Bruselas quiere reducir la burocracia empresarial para impulsar la competitividad en Europa, simplificando normativas clave sobre sostenibilidad y financiación.
La Comisión Europea busca simplificar y reducir la carga istrativa sobre las empresas como parte de una estrategia para mejorar la competitividad del continente. Según un plan de trabajo del Ejecutivo comunitario, algunas de las normativas más afectadas por esta iniciativa serán la diligencia debida en sostenibilidad, que obliga a las empresas a respetar los derechos humanos y el medioambiente.
"Sin reglas más simples y rentables, Europa seguirá perdiendo peso económico", advirtió Valdis Dombrovskis, comisario europeo encargado de la aplicación y simplificación de la legislación de la UE.
Empresas piden cambios más ambiciosos
El sector empresarial ha acogido con satisfacción la propuesta, pero pide medidas más radicales. La Federación Europea de la Industria de la Construcción (FIEC) ha presentado un informe en el que denuncia que el actual marco regulador no favorece la financiación de actividades sostenibles para las pequeñas y medianas empresas.
Benedikt Fischer, responsable de políticas de la FIEC, ha advertido que las obligaciones de información sobre sostenibilidad son excesivas y afectan especialmente a las pymes. "Las empresas deben divulgar más de 1.100 puntos de datos individuales. Es demasiado", señaló.
Protestas por el impacto en los derechos laborales y el medioambiente
Mientras en Bruselas la Comisión negociaba a puerta cerrada con grandes empresas, en el exterior docenas de ONG y grupos de interés protestaban contra la iniciativa. Denuncian que la simplificación regulatoria podría debilitar los derechos de los trabajadores y relajar los estándares ambientales.
"Si escuchamos a la Comisión, parece que lo único que les preocupa es facilitar la vida a las empresas, lo que en realidad significa acelerar la destrucción del planeta", criticó Marion Lupin, de la Coalición Europea por la Justicia Corporativa.
Pese a las preocupaciones, la Comisión Europea asegura que las propuestas no comprometerán la transición ecológica, sino que la harán más asequible. Se espera que el plan definitivo se presente a finales de febrero.