Durante el dominio colonial, Dinamarca aplicó políticas de asimilación, prohibiendo extraoficialmente la lengua inuit, practicando esterilizaciones forzosas y separando a niños de sus familias para colocarlos en hogares daneses. Unas políticas que dejaron una dolorosa huella entre los groenlandeses.
Aviaja Rakel Sanimuinaq es una inuit groenlandesa, chamana y sanadora espiritual. Lleva tatuajes faciales tradicionales inuit y ayuda a otros a reconectar con sus antepasados para curar traumas generacionales. "Al crecer, para mí era natural hablar de la conexión con los espíritus", recuerda Sanimuinaq. "Pero mi madre me decía que nunca hablara de ello porque era peligroso. Nunca entendí por qué, porque yo no había experimentado la supresión que sufrieron mis antepasados".
Hoy forma parte de un movimiento creciente de personas en Groenlandia que reivindican su herencia y espiritualidad inuit. Explicando el significado de sus tatuajes, dice: "Hay dos líneas a la vez, que significan nuestro mundo y el mundo espiritual. Y la distancia entre esas dos líneas es lo que no conocemos".
Aunque aproximadamente el 90% de los groenlandeses se identifican como inuit, la mayoría pertenece a la Iglesia luterana, una fe introducida por los misioneros daneses hace más de 300 años. "La sacralidad del cristianismo sigue siendo sagrada a mis ojos, pero también lo es el budismo. También lo es el hinduismo, y también lo es mi trabajo. Y esa es mi postura al respecto: que el surgimiento de nuestra cultura y de nosotros como pueblo pasa también por conseguir la igualdad dentro de nuestra cultura, por reconocer que nuestra cultura es legítima", afirma Sanimuinaq.
En los últimos años ha crecido el rechazo al legado colonial dejado por los misioneros europeos, que suprimieron las tradiciones inuit tachándolas de paganas. "Las generaciones que se ven hoy aquí son las que realmente creen que podemos curarnos", afirma.
Visita de una delegación estadounidense
Groenlandia fue colonia danesa hasta 1953, cuando se convirtió en provincia. En 1979 se le concedió el autogobierno con un mayor grado de autonomía, y 30 años después se convirtió en una entidad autónoma. Sin embargo, Dinamarca sigue controlando los Asuntos Exteriores y de Defensa de la isla.
Las recientes declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, atrajeron la atención sobre la isla cuando afirmó que no descartaría el uso de la fuerza militar para hacerse con el control de Groenlandia, que calificó como vital para la seguridad nacional estadounidense.
Mientras tanto, Usha Vance, esposa del vicepresidente estadounidense J.D. Vance, y el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Mike Waltz, tienen previsto visitar Groenlandia próximamente. Según los medios de comunicación locales, su itinerario incluye una visita a la capital, Nuuk; asistir a una carrera de trineos tirados por perros en Sisimiut, la segunda ciudad más grande de Groenlandia; y una posible parada en la única base aérea estadounidense de la isla, en el norte.
La reivindicación de la identidad inuit
Pero mientras la isla y sus recursos minerales siguen siendo el centro de atención, esta mayor atención también está alimentando la lucha por la independencia, y cada vez más groenlandeses se sienten con fuerzas para hablar abiertamente de las injusticias del régimen colonial.
Entre ellos está la cantautora inuit Naja Parnuuna, que ha abrazado su herencia indígena precristiana. "Antes me parecía más atractivo ser danesa. O era mejor hablar danés que practicar nuestras tradiciones", dice.
A través de su música, ha vuelto a conectar con sus raíces y anima a otros a hacer lo mismo. "Empecé a darme cuenta de lo importante que es aceptar las raíces de alguien o las propias. Por eso creo que es muy importante recuperarlas para que nuestra gente pueda, y nosotros podamos, aprender a querernos de nuevo", afirma.
Para Sanimuinaq, este renacimiento cultural es un acto de reivindicación de la identidad inuit. "Los inuit no han sido escuchados. Hemos estado aislados durante cientos de años", afirma. "Tenemos que liberarnos y tomar la palabra. Tomar la iniciativa por nosotros mismos. Por eso siento esperanza".