Los problemas persisten en los barrios de Lisboa visitados por el pontífice durante la Jornada Mundial de la Juventud. Algunas personas viven sin cuarto de baño ni agua corriente. Las plagas de ratas son frecuentes. Los residentes dicen haber sido olvidados por Moedas, alcalde de Lisboa.
Viernes 4 de agosto de 2023. En la mañana del tercer día de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa, el Papa Francisco visitó los barrios de Liberdade y Serafina, en la parroquia de Campolide, junto al acueducto de Águas Livres y el Parque Forestal de Monsanto. Siguiendo con su agenda social, el Santo Pontífice quiso llamar la atención sobre las dificultades de los más desfavorecidos.
Los residentes se mostraron eufóricos ante la presencia del líder de la Iglesia católica, que les pidió que no perdieran el ánimo ante los problemas sociales a los que se enfrentan. "Sigan adelante y no pierdan el ánimo. Y si se desaniman, ¡beban un vaso de agua y sigan adelante!", dijo Francisco.
La visita devolvió la esperanza a los católicos que viven en "la última favela de Lisboa", nombre que Carmona Rodrigues, exalcalde de la capital, dio a esta urbanización en 2015, pero casi dos años después, nada ha cambiado. Las casas siguen careciendo de las condiciones básicas de habitabilidad. Paredes de ladrillo o cemento, tejados cubiertos solo con tejas que no protegen del frío ni del calor. Algunos residentes no tienen agua corriente ni baño.
"En 2025 todavía hay gente sin retrete ni saneamiento básico, que tiene que hacer sus necesidades en un cubo y verterlas en la calle. Todavía hay gente viviendo en lugares con riesgo de derrumbe", explica a Lusa Cátia Aparício, de la Asociación de Vecinos del Barrio de Serafina y Liberdade (AMBSL).
Debido a la falta de higiene, son frecuentes las plagas de ratas. Los vecinos de estos barrios dicen que han sido olvidados por el Ayuntamiento de Lisboa. "El ingeniero Carlos Moedas estuvo aquí, hizo muchas promesas, como han hecho otros, pero la materialización ha sido nula", dice Cátia Aparício sobre el alcalde.
En vísperas del 25 de abril, fecha que conmemora la Revolución de los Claveles, los habitantes de los barrios de Liberdade y Serafina tienen pocos motivos para celebrar. Quienes viven allí esperan una revolución que les dé una vida digna. En la tercera década del siglo XXI, son un ejemplo vivo de una Lisboa periférica que sigue olvidada, envuelta en la pobreza habitacional y en todos los problemas que de ella se derivan.
El Gobierno aplaza algunos actos festivos del 25 de abril
Tras la muerte del Papa Francisco, el Gobierno decretó tres días de luto nacional, que se desarrollarán entre este jueves y el sábado. El ministro de la Presidencia, António Leitão Amaro, anunció que se han cancelado las inauguraciones y celebraciones relacionadas con el 25 de abril que son responsabilidad del Gobierno, subrayando que el luto nacional exige reserva. Las conmemoraciones de la Revolución de los Claveles, subrayó Leitão Amaro, se trasladarán a una "fecha posterior".
Uno de los actos afectados es la tradicional fiesta en el jardín de la residencia oficial del primer ministro: las diversas actividades y conciertos que tienen lugar en São Bento en la tarde del día 25 se aplazarán hasta el 1 de mayo. Como la Asamblea de la República es "un órgano autónomo", dice Leitão Amaro, la sesión solemne del 25 de abril en el Parlamento, a la que asistirá el Gobierno, seguirá adelante.
Críticas de la izquierda
El secretario general del Partido Socialista (PS), Pedro Nuno Santos, considera que el aplazamiento de las celebraciones del 25 de abril es "un craso error de apreciación del sentimiento portugués".
Rui Tavares, portavoz del partido Livre, calificó la decisión del Gobierno de "absolutamente chocante, deplorable y lamentable", por considerarla una falta de respeto a la democracia. "Pido al Gobierno que vea la luz y se dé cuenta de que no celebrar la democracia bajo ningún pretexto es una muestra de ingratitud", afirmó el portavoz de Livre. "Ahora tenemos un Gobierno que cree que debe limitarse a la hora de celebrar lo que es su razón de ser", añade Tavares.