"La mitad de nuestros pueblos se están muriendo": Cómo los centros de nómadas digitales están revitalizando la Europa rural

PUBLICIDAD

El auge del trabajo a distancia en los últimos años ha convertido a grandes ciudades europeas como Lisboa, Barcelona y Berlín en los llamados "centros nómadas digitales". Pero cada vez hay más tensiones entre las comunidades locales y quienes han instalado temporalmente sus portátiles en la ciudad.

Ya se trate de la exclusión del mercado de la vivienda o de la prohibición de los "okupas de los portátiles" por parte de los dueños de los cafés, la población local denuncia sus efectos negativos.

Como estos centros están cada vez más abarrotados y son más conflictivos, algunos emprendedores están llevando el estilo de vida nómada digital hacia una dirección más consciente en el campo. Aquí no sólo son bienvenidos, sino que generan un impacto positivo para las comunidades rurales.

Revitalizar las comunidades rurales en España

Mientras que la sobreabundancia de nómadas digitales y turistas pone a prueba la infraestructura local en las ciudades más populares, muchas zonas rurales de Europa tienen el problema opuesto.

La despoblación amenaza la existencia y vitalidad de pequeños pueblos y ciudades, ya que las generaciones más jóvenes emigran especialmente hacia ciudades más grandes. "España es uno de los países de Europa con mayor brecha demográfica", explica a 'Euronews Travel' Juan Barbed, fundador de la experiencia de convivencia Rooral. "La mitad de nuestros pueblos se están muriendo, como en fase terminal".

Tras años viajando y trabajando entre algunas de las mayores ciudades del mundo, Juan se enfrentó a este declive cuando regresó al pueblo de su abuela tras su muerte. Al mismo tiempo, se sintió conmovido por la cálida acogida de la comunidad. Estaba seguro de que otros nómadas digitales también anhelaban la sensación de conexión que él encontró allí.

"Crecimos con la idea de que el éxito estaba en las grandes ciudades. Pero ahora hay infraestructuras que te permiten trabajar desde cualquier sitio", dice Juan. "Pensamos: ¿y si facilitamos que la gente pruebe cómo es trabajar desde un pueblo?

"Así que creamos esta asociación que se asocia con pequeños pueblos en riesgo de despoblación para acoger a trabajadores a distancia". Él y su cofundadora Ana Amrein probaron su concepto en un puñado de pueblos, con el objetivo de estimular las economías rurales y crear intercambios culturales significativos.

"No vamos a un pueblo y empezamos a hacerlo. Llegamos a un acuerdo con el ayuntamiento, con las asociaciones locales, con las empresas, con la propia comunidad. Avanzamos a la velocidad de la confianza", explica Juan.

La respuesta de los primeros pueblos que acogieron a Rooral fue inequívocamente positiva: "Cuando preguntamos qué no les gustaba de tenernos en el pueblo, ¡decían que nos íbamos!".

Acogida de nómadas digitales en el pueblo

Rooral tiene ahora una base permanente en el pueblo andaluz de Benarrabá. Mari Angeles, residente local, cuenta a 'Euronews Travel'** lo encantada que está de que gente de todo el mundo descubra su pueblo, que nunca suele estar en el radar de los visitantes extranjeros.

"Interactúan de maravilla con nuestra gente", comenta. "Disfruto cuando vienen a comprar al pequeño supermercado que nuestra familia tiene en el pueblo y charlamos. Me encantó una cena que tuvimos juntos en la que compartieron lo que más les gustaba del pueblo: el sentido de comunidad, las conexiones profundas, la paz y la hermosa naturaleza."

Rooral facilita estas conexiones con los residentes locales, a menudo ancianos, mediante actividades y eventos. Es habitual encontrar a visitantes y lugareños compartiendo cenas, o a nómadas digitales aprendiendo costumbres locales, como la elaboración del queso de cabra y la extracción del corcho.

Los trabajadores remotos también ofrecen voluntariamente su tiempo de distintas formas, desde ayudar en las granjas hasta ofrecer talleres de habilidades digitales, como una introducción a la codificación.

"Para la gente del pueblo es maravilloso porque [los nómadas digitales] despliegan todas sus habilidades y los acogen con todo el cariño que les caracteriza", añade Mari Ángeles. "Y para los jóvenes, es muy bueno poder interactuar y ver otra perspectiva.

"Me siento muy feliz y contenta con estos encuentros tan bonitos: te hacen ver el pueblo desde otra perspectiva". Juan confirma que, aunque los beneficios económicos son lo que normalmente primero interesa a un pueblo, al final es la afluencia de caras frescas y energía lo que realmente deja huella en la comunidad: "Estos recién llegados muestran un profundo aprecio por la cultura y las tradiciones locales, lo que ayuda a revitalizar el sentimiento de orgullo y autoestima en las zonas rurales."El intercambio de ideas y la mezcla de distintos orígenes crean un entorno dinámico. En última instancia, beneficia al tejido social y cultural del pueblo".

Experiencias de convivencia con impacto: ¿El inicio de un movimiento?

Rooral no es el único que aprovecha el potencial de los nómadas digitales. En las montañas y el campo del norte de Italia, un grupo de expertos en regeneración territorial e innovación social creó NATworking. También crean experiencias de convivencia para revitalizar zonas en riesgo de despoblación.

Sus "NATweeks" combinan tiempo de descanso en la naturaleza, actividades de turismo lento y proyectos comunitarios que promueven el desarrollo local. Haciéndose eco de Juan, el deseo de muchos trabajadores remotos de forjarse un estilo de vida más equilibrado y una mayor conexión con la naturaleza también inspiró al equipo. Era algo que habían experimentado personalmente, explica a 'Euronews Travel' sca Albera, una de las responsables del proyecto.

"Nos dimos cuenta de que la posibilidad de trabajar a distancia no se traduce necesariamente en una mejor calidad de vida. Así que nos interesaba crear un vínculo entre la activación territorial y la mejora de las condiciones de trabajo y de vida de los trabajadores remotos."

Las experiencias de los nómadas digitales rurales fomentan las conexiones a largo plazo

Por ahora, NATworking sólo organiza experiencias de convivencia a corto plazo. Pero aún así crea un impacto duradero con las comunidades asociadas. "Muchos 'NATworkers' vuelven a sus zonas de acogida para devolver algo a la gente que conocieron allí, abriendo una activación comunitaria continua", dice sca.

"Por ejemplo, el pasado mayo pasamos una semana con un grupo de trabajadores a distancia en San Pietro di Monterosso, viviendo y trabajando en Valle Grana. En junio volvimos para dirigir un taller sobre diseño cívico, para planificar un proyecto de revitalización de Combetta, un pueblecito cercano a San Pietro". "Muchos participantes de la anterior 'NATweek' decidieron volver porque comprendieron el valor del lugar y de la gente. Tenían ganas de contribuir al desarrollo local".