La primera luz del alba acaricia el campo andaluz, en el pueblo de El Rocío, y miles de peregrinos vestidos con trajes flamencos y montados a caballo parten bajo el sol naciente para su romería anual. "No es solo tradición, es devoción", afirma una joven, ajustándose las flores en el cabello.
Desde Ginés hasta Almonte, más de 1.000 personas se mueven en armonía entre carruajes, bueyes ungidos y oraciones. A las 08:30, el “Simpecado” de la Hermandad comienza su solemne marcha.