Un fracaso a medias para la empresa SpaxeX de Elon Musk: durante un vuelo de prueba, los ingenieros perdieron el control de la segunda etapa del megacohete Starship que explotó, pero pudieron recuperar el motor de la nave que regresó a la base.
Como bien señaló el director de la NASA el jueves, "los vuelos espaciales no son fáciles". Bill Nelson habló después de que la segunda etapa del megacohete Starship explotara durante un nuevo vuelo de prueba operado por la compañía SpaceX.
Un fracaso a medias para la empresa de Elon Musk: durante el mismo vuelo, SpaceX logró sin embargo recuperar el propulsor del cohete al final de una compleja maniobra para atrapar la primera etapa del cohete, que pudo regresar a su base de lanzamiento.
Una auténtica proeza tecnológica: es la segunda vez que se recupera de esta manera el combustible del cohete, bautizado como Super Heavy. Elon Musk quiso demostrar que esta hazaña técnica no fue fruto de la casualidad, sobre todo porque Starship sigue siendo la más grande jamás construida hasta la fecha.
"El éxito proviene de lo que aprendemos, y el vuelo de hoy nos ayudará a mejorar la confiabilidad de Starship", dijo inmediatamente SpaceX. Según Elon Musk, la explosión de la primera etapa probablemente fue provocada por una "fuga de oxígeno/combustible". Por su parte, el regulador de la aviación estadounidense, la FAA, informó que había "desacelerado brevemente y desviado las aeronaves alrededor de la zona de caída de escombros de la nave espacial".
El vuelo de prueba debía ser una demostración de fuerza para SpaceX, y se produjo horas después del éxito de Blue Origin, la compañía espacial del fundador de Amazon, Jeff Bezos, que realizó su primer vuelo en órbita. Con su nuevo cohete New Glenn, Jeff Bezos, que ha adoptado un enfoque más cauteloso, pretende desafiar el dominio de Elon Musk en el mercado de los vuelos orbitales comerciales.