Los investigadores afirman que los resultados de unas nuevas simulaciones por ordenador son "tranquilizadoras", pero otros científicos piden mantener la guardia ante la diferencia de criterios para su medición.
Un nuevo estudio concluye que el escenario de pesadilla que supondría el colapso de las corrientes oceánicas del Atlántico, con un hipotético clima que sumiría a Europa en una nueva Edad de Hielo, parece improbable este siglo.
En los últimos años, varios estudios han dado la voz de alarma sobre la ralentización y posible interrupción brusca de la parte atlántica de la corriente oceánica. Esta "cinta" transporta agua caliente hacia el norte y agua fría hacia el sur y supone un factor clave en los sistemas meteorológicos mundiales.
Los científicos predicen que una posible interrupción de la llamada Circulación Meridional de Oscilación del Atlántico (AMOC, por sus siglas en inglés), provocada por el cambio climático, podría causar estragos en los regímenes pluviales mundiales, enfriar drásticamente Europa, calentar el resto del mundo y elevar el nivel del mar en la costa este de Estados Unidos. Es el escenario en el que se basa la película de ficción de 2004 "El día de mañana", que retrata un mundo en el que el cambio climático desencadena tormentas masivas, inundaciones y una era glacial.
Los científicos del estudio afirman que se trata de un hallazgo "tranquilizador"
Varios científicos de la Oficina Meteorológica del Reino Unido y de la Universidad de Exeter ejecutaron simulaciones con 34 modelos informáticos distintos, mediante escenarios hipotéticos de cambio climático extremo, para comprobar si la AMOC colapsaría este siglo. Este estudio ha sido publicado ayer, miércoles, por la prestigiosa revista 'Nature'.
Según el autor principal, Jonathan Baker, oceanógrafo de la Met Office, ninguna simulación mostró un colapso total antes del año 2100. Las simulaciones por ordenador deberían resultar "tranquilizadoras" para la gente, dice Baker. "Pero no se trata de una luz verde para la complacencia", advierte. "Es muy probable que la AMOC se debilite este siglo y eso conlleva sus propias repercusiones climáticas importantes".
¿Cómo está cambiando el calentamiento global la corriente del Atlántico?
La corriente atlántica fluye porque el agua caliente se enfría al llegar al Ártico, formando hielo marino. Eso deja aportes de sal, haciendo que el agua restante se vuelva más densa, se hunda y sea arrastrada de nuevo hacia el sur.
Pero a medida que el cambio climático calienta el planeta y el deshielo de Groenlandiahace que fluya más agua dulce desde el Ártico, el motor de la corriente oceánica se ralentiza. Algunos estudios anteriores predicen que esta podría llegar a detenerse por completo, y incluso uno de ellos afirma que podría ocurrir en unas pocas décadas.
Pero según Baker, los modelos informáticos y la física predicen que un segundo motor a lo largo del mar que rodea la Antártida perpetuaría este sistema de corrientes.
Según Baker, los vientos que soplan allí arrastran el agua hacia la superficie (afloramiento), donde se calienta. Esta corriente no es tan fuerte pero es probable que mantenga vivo el sistema actual, aunque debilitado, hasta el año 2100, de acuerdo con sus postulados.
Según el climatólogo Andreas Schmittner, de la Universidad Estatal de Oregón, el hecho de que Baker se centre en la extracción de agua de las profundidades en lugar de en el hundimiento es novedoso y tiene sentido, ya que contrarresta los estudios que afirman que el colapso es inminente.
De acuerdo con la teoría de Baker, los vientos del Océano Antártico que empujan las aguas profundas hacia arriba actúan "como una potente bomba que mantiene la AMOC en funcionamiento incluso en los escenarios de cambio climático extremo". Según los modelos informáticos, a medida que la AMOC se debilite es probable que se desarrolle una versión débil de la misma en el Pacífico para compensar el cambio.
Si la AMOC se debilita pero no se desploma del todo, es probable que se produzcan consecuencias derivadas como pérdidas de cosechas y cambios en las poblaciones de peces pero Europa no se congelará, explica Baker.
¿Cómo y bajo qué medidas se define una parada de la AMOC?
Los científicos miden la fuerza de la AMOC en una unidad llamada Sverdrups. Según los científicos, la AMOC se sitúa actualmente en torno a los 17 Sverdrups, dos menos que en 2004, con una tendencia a la baja de 0,8 por década. Uno de los debates en el mundo científico es la definición de una parada de la AMOC. Baker utiliza cero pero otros científicos, quienes han advertido anteriormente sobre las implicaciones de la parada en la corriente, utilizan alrededor de cinco Sverdrups. Tres de los 34 modelos informáticos de Baker se situaron por debajo de cinco Sverdrups, pero no en cero.
Por eso Levke Caesar y Stefan Rahmstorf, físicos del Instituto Potsdam para la Investigación Climática y autores de un alarmante estudio de 2018 sobre el potencial cambio oceánico, creen que este nuevo trabajo no contradice el suyo; es más una cuestión de definiciones.
"Un colapso de la AMOC no tiene que significar 0 (Sverdrups). Incluso si quisiéramos seguir esa definición, uno tiene que recordar que un debilitamiento tan fuerte de la AMOC conlleva una gran cantidad de impactos", escribe Caesar en un correo electrónico. "Los modelos muestran un fuerte debilitamiento de la AMOC que traería graves consecuencias", concluye.