Durante su visita a Kosovo el miércoles, el presidente del Consejo Europeo reiteró la importancia crucial del diálogo Kosovo-Serbia para la integración en la UE.
El presidente del Consejo Europeo, António Costa, prosiguió el miércoles su gira por los Balcanes Occidentales con una visita a Kosovo, otro aspirante a la adhesión a la UE. Costa llegó a la capital, Pristina, en plena crisis institucional y parlamentaria. Ni siquiera después de tres meses de elecciones se había elegido al nuevo Presidente del Parlamento, y el nuevo Gobierno no estaba a la vista.
Costa se reunió con la presidenta de Kosovo, Vjosa Osmani, y con el primer ministro, Albin Kurti, que cumple un mandato técnico a la vez que ejerce de diputado en el nuevo Parlamento. En una rueda de prensa conjunta con Osmani, Costa afirmó que el diálogo entre Kosovo y Serbia es crucial para una mayor integración de ambos países en la UE.
"La ampliación a los Balcanes Occidentales es la inversión geopolítica más importante para la Unión Europea. También es mi compromiso personal", dijo Costa. "No puedo dejar de subrayar lo importante que puede ser la ampliación para la Unión Europea y, creo, también para ustedes".
"El lugar de Kosovo está en la familia de la Unión Europea. Pero también requiere que ustedes cumplan sus compromisos", subrayó. Kosovo es el último de los seis países de los Balcanes Occidentales en la cola para entrar en el bloque de los 27, ya que sigue siendo el único con estatus de candidato potencial tras presentar su candidatura de adhesión a la UE en 2022.
Antigua provincia serbia, Kosovo declaró su independencia de Serbia en 2008, que Belgrado no reconoce. El diálogo en curso entre ambos, mediado por Bruselas desde 2013, se ha estancado en los últimos años. Aunque casi todos los países occidentales reconocen su independencia, cinco países de la UE aún no lo hacen: Chipre, Grecia, Rumanía, Eslovaquia y España.