El multimillonario tecnológico Elon Musk ha mantenido un chat en línea con la líder del partido ultraderechista alemán Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel, un encuentro que, según advierte la Comisión Europea, podría tener repercusiones legales.
El propietario de X, Elon Musk, invitó el jueves a la jefa del partido ultraderechista alemán AfD, Alice Weidel, a subir a la plataforma para mantener un amistoso debate que abarcó desde la política energética hasta las asociaciones neonazis de su partido, una charla que la Comisión Europea ha dicho que sus organismos de control vigilarán.
"Weidel es la principal candidata para gobernar Alemania", proclamó Musk al inicio de la conversación. Sin embargo, las encuestas difieren sobre si Weidel va en cabeza. Un sondeo de la cadena pública 'ZDF' del 20 de diciembre sitúa a Weidel en cuarto lugar con un 16 %, al mismo nivel que el canciller alemán Olaf Scholz y por detrás de sus rivales Friedrich Merz y Robert Habeck.
Además, otros partidos han descartado la posibilidad de trabajar con la AfD, por lo que sus posibilidades de convertirse en canciller son escasas. Weidel no tardó en criticar a la excanciller Angela Merkel, en particular su decisión de cerrar las centrales nucleares alemanas: "No hace falta ser muy listo para darse cuenta de que no se puede gobernar un país industrial sólo con energía eólica y solar", dijo Weidel. Musk respondió diciendo que es un fan de la energía solar y eólica, pero que debería haber "alguna forma" de energía de combustibles fósiles y energía nuclear.
Ambos estrecharon lazos sobre la eliminación de las trabas burocráticas alemanas cuando la conversación giró en torno a la fábrica de Tesla de Musk en Brandeburgo, a las afueras de Berlín. "Tuve mucho apoyo local", dijo Musk. En realidad, los lugareños presentaron más de 400 objeciones a la apertura de la planta cuando se anunció.
La AfD, en particular, fue uno de los más firmes opositores a la fábrica, con Lars Guenther, el entonces candidato regional de la AfD en Brandeburgo, calificando la planta de "catástrofe para la gente de esta región".
En cuanto a la inmigración, Weidel repitió el conocido argumento de la AfD de aplicar políticas estrictas en materia de inmigración. Afirmó que el Gobierno alemán está recaudando niveles récord de impuestos sobre la renta y que estaba "tirando el dinero por la ventana" ayudando a los extranjeros que entran en Alemania.
Sin citar la fuente de su estadística, afirmó que el 57% de las personas que atraviesan las fronteras alemanas "tiran sus pasaportes", con lo que parecía confundir la práctica de los solicitantes de asilo de deshacerse de sus pasaportes a su llegada en un intento de reducir el riesgo de deportación inmediata con la migración legal.
Cuando la discusión giró en torno a Israel, Weidel preguntó a Musk sobre cómo resolvería el conflicto en Oriente Medio, itiendo que ella "no sabía cómo resolvería este conflicto". Musk le preguntó entonces si apoyaba al Estado de Israel, a lo que Weidel respondió: "Sí, por supuesto".
Weidel: AfD diferente a los nazis
Durante la discusión entre la pareja, Weidel dijo que su partido defiende lo contrario de lo que representaba Hitler, afirmando que Hitler era un "socialista". "Financiaron con fondos estatales empresas privadas y luego pidieron enormes impuestos y nacionalizaron toda la industria, y el mayor éxito después de esa terrible época de nuestra historia fue etiquetar a Adolf Hitler como de derechas y conservador, era exactamente lo contrario", dijo.
La AfD se ha visto sacudida en los últimos años por escándalos sobre su asociación con organizaciones y símbolos neonazis. El presidente del grupo parlamentario de la AfD en el Parlamento de Turingia, Björn Höcke, ha sido condenado dos veces por utilizar a sabiendas un lema nazi en un mitin.
El partido está clasificado como organización sospechosa de extremismo, y su rama juvenil, que el partido ha intentado abandonar, ha sido etiquetada como grupo extremista por la agencia de inteligencia nacional de Alemania.
Musk ha recibido duras críticas de la clase política alemana por promocionar a la AfD. El gobierno alemán lo calificó de "injerencia" y algunos políticos compararon a Musk con el presidente ruso Vladimir Putin. Musk dejó poco a la imaginación sobre a quién apoyaba y hasta qué punto se tomaba en serio las críticas, diciendo a su audiencia: "La gente tiene que apoyar a la AfD, o las cosas van a empeorar mucho para Alemania."
Hasta ahora, no está claro si el apoyo de Musk a la AfD tendrá un impacto tangible en su éxito en las próximas elecciones alemanas del 23 de febrero. Una encuesta reciente de Forsa muestra que la intención de voto para la AfD se ha mantenido estable desde el inicio de 2024, con la AfD en las encuestas en torno a la misma cantidad que tenían el año pasado por estas fechas, con un 19%. El partido tiene éxito entre los votantes de rentas medias y bajas, pero atrae votos de todas las clases sociales a nivel regional, sobre todo en el este de Alemania.
¿Es legal esta conversación?
La Comisión Europea ha incluido la conversación en su investigación en curso sobre el cumplimiento por parte de X de la Ley de Servicios Digitales, la nueva normativa digital de la UE diseñada para limpiar las plataformas de medios sociales y proteger a los s de los daños en línea.
La Comisión ha afirmado que Musk tiene derecho a expresar su opinión, pero sus organismos de control vigilarán si amplifica el discurso del odio o fomenta la desinformación electoral.
Además de las preocupaciones de la UE, la ONG alemana Lobby Control ha señalado que la conversación difundida podría constituir una donación ilegal a un partidosegún la legislación alemana. Las donaciones a partidos procedentes de países no comunitarios están prohibidas en el país hasta un máximo de 1.000, según confirmó a 'Euronews' un portavoz del Ministerio del Interior.
"Según la Ley de Partidos Políticos, que fue reformada a principios de 2024, la publicidad electoral de terceros se considera una donación de partido", dijo Aurel Eschmann, de Lobby Control.
"Se espera que la entrevista tenga una repercusión mucho mayor que las publicaciones de los s habituales. En este sentido, se puede hablar sin duda de publicidad política, porque la plataforma X suele vender ese alcance por mucho dinero", dijo la ONG.