Los expertos creen que el descenso de la natalidad puede deberse a factores como la preocupación por el cambio climático, la pandemia y el mayor repunte de la inflación en una generación.
La Unión Europea registró el mayor descenso anual de nacimientos de su historia, con una caída del 5,5%. Según los últimos datos de Eurostat, los nacimientos en los Estados de la UE disminuyeron de 3.879.509 en 2022 a 3.665.142 en 2023.
Sin embargo, este no es el único descenso. La tasa de natalidad de la UEen 2023 es también la más baja de los últimos 10 años, manteniéndose por debajo del objetivo de 4 millones previsto en las proyecciones de población a largo plazo de Eurostat.
Los expertos sugieren que el descenso puede estar relacionado con factores como la preocupación por el cambio climático, la pandemia y el mayor repunte de la inflación y la carestía en una generación.
Italia, España, Grecia, Lituania y Letonia registraron en 2023 y 2024 las tasas más bajas de nacimientos por cada 1.000 habitantes, según Naciones Unidas. En 2024, Italia tiene la tasa bruta media de natalidad más baja, con 6,5 nacimientos por cada 1.000 habitantes, mientras que Chipre tiene la más alta, con 10,5.
La Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) advierte de que los países deben adaptar sus estrategias políticas a un nuevo "futuro de baja fecundidad". La OCDE sugiere que un enfoque proactivo de la migración y la integración, junto con la mejora del al empleo de los grupos infrarrepresentados, podría ayudar a abordar este problema.
¿Qué retos plantea el retraso de la paternidad?
Las tasas de fertilidad previstas en Europa central, oriental y occidental son todas inferiores a la media mundial para 2050 y 2100. A medida que se retrasa la paternidad, también aumenta la edad media de las madres en Europa.
En 2013, el grupo más numeroso de madres eran las mujeres de 25 a 29 años, pero en 2023, el grupo más numeroso había pasado a ser el de las mujeres de 30 a 34 años.
Naciones Unidas advierte que el aumento de la proporción y el número de población de 65 años o más requiere el desarrollo y el refuerzo de los sistemas sanitarios y de protección social, así como políticas nacionales para crear sociedades justas e inclusivas para las personas de todas las edades.