La Comisión calcula que la UE necesita invertir 500.000 millones de euros en el sector durante la próxima década para poder seguir apoyando a Ucrania, pero también para garantizar que esté en condiciones de defenderse tras décadas de inversiones insuficientes.
Sin acuerdo entre los líderes de la UE este lunes -pese a las promesas de unidad frente a las amenazas arancelarias de Trump- sobre cómo aumentar el gasto común en Defensa. Los jefes de Gobierno han pedido a la Comisión Europea que estudie primero cómo aumentar sus propias inversiones nacionales en el sector.
Los líderes instaron a la Comisión a estudiar flexibilidades en sus reglas presupuestarias y del déficit para permitir aumentos nacionales del gasto en Defensa, según declaró a la prensa la Presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, tras la reunión informal de los líderes este lunes en Bruselas.
En virtud del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, los Estados están obligados a aplicar una política fiscal encaminada a mantener el déficit público por debajo del 3% del PIB y la deuda por debajo del 60% del PIB. De lo contrario, pueden ser objeto de un procedimiento de déficit excesivo por parte de la Comisión, con sanciones que incluyen multas. Ocho Estados - Bélgica, Francia, Hungría, Italia, Malta, Polonia, Rumanía y Eslovaquia - están siendo evaluados mediante este procedimiento.
Estados como Polonia, Italia, Grecia y los países bálticos han solicitado una revisión de dicho Pacto, citando el precedente en la pandemia de COVID-19, cuando la Comisión suspendió las normas fiscales para permitir a los gobiernos ayudar a las empresas y a los ciudadanos a hacer frente a la creciente inflación.
Otras dos opciones que los líderes pidieron explorar a la Comisión en su libro blanco sobre Defensa, que se publicará el 19 de marzo, son la modificación de las normas de préstamo del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y de los bancos privados europeos.
El mandato del BEI ya se actualizó en 2024, con Nadia Calviño al frente de la institución, para permitirle invertir en más proyecto: el año pasado aumentó sus inversiones en Seguridad y Defensa a 1.000 millones de euros. Se espera duplicar esta cifra en 2025. Según Von der Leyen, esto facilitaría que el sector bancario privado siguiera su ejemplo.
El presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, señaló en la misma rueda de prensa que "hoy se han mencionado otras ideas, incluidas opciones comunes adicionales y otras más innovadoras", ya que "todo el mundo tiene claro que tenemos que actuar más rápido". Pero ni él ni Von der Leyen ni el primer ministro polaco, Donald Tusk, se atrevieron a nombrar la cuestión tabú del endeudamiento conjunto: una medida impensable antes de la pandemia pero que se posibilitó tras la puesta en marcha del plan de recuperación pospandemia.
Algunos Estados -los conocidos como halcones- siguen oponiéndose con vehemencia a la propuesta defendida por Francia, España, Italia, Polonia y los países bálticos. Pero otros, como Dinamarca, se han entusiasmado con este posible instrumento surgido tras la era COVID.
En el actual ciclo presupuestario de ocho años, que se extiende hasta 2027, se han destinado unos 10.000 millones de euros al sector de la defensa. Las negociaciones del próximo marco financiero plurianual (MFP) no empezarán hasta el verano que viene. Pero la Comisión calcula que la UE necesita invertir 500.000 millones de euros en el sector durante la próxima década para poder seguir apoyando a Ucrania, pero también para garantizar que esté en condiciones de defenderse tras décadas de inversiones insuficientes.
Gastar el 2% del PIB en Defensa -el objetivo mínimo fijado por la alianza militar de la OTAN en 2014- inyectaría 60.000 millones de euros anuales adicionales en el sector, pero varios aliados europeos aún no han alcanzado ese umbral. Mientras tanto, se espera que la Alianza aumente "significativamente" ese objetivo en una cumbre de líderes que se celebrará a finales de junio, según declaró a los periodistas el secretario general de la Alianza Atlántica, Mark Rutte, al reunirse con los líderes de la UE ayer, lunes.
Otra área que los líderes han encargado a la Comisión que estudie para impulsar la base industrial de defensa europea es la simplificación de las normas de la UE sobre contratación pública, dijo Von der Leyen. "Nuestra coordinación en Defensa debe reforzarse, por ejemplo, a partir de la contratación conjunta, garantizando la interoperabilidad. Eso abarata costes y nos da oportunidades y ventajas de escalado", declaró la exminstra de Defensa alemana.
Los líderes también debatieron sobre las capacidades militares en las que la UE debería gastar dinero de forma prioritaria. Costa afirmó que hay que hacer hincapié en áreas en las que haya "un claro valor añadido" de la Unión Europea: "En el debate de hoy se ha prestado especial atención a la defensa antiaérea y antimisiles, por ejemplo, pero también, por mencionar solo algunos, a la movilidad militar y las capacidades estratégicas", declaró.
Sin embargo, en la rueda de prensa no se abordó la cuestión de la puesta en marcha de ese futurible gasto común, lo que sugiere que sigue siendo un tema divisivo entre las capitales. El francés Emmanuel Macron reiteró a su llegada que es necesario para impulsar la autonomía estratégica y acabar con las dependencias, pero otros líderes, como el lituano Gitanas Nausėda, defendieron que adquirir equipamiento militar de Estados Unidos "crearía una agenda económica constructiva" con Washington tras las amenazas de Donald Trump de imponer aranceles estadounidenses a los productos de la UE. No obstante, Von der Leyen afirmó que "si gastamos miles y miles de millones del dinero de los contribuyentes, necesitamos que el retorno sea aumentar los conocimientos técnicos y los empleos en Europa".
Los líderes también abordaron las asociaciones con socios afines en materia de Seguridad y Defensa, en particular con la OTAN, Estados Unidos y el Reino Unido, cuyo primer ministro, Keir Starmer, asistió a la reunión durante la cena. Bruselas y Londres proseguirán el debate en una cumbre que se celebrará en el Reino Unido el 19 de mayo, según anunció Costa.