La medida de Rearmar Europa planea una movilización de un total de hasta 800.000 millones de euros en Defensa, una cifra que luce muy difícil de alcanzar pero que demuestra el objetivo europeo.
Rearmar Europa. Ese es el plan que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció el martes. Esta medida planea una movilización de un total de hasta 800.000 millones de euros en Defensa, una cifra que luce muy difícil de alcanzar pero que demuestra el objetivo europeo de volver a rearmarse de cara a la amenaza rusa, que ya ha demostrado en Ucrania que no se debe tomar a la ligera.
Las demandas también llegan desde la OTAN, donde se ha pedido superar el 2% del PIB en gasto militar para 2029, que se ratificó en la cumbre de junio celebrada en Madrid en 2022. Para algunos, incluso, una cifra aún pequeña. El secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, Mark Rutte, ha llegado a reclamar a los integrantes un gasto del 3%. Rutte ha indicado que es necesario hacer recortes en salud y servicios sociales para garantizar la seguridad del Viejo Continente.
Una afirmación que han ratificado otros políticos europeos, como Andrius Kubilius, nuevo comisario europeo de Defensa y Espacio, o la estonia Kaja Kallas, alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. El más crítico con esta cifra ha sido el primer ministro polaco. Donald Tusk cree que, frente a la amenaza rusa, Europa debe gastar el 5% del PIB en Defensa.
Von der Leyen ha escrutado la manera de que los países puedan alcanzar este porcentaje. La primera es que estas inversiones en materia de Defensa se encuentren fuera del techo de gasto y que no computen en la deuda de cada país. La segunda es que el Banco Central Europeo actúe como financiador de este aumento. Un instrumento similar al SURE que hubo en respuesta a la pandemia de la COVID-19.
Se espera que la jefa de la Comisión presente un nuevo plan el 6 de marzo, fecha de una cumbre de emergencia de la UE en Bruselas, para aumentar drásticamente el gasto en Defensa en los 27 Estados . El plan constará de tres pilares, según declaró a principios de esta semana: la relajación de las normas fiscales para permitir una mayor financiación pública, la movilización de dinero común de la UE y una mayor participación del Banco Europeo de Inversiones.
¿En qué posición se encuentra España?
España ha ido aumentando progresivamente el gasto en Defensa. En 2019 nuestro país destinó un 0,91% del Producto Interior Bruto. Desde el citado año, el Ejecutivo ha subido progresivamente la partida destinada a Defensa. En 2020 destinó un 1%, en 2021 pasó a ser un 1,35%, en 2022 un 1,43% y en 2023, último año del que se disponen datos, ascendió al 1,51%, lo que supone que se han destinado 14.453 millones de euros a tal materia.
En 2023 España se mantuvo en la misma posición en el ranking de países por importe invertido en Defensa, en el puesto 17, aunque con respecto al PIB, España bajó a la posición 93 de 165. El mínimo que España ha destinado a Defensa lo podemos encontrar en 2016, cuando la partida tocó fondo con tan solo un 0,81% del presupuesto nacional.
Estos incrementos en el gasto militar irán, previsiblemente, en aumento para 2025. Y todo ello a pesar de que las cuentas se encuentran prorrogadas ya que la fórmula de aprobación de créditos continuará vigente. Con la mente puesta en el 2% de 2029, para ese año el presupuesto militar se acercará a los 32.000 millones de euros. Lo que sí que parece imposible de alcanzar es el 5% que tanto Trump como Tusk han sugerido y es que el país norteamericano destina un 15,8% de su PIB a Defensa y los polacos dedican un 4,12%, convirtiéndose en el país de la OTAN que más invierte en esta categoría en relación a su Producto Interior Bruto.
Así las cosas, España actualmente es uno de los países con una de las posiciones más malas (o incluso la peor, ya que ocupa el último puesto) para acatar este rearme europeo que ha pedido Von der Leyen. "Si los Estados aumentaran su gasto en Defensa en un 1,5% del PIB de media, esto podría crear un espacio fiscal de cerca de 650.000 millones de euros en un período de cuatro años", propuso Von der Leyen.
Para que usted se haga una idea, este aumento del PIB en Defensa supondría una aportación que rondaría los 6.000 millones de euros extras cada año si finalmente el plazo es el indicado de cuatro años. Y, tal y como hemos citado anteriormente, la istración de Sánchez se enfrenta a este tamaño reto en una posición débil en el Congreso y en el Senado, cogobernando con compañeros de coalición como por ejemplo Sumar que se ha negado a elevar el gasto militar lo que podría acabar arrastrando al PSOE a tener que contar con el PP de Feijóo, principal partido de la oposición, para poder sacar adelante la medida. El ministro de Derechos Sociales y portavoz de Sumar, principal socio de Gobierno, ya alertó sobre "la espiral belicista" y ha advertido sobre "el gasto militar disparatado".
Von der Leyen además ha hecho oídos sordos sobre las peticiones de que los 800.000 millones de euros para el plan de rearme salgan de los fondos europeos. De la cifra arriba expuesta, tan solo 150.000 millones (un 19% del total) saldrán de las cuentas de Bruselas. José Manuel Albares, ministro de Exteriores, abrió la veda: Tenemos que movilizar unos recursos financieros suficientes que sean europeos y que no solamente reposen sobre los presupuestos nacionales, porque la amenaza es europea y por tanto la respuesta tiene que ser europea". Lo dijo en Bruselas, pero parece que las peticiones de España han caído (o caerán) en saco roto.
Según datos de la OTAN, España está previsto que gaste para 2024 un 43,9% de su presupuesto militar en personal de Defensa, lo que la situaría por delante de países como Polonia o Estados Unidos, que se prevé que destinen un 29,5% y un 25,2% respectivamente. Además, España no sale tan mal parada en lo que se refiere a otras partidas dentro de este gasto en Defensa. En lo único en lo que claramente está previsto que invierta menos que Estados Unidos es en operaciones y mantenimiento y otros gastos, donde Defensa destina el 23,1% de su partida mientras que el país norteamericano dedica un 43,2%, casi la mitad de su presupuesto.
"La seguridad no es sólo gastar en armamento, es un concepto global y preventivo"
Pablo Sapag, profesor titular de la Universidad Complutense, considera que España está lejos de cumplir el objetivo del 2% del PIB en gasto militar, pero insiste en que no se trata únicamente de alcanzar esa cifra, sino de hacerlo con una estrategia bien definida y sostenible. "La clave sería obtener un calendario para que ese aumento sea sostenido en el tiempo", asegura, destacando que un incremento abrupto del gasto sin una planificación adecuada podría ser contraproducente. Para Sapag, esto implica "un reordenamiento del gasto" dentro de los presupuestos generales, aunque reconoce que este ajuste podría generar tensiones políticas internas, especialmente entre partidos con visiones diferentes sobre la Defensa.
Sapag pone el foco en un problema fundamental dentro de la UE: la disparidad de percepciones de seguridad entre sus Estados . "Que Polonia perciba el peligro de forma inmediata no es lo mismo que la seguridad de un país mediterráneo", explica, argumentando que las prioridades defensivas de la UE están influenciadas por los intereses de países del Este, mientras que los mediterráneos enfrentan amenazas y desafíos diferentes, como es el caso de la presión migratoria de España en la ruta canaria y en el Estrecho de Gibraltar.
Según el docente, esta falta de consenso sobre los intereses comunes de Defensa dificulta avanzar hacia un sistema más eficiente y coherente: "Estamos poniendo el carro por delante de los bueyes; primero habría que definir cuáles son los intereses de Defensa antes de aumentar el gasto". Otro aspecto clave para Sapag es la ausencia de una cultura de seguridad y Defensa en la sociedad española, algo que considera un problema estructural que limita la capacidad del país para actuar de manera proactiva en lugar de reactiva.
En su opinión, invertir en la estabilidad de países del sur de Europa o del norte de África podría fortalecer la seguridad de España a largo plazo, evitando problemas como flujos migratorios incontrolados o el aumento de la delincuencia organizada en estas áreas.
Sapag también critica la falta de visión estratégica en las políticas europeas, que en muchos casos actúan condicionadas por la influencia de Estados Unidos. "La Unión Europea no ha fijado con rigor sus propias necesidades, que no son siempre las mismas que las de Estados Unidos", sostiene, añadiendo que "las prioridades norteamericanas, para los próximos 40 o 50 años, estarán centradas en China".
El profesor también advierte sobre la fragilidad de la UE en su comprensión del contexto geopolítico actual. "Estamos viendo un realineamiento de Estados Unidos hacia Rusia, para que esta no se acerque a China. Esto deja a Europa descolocada, incapaz de entender los cambios estratégicos que están ocurriendo". Sapag insiste en que, en lugar de centrarse exclusivamente en el aumento del gasto militar, Europa debería redefinir su posición en el panorama internacional y actuar de manera más coordinada: "No se trata de si subimos del 1,28% al 2%, sino de entender la seguridad como un concepto global".
Además, advierte sobre las implicaciones de decisiones recientes, como las declaraciones de Emmanuel Macron sobre el "paraguas nuclear" europeo, que han generado respuestas preocupantes de Rusia. "Estamos en un estado de retórica, pero la Unión Europea sigue en una suerte de estado post-Segunda Guerra Mundial, sin comprender que, para Estados Unidos, Europa ya no es vital para su seguridad", concluye.
España no podrá cumplir con el gasto en Defensa sin una gran reforma
Por otro lado, César Pintado, profesor del Cisde (Campus Internacional para la Seguridad y la Defensa) centra su análisis en las dificultades financieras y estructurales para cumplir con los compromisos internacionales. "Si hemos llegado al 1,28% del PIB en gasto militar, para alcanzar el 2% habría que aumentar hasta los 25.000 millones de euros. Es muy difícil para la opinión pública aceptar un incremento de esta magnitud", advierte. En su opinión, una solución posible sería que Bruselas asuma una mayor carga económica.
Sin embargo, el docente considera que los problemas no se resuelven solo con más inversión. "Es más necesario que ese aporte económico una profunda reforma de efectivos y estructuras que están anquilosadas", asegura. Asimismo, alerta sobre los riesgos de una Europa débil frente a las tensiones geopolíticas: "¿Qué es más peligroso? ¿Una carrera de armamentos que se salga de control o la debilidad? Porque ahora mismo Europa está en ese punto. Rusia lo sabe y directamente nos ningunea".
La salida para España, opina el profesor, podría ser que, del fondo de 800.000 millones de euros que propuso Von der Leyen, se llegue a cumplir la cifra de 190.000 millones en préstamos para países. "Para España eso sería una tabla de salvación". Aunque apunta que "meter esa cantidad de dinero en la Defensa europea es bienvenido, pero sería como ponerle gasolina a un coche averiado".
También subraya el papel decisivo de Estados Unidos en la Defensa europea, aunque advierte del creciente desinterés estadounidense: "El hartazgo de Estados Unidos ya quedó claro en 2011, cuando Robert Gates dijo que si Europa no invertía más en Defensa, se plantearían su existencia en la OTAN".
Pintado cierra con un dato sonrojante para algunos países, entre los que se encuentra España: "Antes de la invasión de Ucrania, de los países de la OTAN, el 67% de los países que conforman la Alianza, no cumplían con el objetivo del 2%. Ahora de los 32 , hay nueve (incluyendo a Islandia que por cierto no tiene Ejército) que no cumplen con esa cifra".