Las series de los 90, 2000 y de la década pasada, consideradas la era dorada de la televisión, han renacido en popularidad. ¿Qué está pasando?
Las cifras mundiales de 'streaming' no mienten. Los telespectadores pasaron la mayor parte del año pasado viendo series antiguas en lugar de engancharse a material nuevo. 'Anatomía de Grey' fue la serie más vista en todo el mundo en el segundo semestre de 2024, según revelan los datos de una empresa de análisis de televisión digital. En seis meses, el melodrama médico fue visto durante más de mil millones de horas. Las series estadounidenses dominaron los primeros puestos de las más vistas en el mundo. El resto fueron 'Prison Break', 'Perdidos', 'The Big Bang Theory' y 'Dexter', todas ellas ya emitidas.
'Los Bridgerton', la serie romántica británica, ocupa el tercer lugar, pero en el resto de Europa los hábitos también se inclinan hacia los estadounidenses, con 'Los Simpson' y 'Mentes criminales' ocupando los cinco primeros puestos restantes. La gran mayoría de ellas comparten una trama común: llevan mucho tiempo en antena o ya finalizaron su emisión. En España ocurre algo similar con 'Aquí no hay quien viva', serial que abarrota de referencias las conversaciones de los 'millennial' patrios pero que ha sido redescubierta por los Z, encumbrándola como una de las más vistas en Netflix.
De las cinco más vistos en Europa y el resto del mundo, solo cuatrosiguen en antena. Aparte de 'Los Bridgerton', todos los programas se emitieron a principios de los años 2000. De hecho, la media del año en que se estrenaron las 10 primeras series se sitúa en el primer trimestre de 2005.
La semana pasada informábamos que Apple pierde 1.000 millones de dólares (926 millones de euros) al año con su servicio de 'streaming', Apple TV. Gran parte del dinero que esta gran tecnológica y sus principales rivales (Netflix, Disney y Amazon) invierten en sus plataformas de 'streaming' se destina a financiar la producción de nuevas series y películas. Si los espectadores están igual de contentos viendo los mismos programas de siempre que llevan viendo las dos últimas décadas, ¿están las multinacionales malgastando su dinero?
En 2020 se planteó por primera vez el concepto de televisión ambiental. En un artículo para la revista 'New Yorker', Kyle Chayka analizaba la serie de Netflix 'Emily en París' como un buen ejemplo de ello: "El propósito de 'Emily en París' es proporcionar un telón de fondo naif para mirar el teléfono", escribió Chayka. "No pasa nada por mirar el móvil todo el tiempo, parece decir el programa, porque Emily también lo hace".
Casi tres de cada cuatro británicos (72%) utilizan sus teléfonos mientras consumen la tele, y el espectador medio echa mano de su dispositivo ocho veces durante un programa de media hora de duración.
Parece que nuestros hábitos se han inclinado hacia la nostalgia en la era de los 'smartphones' y el 'streaming'. Nuevos dramas fantásticos como 'Adolescencia', 'Severance' y 'The White Lotus' pueden tener actores y guiones extraordinarios, pero no sirve de nada si la mayoría de los s se centran más en sus otras pantallas. "Nos va más la multitarea. Parece que el público no puede mantener la atención, así que no podemos hacer nada que requiera que el público se concentre", ha dicho David Chase, creador de 'Los Soprano', sobre los espectadores modernos.
Según Chase, ahora no se podría hacer 'Los Soprano' porque el público quiere que le sirvan la información en una bandeja perfectamente digerible mientras consume en paralelo lo que sea que haya en la pantalla de su teléfono.
"Si esta es nuestra realidad, ya no habrá antihéroes complejos ni historias poliédricas en las que tengas que prestar atención a todos los detalles para entenderlas", coincide Sam Esmail, creador de la extraordinaria 'Mr. Robot'. Y, aunque esos elementos están ciertamente presentes en algunas de las series de mayor audiencia, como 'Perdidos', para muchos espectadores no es su primera vez en la isla: todo resulta familiar.
A pesar del pesimismo, cada año se siguen estrenando series increíbles. 'Adolescente' encaja perfectamente en el hueco que dejaron el año pasado 'Baby Reindeer' o 'Succession'. Todos son dramas complejos que, con razón, consiguen que cualquiera desvíe la atención de su teléfono.
Pero todo esto tiene sus consecuencias. El año pasado, un informe reveló que en 2023 se produciría un descenso del 14% en la emisión de series originales en Estados Unidos. Muchos denunciaron la noticia como el fin de la era dorada de la televisión que trajo dramas de prestigio como 'Mad Men' o las británicas 'Utopía' o 'Black Mirror' . Si no levantamos pronto la vista de nuestros teléfonos, puede que solo nos quede la nostalgia.