía a Meloni que compareciera ante la comisión de control de la 'RAI' para dar explicaciones. Ahora cuestionan la posible conexión del asunto con los nombramientos del nuevo consejo de istración, aprovechando para pedir una reforma de la gobernanza de la 'RAI'.
Hay quien lee en la carta la voluntad del primer ministro de acelerar los nombramientos: dirigida más a la opinión pública interna que a un interlocutor institucional europeo, serviría para desmentir la narrativa de la oposición sobre la 'RAI' y superar el 'ime' sobre los nombres en la mayoría.
Los aliados del Gobierno, de hecho, están aún lejos incluso de ponerse de acuerdo sobre el día de la votación de los del Consejo de istración, solo el primero de varios pasos para llegar a la nueva estructura de mando de la cadena.
La Liga presiona para obtener una posición destacada y podría darse por satisfecha
La Cámara de Diputados y el Senado deben elegir a dos del Consejo de istración cada uno, otros dos son nombrados por el Consejo de Ministros a propuesta del Ministro de Economía y uno por los empleados de la RAI. Tras la votación, el nuevo Consejo de istración se reúne para elegir al director general e indicar el presidente, que luego debe someterse a la votación de la Comisión Parlamentaria de Control.
A los Hermanos de Italia les gustaría cerrar el asunto antes de las vacaciones de verano, pero a muchos de la mayoría, sobre todo a la Liga, les gustaría aplazarlo todo hasta septiembre. El lunes está prevista una reunión de los líderes de los grupos parlamentarios para fijar la fecha de la votación, y según la agencia Ansa, que cita a fuentes internas, el lunes a más tardar debería celebrarse una cumbre del centro-derecha para hacer balance del dossier.
El nudo sigue siendo el nombramiento del nuevo presidente. La primera ministra, escribe Ansa, "intentará cerrar el círculo de los nombres, empezando por el del presidente que deberá contar con el aval de dos tercios de la Comisión de Control con la ayuda necesaria, por tanto, de parte de la oposición". El esquema en el que estaría trabajando Hermanos de Italia es el de Simona Agnes (cuota Forza Italia) como presidenta y Giampaolo Rossi (cuota Hermanos de Italia) como consejero delegado, mientras que la Liga tendría un consejero.
Salvini, sin embargo, puja por la dirección general y muchos exponentes de Carroccio dicen estar convencidos de que al final ganará uno de los dos, el actual director de producción Marco Cunsolo, que iría en cabeza, y el director de publicidad de la 'RAI' Maurizio Fattaccio. El juego de los nombramientos en la 'RAI' es interno, pero podría acabar pesando en el frente europeo si no hay a tiempo un acuerdo entre los partidos mayoritarios.