El astronauta estadounidense de la NASA, Jonny Kim, y dos tripulantes de Rusia despegaron de las instalaciones rusas de Baikonur (Kazajistán) en un cohete Soyuz.
Un cohete ruso que transportaba a un astronauta estadounidense y a dos tripulantes rusos llegó este martes a la Estación Espacial Internacional (EEI). Un enviado del Kremlin elogió la cooperación espacial entre Washington y Moscú en un momento de deshielo de las relaciones entre ambos países.
El cohete Soyuz MS-27 despegó este martes por la mañana desde el centro de lanzamiento de Baikonur (Kazajistán), propiedad de Rusia, para poner en órbita la nave, que se acopló con éxito a la estación espacial poco más de tres horas después.
A bordo viajaban el astronauta de la NASA Jonny Kim y los rusos Serguéi Ryzhikov y Alexéi Zubritski, que pasarán unos ocho meses en el puesto espacial. Kirill Dmitriev, enviado del presidente ruso, Vladímir Putin, publicó en su canal de Telegram un vídeo del lanzamiento del cohete y escribió: "La cooperación entre Rusia y Estados Unidos en la industria espacial continúa hoy".
La semana pasada, Dmitriev se reunió con funcionarios estadounidenses en Washington (en las primeras conversaciones de este tipo en años), en un momento en que ambos países buscan restablecer sus relaciones. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha puesto en marcha un acercamiento con Putin en un intento de poner fin a la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia.
Según la NASA, Kim, capitán de corbeta de la Armada estadounidense y designado por partida doble como aviador naval y cirujano de vuelo, llevará a cabo investigaciones científicas y pruebas tecnológicas para ayudar a preparar a la tripulación para futuras misiones espaciales.
Kim, Ryzhikov y Zubritski se unirán a los astronautas de la NASA Don Pettit, Anne McClain y Nichole Ayers, al astronauta de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón Takuya Onishi, y a los cosmonautas rusos Alexéi Ovchinin, Ivan Vagner y Kirill Peskov en el puesto espacial.