En 2024, el año más cálido registrado en Europa según el sistema Copérnico de la UE, los glaciares suecos y noruegos se derritieron una media de 1,8 metros.
Los glaciares de Suecia y Noruega se han ido derritiendo a un ritmo cada vez más rápido, impulsados por el actual calentamiento del planeta debido al cambio climático. En 2024, que fue registrado oficialmente por Copernicus de la UE como el año más cálido de la historia de Europa, los glaciares de estos países nórdicos experimentaron un deshielo medio de aproximadamente 1,8 metros, un ritmo alarmante que supera las medias históricas.
Esta dramática pérdida de hielo glaciar preocupa seriamente a científicos y expertos en medio ambiente. Los especialistas en glaciología advierten de que, de continuar esta tendencia, muchos de estos glaciares podrían desaparecer por completo en las próximas décadas.
"Tenemos que cuidar estos pequeños casquetes polares. Son increíblemente importantes para nosotros los humanos: para la energía, la agricultura, el suministro de agua, ¡para todo! Toda la ecología de las montañas y los Alpes depende de este agua que va y viene", explica Erik Huss, glaciólogo sueco.
"Cuando llegamos a Kårsaglaciären en agosto, me quedé de piedra al ver que todo el frente se había derrumbado. Sentí náuseas y se me llenaron los ojos de lágrimas. ¿Cómo pudo el glaciar desaparecer tan rápido?", se lamenta Huss.
Cerca del 70% del agua dulce del planeta procede de los glaciares y la nieve
Este año, las fuertes nevadas han ayudado a los glaciares a recuperarse ligeramente, pero la profesora Nina Kirchner dice que esto sólo ha creado una falsa sensación de seguridad. "Lo más importante es no tomarse este invierno nevado como una señal de que no hay peligro. Sé que a la larga no importará, a la larga los glaciares se reducirán en Suecia", afirma Kirchner.
Aunque el deshielo de los glaciares forma parte natural del ciclo climático de la Tierra, la velocidad sin precedentes a la que se está produciendo es demasiado rápida para que los ecosistemas puedan adaptarse.
Según la Organización Meteorológica Mundial, alrededor del 70% del agua dulce del planeta procede de los glaciares y la nieve, y sirve de sustento a la agricultura, la industria, la producción de energía y el suministro de agua potable. Presentes en todos los continentes, los más de 275.000 glaciares del mundo ocupan unos 700.000 kilómetros cuadrados y contienen unos 170.000 kilómetros cúbicos de hielo.
El deshielo amenaza la biodiversidad
Más allá de su papel en el ciclo del agua, los glaciares son cápsulas del tiempo de la historia de nuestro planeta. Su hielo contiene valiosísimos registros de climas pasados, cambios medioambientales e incluso de la actividad humana.
A medida que los glaciares retroceden, no sólo perdemos estos archivos históricos irremplazables, sino también los frágiles ecosistemas que sustentan. Esta pérdida amenaza la biodiversidad mundial y altera delicados equilibrios ecológicos que han tardado milenios en desarrollarse.
El IPCC ha advertido de que si seguimos calentando el planeta a este ritmo, cuatro de cada cinco glaciares de Suecia se habrán reducido considerablemente o se habrán fundido por completo para el año 2100.