La empresa gestora de los aeropuertos españoles está intentando solucionar el problema de los más de 400 sintecho que cada día duermen en la Terminal 4.
AENA, la empresa pública española que gestiona los aeropuertos en España, ha iniciado tareas de desinfección en distintas áreas de la Terminal 4 del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, donde cientos de personas pasan la noche de manera habitual. Esta intervención incluye la fumigación de espacios como pasillos, mobiliario y cintas de equipaje, tras las denuncias de la aparición de insectos como chinches, garrapatas y cucarachas.
Trabajadores del aeropuerto, respaldados por el sindicato Alternativa Sindical AENA/Enaire (Asae), han alertado sobre picaduras sufridas dentro de las instalaciones. Además, la gestora aeroportuaria ha restringido el a la terminal exclusivamente a personas con billete de avión, lo que ha impedido la entrada de organizaciones no gubernamentales que venían prestando ayuda alimentaria a quienes se refugian en el recinto.
¿Quién tiene la responsabilidad?
La situación ha generado un nuevo foco de tensión entre istraciones regionales y estatales. La vicealcaldesa de Madrid, Inma Sanz, ha responsabilizado al Gobierno central por la saturación de los recursos municipales de acogida. En declaraciones a 'Telemadrid', subrayó que la gestión del asilo corresponde exclusivamente al Ejecutivo estatal, que, a su juicio, no está ofreciendo salidas a las personas que permanecen en centros municipales durante meses.
Desde el Ayuntamiento de Madrid se pide mayor implicación de varios ministerios (Transportes, Interior, Migraciones, Derechos Sociales y Sanidad), mientras que el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, ha instado al Consistorio a que actúe con mayor responsabilidad.
Por su parte, el presidente de AENA, Maurici Lucena, ha advertido que no descarta recurrir a la vía judicial ante lo que califica como una "dejación de funciones" por parte del Ayuntamiento. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha replicado acusando a AENA de "politizar el sufrimiento de los más vulnerables" y de ejercer una presión injustificada sobre quienes se han visto obligados a pernoctar en la terminal.