La guerra que libran Rusia y Ucrania ha hecho temer una catástrofe nuclear, ya que Zaporiyia se ha visto repetidamente atrapada en el fuego cruzado de los combates.
El jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica ha declarado que visitará Moscú en los próximos días para hablar con las autoridades rusas sobre los persistentes ataques de las tropas de Rusia a la infraestructura energética de Ucrania, que amenazan la seguridad nuclear.
"Desde el principio de esta guerra, he insistido y he conseguido mantener un canal de comunicación muy abierto, por supuesto, con Kiev y con Moscú. Me he reunido varias veces con el presidente Vladímir Putin, con el ministro de Exteriores, Sergey Lavrov, con el director general de Rosatom, y con del Ejército y del regulador nuclear. Creo que esto es esencial", declaró Rafael Grossi, jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica, OIEA, a la prensa.
Grossi añadió que hubo "algunas ocasiones en las que estuvimos cerca" en relación con la mayor central nuclear de Europa, situada en Zaporiyia. Una planta nuclear que en la actualidad se encuentra bajo la ocupación de militares de Rusia.
El jefe del OIEA no condenó a ninguno de los dos bandos en guerra por los ataques a la central, alegando que, al estar tan cerca de la línea del frente, era difícil determinar la responsabilidad de unos y otros. Más de la mitad de la energía de Ucrania se genera en tres centrales nucleares en funcionamiento y Rusia ha amenazado cada vez más su capacidad de funcionamiento.
La central de Zaporiyia, localizada en el sudeste del país, fue ocupada por efectivos de Rusia en los primeros días de la invasión a gran escala del territorio ucraniano ordenada por el Kremlin. Es una de las 10 mayores centrales nucleares del mundo.
Grossi visitó el martes una subestación eléctrica en la región ucraniana de Kiev y afirmó que los daños sufridos por este tipo de instalaciones clave de la red eléctrica del país, durante la guerra, suponen una amenaza para la seguridad nuclear al poder alterar los procedimientos vitales de refrigeración de las centrales atómicas.
Dirigiéndose a Grossi durante su visita, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski indicó: "Ustedes han visto los resultados de estos ataques regulares con misiles de la Federación Rusa contra nuestro sistema energético. Usted sabe que bajo ninguna circunstancia se debe disparar contra una central nuclear. Sé que los mensajes correspondientes fueron públicos por su parte y estaban dirigidos a la Federación Rusa, y también sé que usted se comunicó con Putin en el Kremlin, diciéndole que no lo hiciera".
Zelenski también señaló que Rusia había "tomado como rehenes" a dos ingenieros ucranianos que trabajaban en la central eléctrica de Zaporiyia y "hoy los han metido entre rejas porque, supuestamente, contaban con 'contenido ucraniano' en sus teléfonos móviles".
Las tropas rusas han intentado en repetidas ocasiones destruir la red eléctrica de Ucrania, privando al país de calefacción, electricidad y agua corriente, en un esfuerzo por tratar de quebrar el espíritu ucraniano. Los ataques también han intentado perturbar la industria ucraniana de fabricación de material de defensa.
La guerra ha hecho temer una catástrofe nuclear, ya que Zaporiyia se ha visto repetidamente atrapada en el fuego cruzado de los combates y, aunque sus seis reactores llevan meses apagados, sigue necesitando energía y personal cualificado para hacer funcionar los cruciales sistemas de refrigeración y otros dispositivos de seguridad.
Rusia ha realizado numerosos ataques contra subestaciones eléctricas que también pueden suponer una amenaza para la seguridad nuclear. "Cuando las subestaciones que suministran electricidad a las centrales nucleares resultan dañadas o dejan de funcionar, los generadores de emergencia de las centrales nucleares, que funcionan con diésel, se convierten en la última línea de defensa contra el desastre", señala Grossi.