Sudán se sumió en una guerra hace más de dos años, cuando las tensiones entre el Ejército y su rival paramilitar RSF estallaron con batallas callejeras en la capital, Jartum, que se extendieron rápidamente por todo el país.
Al menos cinco personas han muerto y varias han resultado heridas en un ataque perpetrado a comienzos de esta semana contra un convoy de ayuda humanitaria en la región sudanesa de Darfur, según ha informado la ONU.
El ataque contra el convoy de 15 camiones que transportaba alimentos y suministros nutricionales de necesidad urgente se produjo el lunes por la noche cerca de la ciudad de Koma, en la provincia de Dafur Septentrional, controlada por las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).
El convoy intentaba llegar a la ciudad sitiada de El Fasher, según un comunicado conjunto del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y UNICEF. Ambas agencias pidieron una investigación sobre el ataque. "Era el primer convoy humanitario de la ONU que iba a llegar a El Fasher en más de un año", declaró el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, a la prensa en Nueva York.
El ataque del lunes por la noche quemó muchos camiones y dañó la ayuda que transportaban, según el comunicado. No se precisó quién fue el responsable del ataque. El PMA y UNICEF dijeron que estaban negociando para completar el viaje a El Fasher desde la ciudad oriental de Port Sudan, en el mar Rojo, que sirve como sede provisional del Gobierno del país, aliado militarmente.
"Es devastador que los suministros no hayan llegado a los niños y familias vulnerables a los que estaban destinados", afirma el comunicado. Dujarric dijo que todos los muertos y heridos eran contratistas sudaneses que trabajaban para el PMA y UNICEF.
"Estaban a 80 kilómetros de El Fasher, después de haber recorrido 800 kilómetros durante días en un terreno increíblemente difícil, increíblemente peligroso", dijo. "Estaban aparcados en el arcén de la carretera esperando a que les dejaran pasar y fueron atacados", explicó Dujarric y añadió que la ofensiva "fue un ataque aéreo, muy probablemente drones. Pero no sabemos quiénes fueron los autores".
Intercambio de culpas
La RSF dijo en un comunicado que el convoy fue alcanzado por un avión militar en un "ataque planeado de antemano". Las imágenes compartidas por la RSF mostraban vehículos quemados que transportaban lo que parecían ser sacos de harina.
El Gobierno dirigido por militares, sin embargo, rechazó la acusación y dijo en un comunicado que los camiones de ayuda fueron "atacados a traición por aviones no tripulados de asalto operados por la milicia rebelde Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF)".
Los Comités de la Resistencia en El Fasher siguieron de cerca los combates en la ciudad y sus alrededores y culparon a los paramilitares del ataque, afirmando que el comunicado de la RSF pretendía "engañar a la opinión pública y eludir la rendición de cuentas". La ONU exigió el cese de los ataques contra el personal, las instalaciones y los vehículos humanitarios.
El Fasher, a más de 800 kilómetros al suroeste de la capital, Jartum, es uno de los últimos bastiones del Ejército sudanés en Darfur. La región está sitiada por la RSF desde mayo de 2024. Sudán se sumió en una guerra hace más de dos años, cuando las tensiones entre el Ejército y su rival paramilitar RSF estallaron con batallas callejeras en la capital, Jartum, que se extendieron rápidamente por todo el país.
La guerra ha creado la peor crisis humanitaria del mundo. Ha expulsado de sus hogares a unos 13 millones de personas, de las cuales más de cuatro millones han cruzado a los países vecinos. Partes de Sudán se han visto abocadas a la hambruna.
Los combates se han caracterizado por atrocidades como violaciones masivas y asesinatos por motivos étnicos que constituyen crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, especialmente en Darfur, según la ONU y grupos internacionales de derechos humanos.