Se trata de la primera ocasión en que se documenta con detalle la autodefensa en los tiburones.
"Te tiene más miedo a ti que tú a ella", dicen los padres para humanizar a las arañas ante sus hijos. Eso es un poco más difícil de creer de los tiburones, dada su poderosa apariencia y caracterización en los medios de comunicación. Pero los investigadores han descubierto que, al igual que las serpientes y las arañas, los tiburones muerden a veces a los humanos en defensa propia.
"Demostramos que las mordeduras defensivas de los tiburones a los humanos, una reacción a la agresión humana inicial, son una realidad y que no debe considerarse al animal responsable o culpable cuando se producen", afirma Eric Clua, primer autor del nuevo estudio publicado en la revista 'Frontiers in Conservation Science'.
"Estas mordeduras son simplemente una manifestación del instinto de supervivencia, y la responsabilidad del incidente debe invertirse", según Clua, especialista en tiburones e investigador de la Universidad PSL de París.
¿Qué hace que un tiburón muerda en defensa propia?
En primer lugar, los ataques de tiburón son raros, ya que solo se producen unas 100 veces al año. Apenas alrededor del 10% son mortales; estadísticamente, es más probable morir en un accidente con un cortacésped.
Para comprender mejor las motivaciones de los mordiscos de tiburón, que ya se sabe que van desde la competencia a la depredación, los investigadores se centraron en las aguas territoriales de la Polinesia sa. Esta zona de 5,5 millones de kilómetros cuadrados alberga más de 30 especies de tiburones y está declarada santuario de tiburones desde 2006, lo que la convierte en un lugar ideal para estudiar su comportamiento.
El equipo utilizó los datos sobre mordeduras de tiburón recogidos sistemáticamente en los últimos 60 años en la Polinesia sa para identificar las mordeduras en defensa propia a seres humanos. Buscaron incidentes en los que los tiburones mordían en respuesta a acciones humanas agresivas, como la pesca con arpón o los intentos de agarrar al tiburón.
A diferencia de las mordeduras "motivadas por la alimentación", los tiburones que actúan en defensa propia suelen morder repetidamente y dejar heridas superficiales no letales. Esta violencia de menor grado coincide con el tipo de mordeduras de defensa infligidas por depredadores terrestres como los osos y grandes aves como los casuarios, señalan los investigadores.
¿Cómo de comunes son las mordeduras de tiburón en defensa propia?
Entre 2009 y 2023, se documentaron 74 mordeduras en la Polinesia sa. Cuatro de ellas fueron probablemente motivadas por la defensa propia, según el estudio, lo que puede desencadenar entre el 3% y el 5% de todas las mordeduras de tiburón. Recopilar estos datos a escala mundial es complicado, pero los investigadores empezaron aplicando su enfoque a los Archivos Mundiales de Ataques de Tiburón, que registran casi 7.000 mordeduras desde 1863.
Esta base de datos clasifica las mordeduras en "provocadas" o "no provocadas". Los investigadores se centraron en las primeras y en las mordeduras relacionadas con actividades que pudieran poner a las personas en proximidad con los tiburones. Descubrieron que 322 mordeduras podrían haber estado motivadas por la defensa propia, una cifra cercana al porcentaje (en torno al 5%) de mordeduras en defensa propia registradas en la Polinesia sa.
"Hay que tener en cuenta la idea poco intuitiva de que los tiburones son muy cautelosos con los humanos y, en general, les tienen miedo", afirma Clua. Cuando los tiburones atacan en defensa propia, es posible que utilicen una fuerza desproporcionada y causen un daño mayor que el amenazado (al igual que los humanos).
"La reacción desproporcionada de los tiburones es probablemente la movilización inmediata de su instinto de supervivencia", añade Clua. "Es muy improbable que integren la venganza en su comportamiento y sigan siendo ante todo pragmáticos en cuanto a su supervivencia".
¿Cómo evitar ser mordido por un tiburón?
Para evitar ser mordido por un tiburón a la defensiva, la gente debe mantenerse alejada de cualquier actividad que pueda considerarse agresiva, aconsejan los investigadores. Esto incluye los intentos de ayudar a los tiburones varados, que pueden ser malinterpretados por el gran pez.
"No interactúe físicamente con un tiburón, aunque parezca inofensivo o esté en apuros. En cualquier momento puede considerarlo una agresión y reaccionar en consecuencia", advierte Clua.
"Son animales potencialmente peligrosos, y no tocarlos no solo es de sabios, sino también una muestra del respeto que les debemos". Conocer a los tiburones costeros también es importante. Para algunas especies, como el tiburón gris de arrecife, de mentalidad territorial, el mero hecho de que un humano se inmiscuya en su espacio puede desencadenar su instinto de supervivencia.
El problema de la visión "simplista" sobre los ataques de tiburón
"La existencia de mordeduras en defensa propia (...) cuestiona la práctica de etiquetar todas las mordeduras de tiburón como ataques", concluyen los investigadores. Los medios de comunicación juegan un papel clave en esta percepción, tendiendo a retratar a los tiburones como el agresor incluso cuando las personas inician la interacción. En abril de 2016, por ejemplo, las informaciones sobre un incidente de mordedura que involucró a dos pescadores polinesios que fueron agresivos con un tiburón gris de arrecife tenían todos la palabra "ataque" en los titulares.
"Este enfoque simplista daña la imagen de los tiburones y, de hecho, su conservación, que depende del apoyo público", añaden los investigadores. Con el aumento de las "interacciones negativas" entre humanos y tiburones debido a nuestro mayor uso del mar, esperan que su estudio contribuya a un estilo más sostenible de gestión de la fauna salvaje. Como en otros ámbitos del reino animal, comprender mejor qué motiva a las especies amenazadas a atacar a las personas puede ayudar a desarrollar estrategias no letales.