Los estudiantes, que iniciaron el jueves una marcha de 80 kilómetros desde Belgrado, pretenden bloquear el sábado los puentes de la ciudad norteña de Novi Sad, en un nuevo pulso al Ejecutivo serbio.
Los estudiantes serbios continúan este viernes su marcha de 80 kilómetros hacia la ciudad norteña de Novi Sad, donde han convocado para el sábado un bloqueo de los puentes sobre el río Danubio, con el que buscan aumentar su presión para llevar ante la Justicia a todos los responsables del derrumbe de la enorme marquesina de hormigón en la estación de tren, que causó 15 muertos.
Las acciones del sábado coincidirán con el cumplimiento de los tres meses del derrumbe acaecido el 1 de noviembre de 2024. Se trata del último esfuerzo de su creciente movimiento de protesta.
Los estudiantes han sido recibidos a lo largo del camino por ciudadanos que los vitoreaban, hacían sonar las bocinas de sus coches o salían de sus casas para ofrecerles refrescos, frutas o snacks. En su travesía a pie, que comenzó en Belgrado, los universitarios hicieron noche en el estadio de la localidad de Indjija, donde durmieron en tiendas de campaña y trataron de entrar en calor con fogatas antes de iniciar una nueva jornada.
Un conductor embistió en Serbia el viernes con su coche una protesta silenciosa en la capital serbia, hiriendo levemente a dos personas, el tercer incidente de este tipo en semanas. El incidente ocurrió en el centro de Belgrado durante los 15 minutos de silencio que se observan a diario en toda Serbia a mediodía. Las imágenes de vídeo mostraron cómo la mujer, que llevaba una bata blanca de médico, fue arrojada a la acera.
Lo que comenzó como una protesta contra la presunta corrupción en los contratos de construcción se ha convertido en el desafío más serio en años al presidente de Serbia, Aleksandar Vucic. Y parece que está dando sus frutos. Esta semana, el primer ministro serbio, Miloš Vučević, se vio obligado a dimitir después de dos meses de protestas diarias.