Un hospital irlandés intenta dejar de usar el anestésico óxido de nitrógeno para frenar el cambio climático. ¿Deberían otros seguir su ejemplo?
El óxido nitroso, también conocido como gas de la risa, se utiliza desde hace mucho tiempo para aliviar el dolor y relajar a los pacientes antes de una intervención quirúrgica, pero las anticuadas infraestructuras hospitalarias hacen que gran parte del gas anestésico se desperdicie y se libere a la atmósfera, donde permanece unos 120 años.
Un hospital irlandés intenta evitar que el gas de la risa que no se utiliza se libere a la atmósfera, en un intento de reducir los residuos y hacer más ecológica la sanidad. Esto preocupa a los expertos sanitarios europeos, que afirman que las fugas y otros problemas de eficiencia están agravando el impacto ambiental de un sector que ya figura entre los más contaminantes del mundo.
Este es "el problema más importante que debemos analizar, con bastante diferencia", declaró a 'Euronews Health' el Dr. Paul Southall, responsable de sostenibilidad del Real Colegio de Anestesistas del Reino Unido.
El pionero hospital irlandés de Limerick
Ahora, el Hospital St. John's de Limerick se ha convertido en uno de los primeros hospitales de Irlanda en dejar de utilizar óxido nitroso como anestésico a gran escala, tras desactivar la extensa red de tuberías que conducía el gas directamente a los quirófanos del hospital.
"El óxido nitroso es seguro, pero la infraestructura utilizada para suministrarlo genera inevitablemente residuos", declaró el Dr. Hugh O'Callaghan, anestesista consultor que participa en el proyecto del Hospital St. John's de Limerick.
En un comunicado, añadió que los métodos modernos de istración de anestesia hacen que el gas hilarante sea cada vez más obsoleto. Según la agencia irlandesa de servicios sanitarios, St. John's utilizará a partir de ahora equipos móviles para llevar las bombonas de anestesia directamente al quirófano.
Se espera que otros hospitales irlandeses de la región sigan su ejemplo en los próximos meses como parte de un plan para reducir las emisiones de carbono de los gases anestésicos en un 50% para 2030, según la agencia. Otros hospitales europeos, como los de los Países Bajos y el Reino Unido, también están eliminando progresivamente los métodos de suministro de gas hilarante por tuberías.
El Reino Unido utilizará pequeñas bombonas portátiles
En el Reino Unido, por ejemplo, dos hospitales sustituyeron sus grandes contenedores centralizados de óxido nitroso por pequeñas bombonas portátiles que podían llevarse en silla de ruedas al quirófano. El resultado fue una reducción del 55% de las emisiones mensuales de óxido nitroso, de 333 a 150 toneladas, según el Servicio Nacional de Salud (NHS) de Inglaterra.
"No se trata de restringir el uso clínico, sino de crear un sistema menos despilfarrador", afirma el Dr. Cliff Shelton, anestesista británico, profesor y copresidente del comité de seguridad, normas y sostenibilidad medioambiental de la Asociación de Anestesistas, grupo profesional centrado en el Reino Unido e Irlanda. El año pasado, el grupo afirmó que los hospitales británicos e irlandeses deberían desmantelar sus conductos de óxido nitroso lo antes posible, idealmente para 2027.
En los últimos años, el centro sanitario de Manchester, donde trabaja Shelton, ha adoptado un sistema de bombonas móviles de óxido nitroso que, en su opinión, ha reducido la huella de carbono total de la organización entre un tres y un cinco por ciento. "Lo hemos hecho más barato y más ecológico, y la gente sigue recibiendo los mismos cuidados anestésicos de siempre", declaró a 'Euronews Health'.
La relación del sector sanitario con el cambio climático
Estos esfuerzos forman parte de un reconocimiento más amplio por parte del personal médico de que su sector está agravando el cambio climático, que está relacionado con una serie de problemas de salud, como el asma, los accidentes cerebrovasculares y las enfermedades transmitidas por mosquitos.
A escala mundial, el sector sanitario causa el 4,4% de las emisiones netas, y la Unión Europea contribuye con 248 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono, sólo por detrás de Estados Unidos y China, según un informe de 2019 del grupo de defensa Health Care Without Harm.
Preocupados por la sostenibilidad
Cuando se utiliza como anestesia, el gas hilarante añade un 1% adicional a la huella de carbono del sector sanitario de la UE, según el grupo. Otros gases anestésicos de uso común, como el sevoflurano, el isoflurano y el desflurano, también contribuyen. Pero la gran mayoría de las emisiones de carbono del sector sanitario están relacionadas con su cadena de suministro: la producción, el transporte, el uso y la eliminación de medicamentos, botiquines y otros recursos.
Eso significa que minimizar los residuos de óxido nitroso y otros anestésicos gaseosos no bastará para que los hospitales compensen su impacto climático. Aun así, los médicos preocupados por la sostenibilidad creen que es un buen comienzo. "Cuando nos pusimos a investigar, descubrimos que comprábamos 100 veces más óxido nitroso del que realmente utilizábamos", explica Shelton. "Es un imperativo moral, de verdad, llegar a ese grado de despilfarro", añadió.