La decisión de Hungría era necesaria para la renovación de sanciones que expiraban el sábado a medianoche.
Hungría acepta retirar su veto y permitirá la renovación de las sanciones que la Unión Europea ha impuesto a más de 2.400 personas y entidades, principalmente de Rusia, en respuesta a la invasión a gran escala de Ucrania. La decisión se produjo el viernes, menos de 48 horas antes de que expiraran las medidas, un arriesgado punto muerto que había puesto al bloque en una situación de extraordinario suspense.
Las sanciones deben renovarse cada seis meses por unanimidad, lo que significa que un solo Estado miembro puede hacer descarrilar todo el proceso. El veto de Hungría se confirmó varias veces esta semana en reuniones entre embajadores, con intentos infructuosos el lunes, el miércoles y, el último, el jueves por la tarde. Cada fracaso hizo que el reloj siguiera avanzando.
Budapest exigió que se retiraran varios nombres de la lista negra, según dijeron varios diplomáticos a 'Euronews'. Los nombres no se hicieron públicos, pero 'Radio Free Europe' informó previamente de la identidad de siete oligarcas, entre ellos Mijaíl Fridman, exdueño de la cadena de supermercados Dia y Dmitry Mazepin, y del ministro de Deportes ruso como parte de la petición. Tras intensas discusiones entre bastidores, finalmente se llegó a un compromiso para revelar menos nombres de los ocho que Hungría quería.
Como resultado, el viernes por la mañana se aprobó la prórroga por otros seis meses. Las sanciones expiraban el sábado a medianoche. Es la segunda vez en tres meses que el Gobierno de Viktor Orbán pone en aprietos a Bruselas al amenazar con deshacer el régimen de sanciones que el bloque ha construido laboriosamente desde febrero de 2022.
Congelación de activos y sectores clave de la economía rusa
En enero, se opuso a las secciones sectoriales, que abarcan amplias prohibiciones sobre el petróleo, el carbón, la tecnología, las finanzas, los artículos de lujo, el transporte y la radiodifusión, y la congelación de 210.000 millones de euros en activos del Banco Central de Rusia. Budapest cedió tras obtener una declaración no vinculante sobre la seguridad energética.
Esta vez, puso el punto de mira en la lista negra que incluye a cientos de mandos militares, funcionarios del Gobierno, oligarcas, propagandistas y mercenarios del Grupo Wagner, todos ellos sujetos a la congelación de activos y prohibición de viajar. El presidente Vladímir Putin y su ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, están incluidos en la lista negra, que también afecta a cientos de empresas rusas de los sectores militar, bancario, del transporte, la energía, los diamantes, la aviación, las tecnologías de la información, las telecomunicaciones y los medios de comunicación.
Hungría sostiene que la toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos y sus esfuerzos por alcanzar un acuerdo de paz merecen que la UE se replantee su apoyo a Ucrania y sus sanciones a Rusia. Esta postura no es compartida por otros Estados , que creen que la presión sobre Moscú debe continuar mientras dure la guerra.
También quieren seguir una estrategia de "paz a través de la fuerza" para reforzar la posición de Ucrania en las negociaciones y establecer las Fuerzas Armadas del país como garantía de seguridad efectiva y duradera. Orbán no está de acuerdo con el mantra de la "paz a través de la fuerza" y la semana pasada impidió la adopción de conclusiones conjuntas sobre Ucrania al término de una cumbre especial de la UE, obligando a sus colegas a publicar un "extracto" adjunto firmado solo por 26 Estados.
"Hungría tiene un planteamiento estratégico diferente sobre Ucrania", dijo António Costa, presidente del Consejo Europeo. "Eso significa que Hungría está aislada entre los Veintisiete. Respetamos la posición de Hungría, pero es uno de 27. Y 26 son más de uno".
El aislamiento de los gigantes
Al salir de la cumbre, Orbán replicó: "La Unión Europea se ha aislado de Estados Unidos, se ha aislado de China por la guerra comercial y se ha aislado de Rusia por la política de sanciones. Así que si alguien está aislado aquí, es la Unión Europea".
La marcada divergencia política se puso de manifiesto durante las conversaciones entre embajadores, y Hungría consiguió bloquear la prórroga al menos en tres ocasiones distintas esta semana. El veto se produjo la misma semana en que funcionarios estadounidenses y ucranianos anunciaron avances significativos en sus negociaciones, lo que alivió las tensiones entre ambas partes.
Ucrania dijo que estaba dispuesta a aplicar un alto el fuego provisional de 30 días siempre que Rusia le correspondiera, mientras que Estados Unidos aceptó levantar inmediatamente la suspensión de la asistencia militar y el intercambio de inteligencia con Kiev, lo que causó consternación en Bruselas. "La pelota está en el tejado de Rusia", declaró el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio.
En respuesta, Vladímir Putin dijo estar a favor de la propuesta, pero pidió que se aclararan ciertos "matices" antes de comprometerse. Putin insinuó enérgicamente que Ucrania debería dejar de recibir armamento occidental mientras dure el alto el fuego. La Comisión Europea ha confirmado que ya está trabajando en el decimoséptimo paquete de sanciones contra Rusia.