Al menos seis soldados ucranianos han muerto y más de diez han resultado heridos en un ataque ruso contra un campo de entrenamiento en Sumy. El comandante de la unidad ha sido suspendido mientras se lleva a cabo una investigación oficial.
Al menos seis soldados ucranianos han muerto en un ataque ruso con misiles en la región nororiental de Sumy, según han informado las autoridades. Otros diez resultaron heridos en el ataque contra un campo de tiro militar, según un comunicado publicado por la Guardia Nacional de Ucrania.
Según el comunicado, el comandante de la unidad ha sido suspendido mientras se lleva a cabo una investigación oficial sobre el incidente ocurrido el martes. "Se está llevando a cabo una investigación interna sobre el incidente. El comandante de la unidad militar ha sido suspendido, y la información necesaria se ha transmitido a los organismos encargados de hacer cumplir la ley", dijo la Guardia Nacional de Ucrania en un comunicado. El Ministerio de Defensa ruso afirmó que hasta 70 militares ucranianos habrían muerto en el ataque contra el campo de entrenamiento cerca de la ciudad de Shostka.
También el martes, el presidente Vladímir Putin visitó la región rusa de Kursk por primera vez desde que Moscú afirmó haber expulsado a las fuerzas ucranianas de la zona el mes pasado, según informó el Kremlin. Las fuerzas ucranianas realizaron una incursión por sorpresa en Kursk en agosto del año pasado, en uno de sus mayores éxitos en el campo de batalla en la guerra de más de tres años.
La incursión fue la primera vez que un territorio ruso era ocupado por un invasor desde la Segunda Guerra Mundial y supuso un golpe humillante para Moscú. La visita de Putin parecía un esfuerzo por demostrar que Rusia tiene el control del conflicto -a pesar de que su invasión a gran escala de su vecino ha sido lenta y costosa en términos de bajas y equipamiento- en medio de las recientes propuestas estadounidenses y europeas de un alto el fuego que Putin ha rechazado en la práctica.
"Lo que estáis haciendo ahora durante esta difícil situación para esta región, para esta zona y para el país, permanecerá con vosotros el resto de vuestra vida como, quizás, lo más significativo en lo que hayáis estado involucrados", dijo Putin a los voluntarios que trabajaban en la central nuclear de Kursk-2.
La irrupción por sorpresa de Ucrania en Kursk y su capacidad para mantener el terreno allí fue una proeza logística, llevada a cabo en secreto, que contrarrestó meses de sombrías noticias procedentes del frente sobre el retroceso de las fuerzas ucranianas ante el Ejército ruso. La estrategia de Kiev pretendía demostrar que Rusia tiene puntos débiles y que la guerra no está perdida. También buscaba distraer a las fuerzas rusas de su embestida en la región oriental ucraniana de Donetsk y alejar a los soldados moscovitas de Sumy y del frente de Járkov.
Corea del Norte envió hasta 12.000 soldados para ayudar al Ejército ruso a recuperar el control de Kursk, según Ucrania, Estados Unidos y Corea del Sur. Rusia anunció el 26 de abril que sus fuerzas habían expulsado al Ejército ucraniano, pero las autoridades de Kiev negaron la afirmación.