Semanas de protestas estudiantiles, las mayores en Serbia en décadas, siguen desafiando al presidente del país de los Balcanes Occidentales, Aleksandar Vučić.
Cientos de estudiantes serbios que protestan contra la corrupción en el país, a la que culpan de la muerte de 15 personas en el derrumbe de una marquesina de hormigón, han completado una marcha de dos días hasta Novi Sad, donde tienen previsto bloquear tres puentes sobre el río Danubio.Tras recorrer a pie los 80 kilómetros que separan la capital, Belgrado, fueron recibidos por compañeros de estudios y miles de vecinos.
"Me siento muy feliz, orgulloso de toda esta gente de Belgrado que ha caminado durante dos días para llegar hasta aquí. No es fácil. Cojean, tienen callos, les duelen los pies. Estoy orgulloso de mi Novi Sad, que les ha acogido", declaró el estudiante Dung Grabos.
El bloqueo del puente previsto para el sábado conmemorará los tres meses desde que el 1 de noviembre se derrumbara una enorme marquesina de hormigón en la estación de tren de Novi Sad, matando a 15 personas. Portando coronas con los nombres de las víctimas, el grupo de estudiantes se dirigió al edificio de la estación para honrar a los fallecidos en el accidente.
Estas semanas de protestas encabezadas por estudiantes, las mayores en Serbia en décadas, siguen poniendo en jaque al presidente del país de los Balcanes Occidentales, Aleksandar Vučić. Las manifestaciones ya forzaron la dimisión del primer ministro Miloš Vučević a principios de esta semana y nuevas concesiones por parte de las autoridades.
Sin embargo, los estudiantes no creen que sus demandas hayan sido plenamente atendidas. "Espero que superemos todo lo que nos ha ocurrido, que vivamos en un país mejor y más ordenado, como nos merecemos", dijo Luka Brozic, un estudiante de Novi Sad.
Vučić y su Partido Progresista Serbio (SNS) se han enfrentado a acusaciones de ser cada vez más autoritarios y de ahogar las libertades democráticas a pesar de sus promesas públicas de llevar a Serbia a la Unión Europea.
Muchos serbios creen que el derrumbe de la marquesina de la estación de tren se debió a la corrupción sistémica en los grandes proyectos de infraestructuras, sobre todo los que implican a empresas de terceros países y que esto ha dado lugar a un trabajo inepto durante la reconstrucción de la estación de tren de Novi Sad por parte de la empresa china, a una supervisión deficiente y al incumplimiento de las normas de seguridad vigentes.
La fiscalía ha presentado cargos contra 13 personas por el derrumbe de la marquesina, entre ellas un ministro del Gobierno y varios funcionarios estatales. Pero el exministro de Construcción, Goran Vesić, ha sido puesto en libertad, lo que alimenta las dudas sobre la independencia de la investigación.
La principal estación ferroviaria de Novi Sad ha sido renovada dos veces en los últimos años en el marco de un acuerdo de infraestructuras más amplio con empresas estatales chinas.