El multimillonario filántropo había previsto que su fortuna siguiera financiando iniciativas sanitarias mundiales décadas después de su muerte.
El multimillonario filántropo Bill Gates se comprometió el jueves a donar su fortuna en los próximos 20 años para apoyar iniciativas de salud mundial. Gates, cofundador del gigante tecnológico Microsoft en la década de 1970, afirmó que donará "prácticamente toda" su fortuna a través de la Fundación Gates, una organización benéfica dedicada a la salud mundial y los programas contra la pobreza desde que la fundó con su exesposa, Melinda French Gates, en el 2000.
En un principio, Gates había planeado que su fortuna siguiera financiando la organización durante décadas después de su muerte. Pero el magnate de la tecnología ha cambiado de opinión. "Hay demasiados problemas urgentes que resolver como para retener recursos que podrían utilizarse para ayudar a la gente", declaró en un comunicado. "Por eso he decidido devolver mi dinero a la sociedad mucho más rápido de lo que había planeado en un principio", añadió Gates.
El magnate de la tecnología dijo que espera que la fundación gaste más de 200.000 millones de dólares (175.800 millones de euros) hasta 2045. La Fundación Gates dijo que esto duplicaría sus actuales niveles de gasto.
Déficits en la financiación de la sanidad mundial
Aunque las prioridades generales de la organización no cambian, se centrará en tres objetivos clave: frenar las muertes evitables de madres y bebés, hacer frente a las enfermedades infecciosas letales y sacar a "millones de personas de la pobreza", según la Fundación.
El anuncio se produce en medio de recortes generalizados en los esfuerzos de salud mundial. Liderado por el presidente Donald Trump, Estados Unidos ha recortado tanto la financiación como los programas de salud en el extranjero, lo que los expertos han advertido que podría tener consecuencias devastadoras.
Sin los aproximadamente 12.000 millones de dólares (10.600 millones de euros) que EE.UU. gastó en salud mundial en 2024, por ejemplo, unos 25 millones de personas podrían morir en los próximos 15 años de VIH, tuberculosis (TB), complicaciones de salud materna y en la primera infancia, según un análisis.
Los países europeos, incluidos el Reino Unido, los Países Bajos, Suecia, Bélgica y Francia, también han recortado sus presupuestos para salud mundial y ayuda exterior desde el año pasado. A principios de esta semana, la agencia de las Naciones Unidas para el sida declaró que reduciría su plantilla a más de la mitad y trasladaría al personal restante a puestos más baratos en respuesta a los drásticos recortes presupuestarios de los donantes.