Tras una serie de protestas en el campo, la capital fue también escenario de una manifestación de protesta, organizada por la organización cívica húngara aHang. En el espacio de una semana y media, ha habido marchas de protesta en 16 ciudades rurales.
En Budapest, los manifestantes se congregaron en la plaza Fővám el domingo por la tarde, y luego cruzaron el Puente de la Libertad en completo silencio, demostrando el impacto del proyecto de ley, con el que el Gobierno húngaro pretende acallar todas las voces críticas e imposibilitar el a la prensa y las ONG. "Nuestro trabajo no es la subversión, sino la construcción. No es ofensa, sino defensa. No es traición, sino servicio", subrayó en su discurso Viktor Szalóki, director político de aHang, que significa la voz.
"El Gobierno piensa que es peligroso hablar en nombre de quienes no son escuchados. Trabajo para que todos en Hungría vivan en un entorno saludable", afirmó Enikő Tóth, directora de campaña de la organización. El proyecto de ley de transparencia podría votarse a mediados de junio: la nueva ley podría entrar en vigor al tercer día de su publicación, si todo sigue el calendario habitual.
Preguntamos a los manifestantes si creen que este tipo de protestas tienen un impacto significativo y tangible. "A los que están en el poder no les importa, están trabajando en otras cosas. Están trabajando para que todo el mundo sea imposible. Esta arrogancia del poder, que hay que proteger miles de millones de forintos (la moneda húngara) a cualquier precio, creo que es de lo que se trata", dijo un anciano.
"Estas protestas son buenas para mantenernos animados", dijo una joven. "No perdemos un poco nuestra propia esperanza, sino que la reforzamos. Es decir, aunque no haya consecuencias concretas de la manifestación, de modo que se cambie inmediatamente una normativa a causa de ella, aquí nos reforzamos un poco los unos a los otros en que sigue mereciendo la pena aguantar", explicó.
La marcha silenciosa terminó en la plaza de San Gellért, donde los activistas de aHang colocaron un gran retablo-molino con los retratos de políticos del Gobierno en el cordón que rodea el hotel Gellért, que está siendo renovado. El emblemático edificio del hotel ha sido comprado por la empresa de István Tiborcz, BDPST Zrt.
Hasta ahora, Szeged ha sido testigo de la mayor concentración de personas del país, con casi 1.000 personas marchando hacia la oficina local de Fidesz. Enikő Tóth, directora de campaña de aHang, dijo que el objetivo del proyecto de ley es claro: regular, intimidar y silenciar a cualquier organización o ciudadano responsable que ayude a una organización firmando una petición, donando unos miles de forintos o haciendo voluntariado.
"Creemos y sabemos que nuestro poder, el poder de la prensa independiente y de las ONG, es diferente del poder del Gobierno. Nuestro poder tiene que ver con la humildad profesional y humana. Se trata de tender la mano, de ayudar. Se trata de mover montañas juntos. Ayudar a otros a adquirir nuevas experiencias, conocimientos y satisfacciones; sostener un espejo ante los responsables políticos; ¡y ahora protestar contra el proyecto de ley que silencia!", afirmó el director de la campaña en su discurso. Las protestas silenciosas continuarán el lunes y el martes, con manifestaciones en Hódmezővásárhely y Veszprém, respectivamente.