Una estrella del cine egipcio que saltó a la fama en la década de 1950 plantó las semillas de uno de los secretos mejor guardados de El Cairo: el Jardín Botánico Mazhar.
Apodado el "caballero del cine egipcio" por su estatura aristocrática y su pasado militar, Ahmed Mazhar, fallecido en 2002, se dedicó a la recolección de plantas entre bastidores. El jardín es ahora propiedad de su hijo, el arquitecto Shehab Mazhar, y en julio de 2024 se abrió al público, una decisión que, según Mazhar, sigue el legado de los monarcas egipcios de principios del siglo XX.
"De niño", cuenta Mazhar, "mi abuela me enseñó a plantar en el jardín de casa. Incluso me enseñó a abonar la tierra". Esta experiencia forjó una conexión emocional con las flores y árboles que veía crecer cada día. "Cuando crecí, sentí un profundo deseo de dedicar tiempo a crear un jardín botánico único, el primero de este tipo en Egipto", afirma Mazhar. Al ampliar el jardín de su padre, deseaba seguir los pasos de los arquitectos del Egipto moderno, como Ismail Pasha, fundador del Jardín Orman de Giza.
¿Cómo creció el Jardín Botánico de Mazhar?
En 1950, Ahmed Mazhar inició una colección de plantones de flores, almendros y nogales, rosas y frutas. En 1985, amplió su enfoque para incluir plantas de sombra y especies de plantas raras. En 2009, Mazhar hijo introdujo una amplia colección de palmeras, bambú, orquídeas, cactus, plantas vivaces, plantas de interior y acuáticas, helechos y bulbos.
Establecido en 30 acres de terreno en El-Barageel, a unos 10 kilómetros del centro de El Cairo, el jardín alberga ahora 75.000 tipos raros de plantas medicinales y aromáticas recogidas en exposiciones de plantas de todo el mundo.
Con su misión principal de preservar la mayor colección viva de plantas autóctonas, el jardín fue acreditado por Botanic Gardens Conservation International (BGCI) en 2017, convirtiéndose en uno de los 15 lugares de este tipo en el país norteafricano. También alberga un centro de investigación científica y estudios sobre plantas.
Un pulmón verde para El Gran Cairo
La Dra. Therese Labib, experta en jardines botánicos patrimoniales y supervisora del Jardín Botánico de Mazhar, afirma que el jardín desempeña un papel fundamental en la protección de especies vegetales raras y en peligro de extinción en todo el mundo. "Además, el jardín preserva la biodiversidad y fomenta la sostenibilidad medioambiental al aumentar las tasas de absorción de dióxido de carbono", afirma Labib.
El Jardín Botánico de Mazhar, afirma, supera al de Orman en su capacidad de absorción de contaminantes, eliminando el equivalente a cuatro veces la cantidad absorbida por Orman en el Gran Cairo.
Según un informe reciente de la Dra. Wafaa Mahrous Amer, catedrática de Botánica de la Facultad de Ciencias de la Universidad de El Cairo y miembro del Comité Nacional para la UNESCO, el jardín contribuye a la captura de unos 2 millones de kilogramos de dióxido de carbono al año.
Adoptar la tecnología del ADN vegetal
Para potenciar este papel crucial, los expertos en horticultura han introducido un avanzado sistema de clasificación de las plantas basado en el análisis del ADN. Mazhar se ha convertido en el primer jardín botánico de Egipto en adoptar este sistema, conocido como sistema del Grupo de Filogenia de Angiospermas (APG), una forma moderna de clasificar las plantas con flores basada en el análisis molecular.
Esta tecnología ha ayudado a ordenar las plantas con precisión según sus clasificaciones científicas. Se añadieron códigos QR para proporcionar información sobre la historia, el origen y la rareza de cada planta, con 1.080 especies de plantas documentadas en este sistema hasta la fecha.
"Los jardines botánicos desempeñan un papel fundamental en la mitigación de los efectos del cambio climático al absorber dióxido de carbono y reducir el calentamiento, como cualquier espacio verde", afirma el Dr. Hesham Lotfy, profesor de taxonomía vegetal de la Facultad de Educación de la Universidad Ain Shams. Sin embargo, señala, el verdadero valor de los jardines botánicos va más allá de esta función, ya que se consideran un "museo viviente" para las plantas, preservando la biodiversidadde las raras.
"El jardín de Mazhar contribuye eficazmente a mejorar la calidad del aire en la gobernación de Giza, gracias a la densidad y diversidad de su cubierta vegetal", añade Lotfy.
¿Cuánto carbono almacenan los árboles?
El Dr. Maha Ismail, que dirige un centro de investigación sobre bosques y árboles madereros en El Cairo, afirma que la capacidad de los árboles para absorber dióxido de carbono varía en función de varios factores. Entre ellos, la ubicación del cultivo, el tipo de suelo en el que se encuentra, la edad del árbol, la tasa de crecimiento y la concentración de carbono en la atmósfera circundante.
"Se utilizan ecuaciones científicas para calcular la cantidad de dióxido de carbono almacenado en un árbol", explica Ismail. "Un eucalipto de unas dos toneladas almacenará una tonelada estimada de dióxido de carbono, aproximadamente la mitad de su peso. A lo largo de su vida, un eucalipto de 20 años absorbe aproximadamente 122 kilogramos de carbono al año".
Retos para mantener jardines botánicos en Egipto
La escasez de agua en Egipto, explica el Dr. Mohamed Mahmoud, exdirector del Instituto de Investigación Hortícola del Centro de Investigación Agrícola, limita la creación de nuevos jardines botánicos, ya que los recursos se destinan a asegurar la alimentación de una población de 105 millones de habitantes.
"La política nacional es plantar árboles forestales, que se riegan con aguas residuales tratadas", explica Mahmoud a 'Euronews'. "Se trata de una alternativa medioambiental sostenible a los jardines, y plantarlos cerca de las instalaciones de tratamiento de aguas residuales contribuirá eficazmente a reducir las emisiones de carbono y a mitigar los efectos del cambio climático".
El Dr. Nader Nour El-Din, profesor de Recursos Hídricos de la Universidad de El Cairo y consultor de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), afirma que los árboles de hoja perenne son los más eficaces para purificar el aire debido a la densidad de sus hojas y a la fotosíntesis que realizan durante todo el año.
Los proyectos para 'reverdecer el desierto' no sólo protegen las tierras agrícolas de la desertificación, sino que se han convertido en una necesidad estratégica para afrontar los retos climáticos y mejorar la calidad del aire, afirma Nour El-Din.
Este artículo se publica en colaboración con Egab.