‘Triangle of Sadness (Triángulo de Tristeza) es una despiadada sátira a los ultrarricos. Una película a la vez política y que fue coproducida por Suecia, Alemania, Turquía y Francia. #Cannes2022 #RubenÖstlund
PUBLICIDADLa película, Triangle of Sadness (Triángulo de Tristeza, en español), del director sueco, Ruben Östlund, ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes.
Asimismo, Song Kang-ho, el actor coreano de Parasite, ganó el premio al mejor actor por Broker, del director japonés Kore-Eda, y Zar Emir-Ebrahimi obtuvo el premio a la mejor actriz por su papel en Holy Spider, del danés Ali Abassi.
Triángulo de Tristeza es una despiadada crítica a los ultrarricos. Una película cómica y política, coproducida por Suecia, Alemania, Turquía y Francia.
"Si se compara el cine europeo con el estadounidense, por ejemplo, o con el cine "anglosajón", vemos una diferencia. Quiero decir que lo que me gusta del cine europeo es que siempre nos hemos centrado y mirado en cuestiones de sociedad. Hablamos de "¿Cómo podemos crear una sociedad mejor?", "¿Qué es lo que no nos gusta?", "¿Qué necesitamos cambiar?". Así que el cine ha sido una herramienta para intentar mejorar las cosas y no se me ocurre nada más inútil que hacer películas si no quiero cambiar algo, si no quiero mejorar algo. Así que esto es el cine europeo", declara Ruben Östlund para Euronews.
El Festival de Cannes ha celebrado su 75º aniversario por todo lo alto, celebrando el regreso del cine a la gran pantalla, con películas de todo el mundo. Pero son Europa y el cine europeo los grandes triunfadores de esta edición de 2022, con una segunda Palma de Oro para la película Triángulo de tristeza, del director sueco Ruben Östlund, pero también dos Grandes Premios del Jurado ex-aequo con Close, del joven director belga Lukas Dhont, y la película de la veterana directora sa Claire Denis por su Stars at Noon.
Por último, dos Premios del Jurado, también ex-aequo, para Otto Montagne de la pareja de directores belgas Félix van Groeningen y Charlotte Vandermeersch y para EO del director polaco de 84 años, Jerzy Skolimovski. Una prueba, por si hiciera falta, de la diversidad y modernidad del cine europeo.