La Comisión Europea tiene previsto apoyar el tratamiento del agua para eliminar los químicos eternos (PFAS), según la Estrategia Europea de Resiliencia del Agua, adoptada este miércoles en Bruselas.
La Comisión Europea tiene previsto poner en marcha una vasta operación de limpieza de sustancias químicas eternas (PFAS) en el agua, mediante la creación de una asociación público-privada. Estas son las conclusiones de la Estrategia Europea de Resiliencia del Agua, adoptada este miércoles en Bruselas.
En 2022, de los 1.300 puntos de control en Europa, el 59% de los situados en ríos, el 35% en lagos y el 73% en aguas costeras superaban la norma de calidad ambiental para el ácido perfluorooctanesulfónico (PFOS), un tipo de PFAS, según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).
En Europa, solo el 37% de las aguas superficiales gozan de buena o muy buena salud ecológica y el 29% han alcanzado un buen estado químico, según la agencia. Las asociaciones ecologistas, que hacen campaña a favor de la prohibición de los PFAS en origen, denuncian que se trata de una "oportunidad perdida".
"Esperábamos ver más ambición para reducir la contaminación en origen", lamenta Angeliki Lyssimachou, responsable de ciencia y política de la Red de Acción en Plaguicidas (PAN) de Europa.
Contaminantes eternos
Las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas reciben el apodo de contaminantes eternos porque son especialmente persistentes en el medio ambiente. Su coste para la salud se estima entre 52.000 y 84.000 millones de euros al año. Algunas han sido clasificadas como cancerígenas.
Estos compuestos químicos son antiadherentes, impermeables y resistentes a las altas temperaturas. También están presentes en muchos artículos de uso cotidiano, como sartenes antiadherentes, espumas contra incendios y dispositivos médicos. Entrevistada por 'Euronews', la comisaria se mostró partidaria de prohibir los PFAS en productos de consumo como cosméticos y envases alimentarios. Sin embargo, subrayó que sería difícil prohibir todos los PFAS, ya que algunos aún no tienen una alternativa eficaz.
"El problema es que necesitamos PFAS para muchos productos diferentes. Por ejemplo, productos médicos como los inhaladores (...) o muchas cosas para las que no hay sustituto, en términos de transición ecológica, semiconductores, digitalización o la industria de Defensa", explica Jessika Roswall, comisaria europea de Medio Ambiente y Resiliencia Hídrica.
El coste de descontaminar los PFAS en Europa se estima entre 5.000 y 100.000 millones de euros al año, según la Comisión. Y en el caso de algunos contaminantes como el TFA (ácido trifluoroacético, un tipo de PFAS), la limpieza no es tan sencilla: "Según las compañías de aguas, es un proceso muy caro que implica extraer todos los minerales del agua y volver a añadirlos. Al final, se pierde mucha agua", explica Angeliki Lyssimachou."Así que vas a consumir mucha más energía", añade. La Comisión quiere aplicar el principio de "quien contamina paga" y reservar fondos públicos para los lugares en los que no se haya podido determinar quién es el responsable.
Estrategia europea
La Estrategia Europea de Resiliencia frente al Cambio Climático, adoptada por la Comisión este miércoles, pretende restablecer el ciclo del agua y garantizar el a agua limpia y asequible en un momento en que Europa se enfrenta a fenómenos meteorológicos extremos como inundaciones y sequías. El 34% de la UE sufre escasez de agua.
"El agua es vida. La resiliencia hídrica es esencial para nuestros ciudadanos, nuestros agricultores, el medio ambiente y las empresas. La Estrategia de Resiliencia del Agua de la Comisión marca el camino hacia una economía del agua sostenible, resiliente, inteligente y competitiva. Debemos actuar ahora para proteger este recurso", declaró Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, en un comunicado de prensa.
El plan de acción europeo también incluye la sensibilización sobre estas cuestiones a través de debates públicos, el aumento de la financiación europea para la modernización de las infraestructuras, el apoyo a la digitalización a través del programa de observación de la Tierra Copérnico de la UE y el apoyo a la innovación.